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Antón Castro

EL SILBO VULNERADO EN CUBA

EL SILBO VULNERADO EN CUBA

[El Silbo Vulnerado, compañía teatral y poética zaragozana, se ha trasladado a Cuba para rendir homenaje a Miguel Hernández en varias ciudades: Cienfuegos y Matanzas. Allá están Luis Felipe Alegre, Carmen Orte y mi hija Aloma Rodríguez. Copio aquí algunas de sus actividades que también pueden rastrearse en la página de El Silbo Vulnerado. La foto es de Aloma y está tomada en una plaza de noche en Cienfuegos.]

 

Centenario de Miguel Hernández

 

EL SILBO VULNERADO EN CUBA

 

Encuentro Hispano-cubano organizado por el Teatro Tomás Terry con el patrocinio de la Embajada  de España en Cuba y la participación de la UNEAC y la AHS  de Cienfuegos y la colaboración del Gobierno de Aragón.

 

 

JUEVES  1 DE ABRIL

3.00 p.m. Jardines de la UNEAC. 

Inauguración del Encuentro. Panel sobre la figura y la obra de Miguel Hernández.

Orlando García, historiador y escritor; presidente de la UNEAC en Cienfuegos; Jesucristo Riquelme, doctor en Filología Hispánica y ensayista (España); Aloma Rodríguez, escritora y actriz (España);  Ian Rodríguez, escritor, director del Centro de Promoción Literaria “Florentino Morales”; Esperanza Díaz, máster en Educación; Luis Felipe Alegre, rapsoda y director teatral (España); Miguel Cañellas, vice-presidente Asociación de Escritores de la UNEAC.

 

9.00 p.m. Teatro Terry.

Concierto de trovadores del Certamen Una canción para Miguel  del Centro “Pablo de la Torriente Brau”:  Nelson Valdés, Ariel Barreiro, Dúo Karma (Xóchitl Galán y Fito Hernández) Ihosvany Bernal, Dúo Aire y Madera (Yassel López y Lucimila Rodríguez) , Dúo Yanet y Quincoso (Janet Lugones y Eduardo Quincoso).

 

10.30 p.m. Café Teatro Terry.

Compañía Flamenca de Joel Zamora; Idania Hernández; Carmen Orte; elenco del Café Teatro Terry.

                                                     VIERNES 2 DE ABRIL

3.00 p.m. Jardines de la UNEAC.

 Continuación del Panel sobre la figura y la obra de Miguel Hernández.

 

9.00 p.m. Jardines de la UNEAC. Versiones del poema “Rosario dinamitera”. Recital de canciones.

Ihosvany Bernal; Nelson Valdés;  Carmen Orte (España)

 

10.30 p.m Café Teatro Terry.

 Compañía Flamenca de Joel Zamora; Idania Hernández; Luis Felipe Alegre;  elenco del Café Teatro Terry.

 

 

SÁBADO 3 DE ABRIL

3.00 p.m.. Sala Teatro A Cuestas.

Exposición de fotografías Le poison du poisson de Cris Marso (España); performance del Grupo Velas Teatro; y la voz de los trovadores.

 

9.00 p.m. Teatro Terry.

Un albañil quería… Tributo hispano-cubano a Miguel Hernández. Con Luis Felipe Alegre, rapsoda; Carmen Orte, cantante, Aloma Rodríguez, actriz; Luis Manuel de Armas y Deborah Yurcovich, bailarines; Idania Hernández, pianista. Presentación de la obra por Jesucristo Riquelme. Producción de El Silbo Vulnerado y el Teatro Terry, con la participación de Teatro-Danza Oxígeno. Dirección general: Luis F. Alegre y Miguel Cañellas.

 

10.30 p.m. Café Teatro Terry.

Los Chicuelos de la AHS. Presentado por Antonio Enrique González, Presidente de la Asociación Hermanos Saíz.

DOMINGO 4 DE ABRIL

11 a.m. Teatro Terry.

Trova de guardia. Con los Hermanos Novo y Lázaro García,

fundadores de la Nueva Trova Cubana

 

5.00 p.m. Teatro Terry.

Un albañil quería… Tributo hispano-cubano a Miguel Hernández.

 

9.00 p.m. Café Teatro Terry.

Kafé Mezclao.  Clausura del Encuentro. 

 

EXTENSIONES DEL ENCUENTRO

 

MARTES 6

Matanzas, Palacio de Junco representación del espectáculo Un albañil quería...

MIÉRCOLES 7

Ciudad de La Habana,Teatro Bertold Brecht, representación de, Un albañil quería...

