Blogia
Antón Castro

Ilustradores

SERGIO MORA PINTA Y CUENTA LA VIDA DE CHIQUITO DE LA CALZADA

Gregorio Sanchez Fernández es, para algunos, entre ellos para el palmero Arito Katana “el cómico más grande de todos los tiempos”. Lo dice en el libro ‘Las legendarias aventuras de Chiquito’ (Temas de Hoy), una biografía ilustrada del dibujante Sergio Mora, que aquí se convierte en biógrafo y narrador. Andreu Buenafuente dice, a propósito de esta alianza: “Sergio Mora es mi dibujante favorito y Chiquito un monstruo del humor. La suma es una multiplicación de surrealismo”. El periodista José María Rodríguez es un grann apasionado de Chiquito y retrata así a un hombre que se hizo tan famoso como Los Beatles y que ni podía ir al fútbol: “Chiquito era genio y figura. Porque era un genio y, también, nuestra primera figura del humor. Alguien que te arrancaba una sonrisa no solo con lo que contaba, sino con cómo lo contaba. Alguien que de joven fue capaz de enseñar flamenco a los japoneses y, ya de mayor, logró cambiar el vocabulario de todo un país. Y aunque no se consideraba un pecador, sí reconocía ser ‘un poquito fistro’. De Chiquito solo tenía el nombre. Más grande no se podía ser”.

En el fondo, Sergio Mora, a través de su personaje de ficción Arito Katana, coincide por completo con esta percepción y presenta al personaje con una variedad gráfica deslumbrante y con su peculiar colorido: hay secuencias de cómic, cartelería, retratos individuales y de conjunto, elementos de ciencia ficción, pop art, arte psicodélico, de circo y flamenco, y también se acerca al mundo de las series, como ‘Vacaciones en el mar’, o la movida madrileña.

El libro, en realidad, es una biografía de Chiquito pero también de Arito Tanaka. Es un libro de vidas paralelas: Arito habría sido el mejor amigo del humorista malagueño y por ello lo acompañó en sus grandes hitos y en algunos hechos que quizá sean falsos: ¿conoció de verdad Chiquito a Steven Spielberg, llegó a bailar con un fascinado Michael Jackson? Sergio Mora coloca al lado de sus dibujos un “fake ?”.

Gregorio Sánchez Fernández nació en Málaga, en el barrio de Calzada de la Trinidad, en 1932. Era hijo de un electricista sevillano y debutó a los ocho años como cantaor de flamenco en el grupo Capullitos Malagueños. Dejó el colegio muy pronto y lo pasó bastante mal. “Pasábamos más hambre que el sastre de Tarzán”, diría años después. Se quedó huérfano de padre a los seis años y de su padrastro no tenía los mejores recuerdos precisamente: “… era para mí un fenómeno, pero me llevaba a todos los sitios a cantar para llevárselo”. Decía chistes y cantaba por todos los palos, en los tablaos El Chinitas, La Taberna Gitana, Peña Juan Breva, y “venía la gente de los pueblos a escuchar flamenco”.

Aquel joven, que tenía el don de hacer reír, se fue a Torremolinos en los años 60, cuando empezaba a desmelenarse el destape. Allí, descubrió la picaresca y a los empresarios aprovechados. “Nosotros nos hemos tirado a lo mejor veintitantos años trabajando en tablaos y luego habían pagado tres o cuatro meses de seguros sociales”. Dijo que en aquellos días conoció a Malon Brando y al presidente argenitno Juan Domingo Perón.

De Torremolinos se fue a Marbella en un espectáculo de variedades, como cantaor. “Yo ya contaba mis chistes, era así de siempre. De hecho, en mi tiempo en los tablaos, entre actuación y actuación, yo solía ponerme a contar chistes para que no se aburriera la gente”. Más tarde pasó a Madrid, y actuó en el Teatro Calderón, en Circo Price y La Latina, en una ocasión en un cuadro con el joven Camarón en 1971. En medio, en el Teatro Chino de Manolita Chen, conoció a la bailarina Pepita, de 18 años, que sería la mujer de su vida. Años después, Chiquito diría: “Cuando vi a esa mujer en primera fila me dije: ‘¡Hasta luego, Lucas! Esta ya no se me va’”.

