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Antón Castro

ELENA MARTÍNEZ CANTA A ÁNCHEL CONTE

ELENA MARTÍNEZ CANTA A ÁNCHEL CONTE

Elena Martínez pone música y voz

al intimismo lírico de Ánchel Conte

 

 

‘Zarré os uellos’, íntegramente en aragonés’, abraza la música popular, la canción de autor y el pop

 

Elena Martínez vive en Calamocha, donde trabaja de panadera, y en verano lo hace en Luco de Jiloca. Es cantante y guitarrista, y ha pertenecido a grupos de folk como La Birolla, Loba Parda o Venambre, y también fue cantante de Mallacan; en alguno de ellos llegó a ejercer de percusionista con panderos, panderetas y pitos, y también tocó la zanfona. Ahora publica una edición de 500 ejemplares de su primer álbum: ‘Zarré os uellos’ (‘Cerré los ojos’).

“El aragonés pertenece a nuestro patrimonio cultural. No tiene colores ni banderas, y cada vez se habla menos. En Calamocha y Luco no está vivo como lengua, aunque se dicen muchas palabras aragonesas. Tengo amigos del Sobrarbe y de Zaragoza que hablan en esta lengua y me pareció oportuno rendirle un homenaje en mi primer disco en solitario”.
Si durante años, Elena Martínez pensó en centrarse en varios poetas en aragonés, con el paso del tiempo decidió elegir solo a Ánchel Conte. “Su poesía me resulta conmovedora. Me llega muy adentro. Cogí todos sus libros, desde 1972 hasta los últimos. Los leía e iba seleccionando textos. Hace dos años hice la selección definitiva e incorporé ‘Mai’, que había adaptado Gabriel Sopeña”.

Dice la cantante que eligió poemas de una emoción especial, que pudieran ser cantados y que pudieran tener un estribillo. “Con ‘Mai’, son doce canciones. Me he dejado ir libremente, buscando sentimientos, belleza, atmósferas. No tenía una idea de entrada, pero al final creo que queda un disco unitario donde hay de todo”. Quiere decir que hay amor y desamor, erotismo y sensualidad, paisaje, sentimientos, miradas al pasado, denuncia y afición a las palabras.

“La poesía de Ánchel Conte es de un gran intimismo. Es de esas líricas que conmueven y que llegan al corazón. Decidí abordarla con libertad, poco a poco. Yo creo que hay tres polos claros de inspiración y de trabajo en ‘Zarré os uellos’: el influjo de la música popular aragonesa, pienso en Biella Nuey, en La Orquestina del Fabirol o en O’Carolan, entre otros grupos, pero también me interesan muchos folclores como el vasco; me marcó Oskorri, por ejemplo. Me interesa mucho esa orientación y está en el disco. Y está la canción de autor, pienso en Silvio Rodríguez, en Labordeta, en Mísia, la cantante de fados, en Tracy Chapman, y también en la cantante húngara Márta Sebestyén”. Subraya que también hay otra orientación, vinculada al pop.

Elena Martínez dice que el álbum, que se fue haciendo poco a poco, con intuiciones y ráfagas de inspiración, en ratos perdidos, ha contado con la colaboración de Roberto Montañés, “que tiene estudio en Luco de Jiloca, y lo grabamos allí”. Roberto Montañés es uno de los integrantes del dúo Los Gandules. “Roberto ha sido clave. Sobre todo en los arreglos y en el acompañamiento musical. Cogíamos un tema, le llevaba la línea melódica a la guitarra y de repente me decía que le metiésemos un violín, o cosas así. Es un hombre con talento y muy generoso. Yo había pensado usar solo guitarra o acordeón, y él ha sido decisivo para que tenga otra sonoridad”.

Elena Martínez no quiere teorizar sobre nada, ni sobre política ni sobre la lengua. “El aragonés está condenado a desaparecer. Es una lengua llena de musicalidad. Mucha gente me pregunta por qué canto en aragonés. También es un homenaje a Aragón y a su riqueza”, señala, y confiesa que habló mucho con el poeta Ánchel Conte por teléfono y por ‘mail’. “Con todo, aún no nos conocemos”, revela.

Ánchel Conte, consultado por HERALDO, confiesa: “El disco de Elena me ha gustado porque creo que la música se ajusta perfectamente al poema, sin estridencias. Es como un recitado en el que música y poesía se complementan. Hay momentos en que al oír la canción me viene a la memoria el momento exacto en que escribí el poema, el estado de ánimo en que nacieron los versos. Raramente releo mis poemas; sin embargo sé que el disco lo voy a oír con frecuencia. Es curioso cómo la música ayuda a resucitar el pasado”, dice, y reflexiona sobre el actual momento del aragonés: “En este momento tiene un apoyo institucional y eso ha ayudado mucho a que se reactive: escuelas, editoriales, discos... Ver el sello del Gobierno de Aragón en el disco es estimulante”.

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