 

120 aniversario del Teatro Tomás Terry

 

 

LUIS FELIPE ALEGRE:

EL SILBO ENTREVISTADO

 

Por Dayarys García Chirino y Antonio Enrique González Rojas

 

 

La poesía del español  Miguel Hernández, artista militante en el sentido más universal del término, es prueba de cuán armónica puede ser la conjugación, en una obra creativa, del sentido lírico y la consecuencia político-social, sin menoscabo de una u otra. Todo lo contrario. Este aeda generó versos e ideas entre los avatares de la Guerra Civil, preámbulo oscuro de la segunda conflagración mundial del siglo XX. Extrajo la belleza subyacente en el caos bélico, donde la Condición Humana alcanza sus mayores cimas y simas.

A este escritor, cuyo natalicio cien se celebra en 2010, se dedicará el Encuentro Hispano-Cubano, que tendrá lugar del 1 al 4 de abril en varios espacios cienfuegueros liderados por el Teatro Tomás Terry, donde las noches estarán dedicadas al espectáculo Un albañil quería…, del grupo teatral zaragozano El Silbo Vulnerado, compañía que desde 1997 ha ascendido a las tablas de la institución. Bajo el brillo pícaro de las pupilas inquisidoras, bajo cierta sombra perspicaz, del rapsoda y director Luis Felipe Alegre, prendimos la grabadora y conocimos que esta propuesta “consta de tres partes, a las que hemos dado en llamar Rayo, Viento y Ausencia, como realmente se titula el espectáculo que hacemos en España, Carmen Orte y yo, solos. Es una función desnuda, sólo con dos sillas y una guitarra. Esa desnudez de Rayo… va a ser vestida en lo que haremos acá junto al elenco de la Compañía de Danza Oxígeno, de Cienfuegos. Utilizaremos  los mismos textos, pero lo que ocurrirá en el escenario no va a ser lo mismo. ¿Cuál es el reto aquí? que entre unas cosas y otras, no pierda el espectador ni una sola palabra, no sea despistado. Ese es el desafío hoy mismo con este, y con cualquier otro espectáculo: la necesidad de que no advierta el espectador un desdoblamiento de Miguel Hernández entre el autor que lo recita y el actor que baila”.

El Terry ofrecerá esta vez a su público un espectáculo donde convergen y se imbrican, bajo el ecumenismo creativo, la palabra escrita y la palabra dicha, perspectiva que El Silbo Vulnerado defiende desde su fundación en 1972. Durante casi cuatro décadas, la agrupación ha venido salvando distancias y conciliando semejanzas entre dramaturgia y poesía. “Nosotros hemos atravesado varias etapas en referencia a la recitación de la poesía”, comenta Alegre. “Cuando éramos jóvenes queríamos romper con las formas de entonces. En realidad, creo que ya se habían explorado casi todas ellas, pero habían tenido poca difusión a causa del ambiente que vivíamos en España, aparte de que el joven siempre desconoce muchas cosas hechas, inmediatamente antes. Es normal. Cuando nosotros empezamos a principios de los años ´70, pues que si poníamos un micrófono, una diapositiva, un lienzo en el escenario. Nos parecía que eso era la primera vez que se hacía con la poesía. Esa es la ignorancia y la temeridad de los jóvenes ¿no? Pero es necesario atravesar esa etapa.

“Negabas a los rapsodas de entonces, rapsodas de atril o de gesto decimonónico, de entonación engolada. Sin dudas había otros que no eran así, pero no los conocíamos. Estaba en declive la poesía recitada, empezaba a ponerse de moda la poesía cantada. En cualquier caso, no sabíamos muy bien hacia donde, pero queríamos romper con la rigidez de la poesía en el escenario. Ya hacía años que se había desarrollado la poesía social en España con Blas de Otero: imprimamos en el aire. También se había instalado la poesía de la experiencia, con Gil de Biedma, Goytisolo, en parte, hijos también de Blas de Otero. Anteriormente había títulos de la poesía como el de Rafael Alberti El poeta en la calle. Nos interesaba marcar que nuestra propuesta venía de la calle, pasaba por el mismo nivel del público y llegaba al escenario: Era normal que nuestros recitales empezaran con nosotros saliendo por el patio de butacas. Usábamos instrumentos pocos convencionales. Lo más normal para acompañar la poesía era la guitarra, y que la gestualidad escénica bebiera de las técnicas teatrales. Eso duró unos años. Consumamos la ruptura y nada más consumarla, pasamos a interesarnos muchísimo por el cómo lo hacían las generaciones anteriores.

