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Antón Castro

DIÁLOGO CON PABLO LORENTE, PREMIO SANTA ISABEL DE PORTUGAL DE POESÍA

DIÁLOGO CON PABLO LORENTE, PREMIO SANTA ISABEL DE PORTUGAL DE POESÍA

Pablo Lorente “La escritura es un

viaje en el tiempo hacia el futuro”

 

“Lo relevante es la mirada

del artista sobre el mundo que nos rodea”

 

El escritor y profesor ha ganado el premio Isabel de Portugal con su libro ‘40’, que publica en la colección Veruela

 

 

¿Qué es ‘40’, una autobiografía, una parada en el camino, una reflexión general? 

40 son los años que acabo de cumplir, personalmente, lo de las cifras no me afecta mucho, pero por lo que veo a mi alrededor es una edad muy simbólica. Este poemario es un alto en el camino, un breve descanso para mirar hacia atrás, y pensar hacia dónde se va. 



¿En qué medida le ha marcado la paternidad? 

Hace poco que hemos tenido un hijo; de repente todo cambia y la vida se convierte en un torbellino. De la paternidad he aprendido el auténtico significado de la palabra amar; que mi tiempo ha dejado de pertenecerme y que lo más importante está fuera de uno mismo.

 

En el libro hay una exaltación de las pequeñas cosas, de los gestos minúsculos. ¿Por qué? 

La vida no puede acabar siendo trabajar e ir a un centro comercial en los ratos libres, debe haber algo más. Al final, en el maremágnum de la ciudad, poder escapar a dar un paseo por la naturaleza, tener tiempo para leer, sentarse con los amigos a comer o a tomar algo se acaba convirtiendo en un lujo, son pequeñas cosas, pero muy importantes.

 

¿Se puede hacer poesía con todo? 

Creo que sí, el material sobre el que un artista trabaja no es lo importante, lo relevante es la mirada del artista sobre el mundo que nos rodea. Varios autores de la Generación del 27 crearon bellísimos poemas sobre elementos fascinantes de la vida cotidiana.

 

¿Qué es lo que le da más miedo al poeta? 

Supongo que será un miedo común a muchos escritores, me aterra que se me acaben las palabras, que no las pueda poseer para poder seguir inventando mundos e historias. En realidad, creo que este temor puede ser sinónimo a que se nos acabe el tiempo.

  

El libro también es como un tratado de desilusiones. ¿De qué está desengañado? 

En lo personal no me puedo quejar de nada, los poemas no hablan tanto de mí como de la sociedad que estamos construyendo, y en muchos momentos me puede el pesimismo: el poder del dinero, la desilusión por los sueños sin cumplir, la dictadura de las nuevas tecnologías, la añoranza de la juventud. Sin embargo, prefiero pensar que este poemario también está cargado de ilusión por un futuro mejor. 

¿Es de verdad fácil escribir poesía, como dice en un poema? 

Sí, es un poema irónico sobre un tema que me preocupa mucho, la palabra y su función en nuestra sociedad. Es fácil escribir poesía, lo difícil es que sea honesta con el público y con uno mismo.

 

Tras escribir un extenso poema sobre ello, ¿ya sabe por qué escribe o seguirá preguntándoselo cada día? 

El acto de escribir encierra un misterio inextricable, en algún momento alguien elige un momento de profunda soledad para crear algo que antes no existía y que no deja de ser efímero para, con suerte, poder compartirlo con los demás. Escribo, sin duda, por el placer que proporciona enfrentarse a la página en blanco.

 

¿Ya ha resuelto para quién se escribe? 

Eso es más difícil, la escritura se convierte en un viaje en el tiempo hacia el futuro, en un diálogo con nuestros coetáneos y, con suerte, con el lector del futuro. Pero sobre todo, se escribe, sobre todo, para uno mismo. No deja de ser paradójico.

 

En el libro también adopta el monólogo dramático y hace hablar a una mujer…  

Cuando lo escribía quería hablar de nuestra sociedad, del paso del tiempo, y de cómo, al cumplir los 40 años, comenzamos a observar que muchos de los sueños y de las ilusiones que habíamos forjado a lo largo de los años no se han cumplido y que, por desgracia, las posibilidades de que se cumplan, menguan con rapidez. Elegí para ello una voz poética que imaginé femenina. Quería experimentar un cierto alejamiento, quería jugar con las posibilidades de la ficción para adentrarme en la reflexión.

 

Hay alusiones a otros autores. A Kafka, a Borges, a Julio Antonio Gómez. ¿Quiénes son los autores que le han marcado y le marcan? 

Borges es inabarcable e infinito como su Aleph, la hondura de sus relatos y de su poesía es conmovedora, y en ocasiones, sus palabras se me cuelan en mis creaciones, como muchos otros clásicos. En general, de los clásicos me impresiona la calidad de su escritura, por esa misma razón espero que este año la gente lea mucho a Galdós, es un placer para los sentidos. 

  

Es profesor de literatura. ¿Podría recomendarnos a nosotros y a sus alumnos tres o cuatro libros de poesía? 

Aunque no es de poesía, ahora estoy fascinado con el ensayo ‘El infinito en un junco’ de Irene Vallejo, que me ha dirigido a la poesía de Anna Ajmatova, entre otras lecturas. Creo que a ningún curioso defraudará la poesía de Miguel Labordeta, que me emociona profundamente. Estos días he leído con mucho placer ‘Sube a nacer conmigo’  de David Conde.

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