“Ya habíamos marcado un estilo, ya no había complejo. Ahora se trataba de aprender cómo lo hacían nuestros mayores. Empezamos a buscar por el mundo los restos que quedaban de la recitación anterior. Encontramos algunos ejemplos muy interesantes: en Bolivia todavía existe una Academia Nacional de Declamadores que se llama ´Duchet de Córdova´, en La Paz. Es exquisitamente modernista, casi todo su repertorio es modernista, la gestualidad, la entonación, la puesta en escena es modernista. Claro que cuando descubres cosas así no es para imitarlas, casi todo lo contrario, pero enriquece mucho su conocimiento.

“En España nos hicimos seguidores, desde principios de los ´80, del dramaturgo, filósofo y poeta Agustín García Calvo, profesor de griego que además ha traducido latinos, franceses, ingleses. Es un maestro en la entonación rítmica del lenguaje. Tampoco es que lo hayamos seguido con los ojos cerrados, porque es un humanista deslumbrante y es imposible seguir por personas con capacidad normal; es un extraterrestre del pensamiento. Sus aportes han sido muy importantes.

“También durante los años 70, encontramos en el camino a un director argentino de teatro llamado Héctor Grillo. Le gustó nuestro estilo, nuestra propuesta, el modo de trabajar la música con la recitación, y se involucró, dándonos una envoltura teatral, que a la verdad nos hacía mucha falta. Hay que pensar que en el teatro argentino de los años ´60, el teatro independiente, se inventaron muchas cosas. Trascendieron el naturalismo, redefinieron códigos, y de todo eso nos enriquecimos. A partir de entonces vimos que en el escenario, cuando estás con un poeta, también podía entrar un títere significando cosas, también un objeto podía tener un valor connotativo. Se podía hacer un paralelismo entre la literatura y el escenario a través de un juego metafórico de objetos, incluso de luces. Durante más de 10 años estuvimos juntos con cierta itinerancia. Los espectáculos grandes los dirigía Grillo, los pequeños los dirigía yo.

“Hicimos nuestra primera aparición por Cuba en 1991 en el Festival Internacional de Teatro de La Habana, con unos de esos espectáculos grandes: Romanceros, de gran escenografía y ambiente sonoro, que contrastaba un poquito con lo que habitualmente hacemos, sobre todo en mis espectáculos, que es teatro pobre con tecnología. Esto parece pero no es un contrasentido, porque un circuito cerrado está al alcance de cualquiera: a veces es más difícil conseguir un vestuario que una cámara y un proyector”.

Longevidad no implica enquistamiento para “El Silbo Vulnerado”, agrupación que aún se halla “en proceso continuo de búsqueda. Hemos llegado a algunas conclusiones provisionales. En algún momento pasarán a ser importantes, simplemente porque se van negar. Digamos que al trasladar la poesía: tanto la oral, trasmitida a través de canciones o en la tradición, como la poesía escrita, ´culta´, vistas también como la poesía lírica, del corazón, y la poesía del pensamiento, la poesía de la razón. Y por supuesto hablamos de los intentos de García Calvo, de Antonio Machado y otros poetas por fundir pensamiento y corazón, razón y canción. A todo eso somos receptivos e intentamos trasladarlo al escenario”.

Esta armonía escénico-literaria entrevista en obras como “Un albañil…” es analogada por el director español al acto de lectura. “Un libro tiene una portada y una serie de páginas”, se explica. “Normalmente, en cada página hay un poema, y el resto de la página está vacía. El poema necesita aire para respirar: no puedes acabar un poema y empezar enseguida con el siguiente. Por ejemplo, tomemos este que tengo a mano: Yo nada más soy yo cuando estoy solo. Para, déjalo que se aposente en el pensamiento, rúmialo un momentico. Eso en el escenario también hace falta. A veces es la música, el gesto, la luz, las que hacen pasar la página y entrar en el siguiente: La pena hace silbar, lo he comprobado. A veces, sucede que entre un poema y otro pasas la página, pero puede haber una página en blanco, o una ilustración, una fotografía, una expresión, una imagen que te ayuda a limpiar la cabeza, para entrar en el siguiente poema. Eso también se traslada al escenario”.

La percepción avisada no pasa por alto el año de fundación de la compañía. Durante la década de 1970, el pendón español hondeaba bajo la sombra del general filo fascista Francisco Franco. “El franquismo se estaba distendiendo”, recuerda Luis Felipe, “pero a los jóvenes seguían metiéndonos en la cárcel a la menor oportunidad. Hasta el año 1977 no comienza a entreverse  cierta normalidad. Para 1972, nosotros llevábamos ya un año haciendo recitales de poesía en parroquias, colegios. Entonces había que pedir permiso para la celebración de los actos, y nosotros no lo pedíamos. Por eso no nos podían prohibir una cosa que no habíamos solicitado permiso para hacer. Periódicamente mandábamos los poemas para censurarlos en el Ministerio de Información y Turismo, en Madrid. Guardo una carpeta de poemas prohibidos de García Lorca, Miguel Hernández, Blas de Otero, Pablo Neruda, Berthold Brecht. El sensor no sabía lo que estaba prohibiendo porque normalmente no poníamos el autor. Recuerdo alguno como el Prólogo, de García Lorca, donde se habla de Dios. Era censurado simplemente por ser Lorca hablando de Dios. Algo malo tenía que decir.

“Blas de Otero y León Felipe eran censurados sistemáticamente. La mejor manera de que permitieran alguno, era no poner autor. Pero nos daba igual lo que censuraban o no. Sacábamos banderas al escenario: la roja, la republicana y la anarquista. Hacíamos lo que queríamos”.

Miguel Hernández, situado a la inversa de la ideología oficial, nutrida décadas antes con la sangre de muchos como él, encontraba poco espacio disponible en las imprentas españolas, aunque, según cuenta el rapsoda  “se publicaba, pero Viento del pueblo había que conseguirlo por ediciones argentinas. Se vendía en contadas librerías, porque cada uno, desde sus trincheras, tenía su pequeña militancia: El profesor que aprovechaba para leerte un poema en clase, el librero que se arriesgaba en la trastienda. Cada uno tenía su trincherita de riesgo. Hacía años que se había publicado El rayo que no cesa y El silbo vulnerado se añadía detrás. Pero bueno, esa era la poesía amorosa. Además, en alguna antología podían aparecer poemas monumentales, que ni los falangistas podían desconocer, como El niño yuntero. Eso va más allá de cualquier ideología. Cualquiera con buena voluntad, debe reconocer que ahí se plasma una realidad que hay que cambiar. El gran momento de difusión de Miguel Hernández fue el disco de Joan Manuel Serrat. Previamente había realizado Paco Ibáñez una versión de Aceituneros, con la mitad del poema censurado. Ya la gente joven, por Paco Ibáñez sabíamos quién era Miguel Hernández, pero es Serrat quién pone encima de la mesa La nana de las  cebollas, Elegía a Ramón Sijé, Para la libertad. Es un disco monumental, con canciones suyas y otras que había hecho Alberto Cortez. No hay que olvidar tampoco porque Miguel Hernández y Argentina tienen una relación tremenda. Allí aparecieron sus libros, se realizaron los primeros estudios, por no hablar de la amistad que tuvo con Raúl González Tuñón en Madrid, antes de la guerra. Este es uno de los poetas que más influyeron en él. Hoy, algunos críticos consideran que la influencia de González Tuñón fue de bastante más peso que la de Pablo Neruda”.

Aunque pocos de sus espectáculos han estado íntegramente dedicados a los versos hernandianos, sí el poeta, su cosmovisión y filosofías vitales  han levitado sobre El silbo vulnerado, por la que “ha pasado mucha gente en todos estos años. Muchos circunstancialmente, para hacer un montaje, trabajar como actor o músico sólo una temporada. Les ha quedado, primero, un gran respeto por la poesía, y luego un cierto reconocimiento a Miguel Hernández. Luego están los que han pasado una parte importante de su vida en el grupo: 10 o 15 años, o se vinculan periódicamente. De todos, es raro el que no haya trabajado en algún momento la poesía de Miguel Hernández. Por supuesto, todos lo tendrán entre sus libros de cabecera. Quienes hemos llevado la continuidad del grupo, como Carmen Orte y yo, pues la verdad es que tenemos una familiaridad con Miguel Hernández que no deja de influir mucho en nuestras filosofías de la vida.

“Como Miguel Hernández, nosotros venimos de abajo. No somos pobres como no lo era él. Hemos querido revertir nuestro arte hacia todo tipo de público, conscientes de que dependemos de un público culto. Pero nuestra orientación siempre es hacia una audiencia de base. Nos interesa por supuesto, el joven, el estudiante, el público no de teatro de capital, sino más bien de centro cultural de barrio. No desdeñamos cuando nos llaman para el gran evento, pero no es la prioridad. Lo nuestro es sembrar. Lee y difunde, era el lema de la prensa clandestina cuando éramos jóvenes, pásalo por debajo de la mesa. De alguna manera seguimos con eso. Creo esa era en general la filosofía la de Miguel Hernández: no hacer una literatura para gente inculta, como se entiende. Algo que entienda todo el mundo…no. La poesía no tiene que entenderla todo el mundo, y menos a la primera. La poesía deja esa puerta abierta para que hoy el verso tenga un significado, mañana otro. Hoy te conmueve y mañana no te dice nada. Esa es la grandeza de la poesía. No estamos aquí ante una película yanqui donde suena una música y ¡Oh… es mi canción!  Eso es melancolía barata.  

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