Chiquito también vivió durante dos años la gran aventura de su vida: se trasladó a Japón, aprovechando el boom del flamenco en el país. Le seguía persiguiendo el hambre: “Esa gente comía pescado crudo y hasta perro pecador. Pasé más hambre”. Regresó a España, ejerció de palmero más que de cantaor, y poco a poco, amenizaba todo lo que hacía con sus chistes. Por entonces, habría deslumbrado a Michael Jackson. Y actuó en el Rock Ola, donde bailó el ‘moonwalker’ y “los guiris y los modernos madrileños, con sus chupas de cuero, le hicieron coro dando palmas”.

Poco a poco su figura fue agigantándose hasta convertirse en todo un artista diferente, simpático, candoroso, ingenioso y chispeante. Estab a punto de nacer ‘El Pecador de la Pradera’. Sergio Mora, que no se ahora bromas ni talento ni un gran conocimiento de la época y de la ilustraciñón, dice que fue el productor y director Tomás Summers se “quedó fascinado al ver en acción a aquel bicho raro con más de 60 años, camisas estrafalarias y humor tan diferente a cualquier cosa”.

En Torremolinos presentaba “un show de palabras raras, sonidos guturales como ocuando aprietas un pato de goma, saltitos con la mano en las lumbares y sacudidas como de descargas eléctricas”. Con la ayuda de la televisión, y el programa ‘Genio y figura’, nació una auténtica estrella, que también haría cine. La muerte de su mujer le dejó hundido. Se consoló en el café Chinitas y con escasos fogonazos de humor. Aconsejaba, contra las guerras: “No pelearse, que está la cosa mu mala pero todo llegará a su sitio”.

Falleció el 11 de noviembre de 2017, a los 85, y Sergio Mora sospecha que España entero dijo: “¡Hasta luego, Lucas!”. José María Rodríguez recuerda su paso por Zaragoza: “Lo vi en el Príncipe Felipe y en el Auditorio, cuando vino con el Zaragoza Comedy, y qué estrella era sin que él fuera consciente de ello. La gente se reía antes de que contara un chiste”.

Tenía un carisma irresistible y era como metralleta de sonidos, onomatopeyas y gestos que cristalizaban en una forma personalísima de humor.

*La ilustración es de Sergio Mora.





 

DIEZ CÓMICS DE VIDAS DIBUJADAS

Diez cómics de biografías pintadas

 

Una selección de diez tebeos o novelas gráficas que hablan de Boix, Buñuel, Bowie, Labordeta, Dalí o Céline

 

Vivimos una época febril de tebeos, historietas y novelas gráficas. Aragón tiene verdaderos expertos en este género –Antonio AltarribaJosé María Conget, Juan Royo, Óscar Senar, entre otros- y crea acontecimientos, ferias y festivales. Con el inicio de las vacaciones de verano, sugerimos diez títulos de un subgénero que da mucho que hablar: el biopic gráfico, la biografía en imágenes. He aquí diez títulos posibles.

 

EL FOTÓGRAFO DE MAUTHAUSEN. Salva Rubio, Pedro J. Colombo y Aintzane Landa. Norma.

Francesc Boix estuvo prisionero en el campo de Mauthausen, con el aragonés Mariano Constante, entre muchos otros. Él reveló al mundo el horror y la barbarie que allí se vio, y sus fotos, clandestinas, fueron un documento impresionante. El libro emociona casi tanto como su destino y su grandeza. Un excelente y oportuno trabajo.

 

BOWIE. UNA BIOGRAFÍA. María Hesse y Fran Ruiz. Lumen.

María Hesse deslumbró a los lectores con su obra anterior sobre Frida Kahlo. Allí dibujaba y escribía el texto. Ahora, en este cómic, rebosante de color, ingenio y fantasía, cuenta con los textos de Fran Ruiz, que crea un artificio creíble: el propio David Bowie, un músico capital del siglo XX y XXI, el rey del 'glam' y del mestizaje, narra en primera persona su vida y la adorna de hechos que aparentan ser soñados o fantásticos.

 

LA NOCHE PERDIDA DE LUIS BUÑUEL. Guión: Queco Ágreda. Dibujo: Javier Ortiz. Color: Guillermo Montañés. GP/DGA. Zaragoza, 2018.

Después del gran impacto de ‘Un perro andaluz’, ‘La edad de Oro’ y ‘Las Hurdes. Tierra sin pan’ se exilió en Estados Unidos. Estuvo casi tres lustros sin hacer cine, desde 1933 a 1946. Eso le condujo a la inseguridad y a cuestionarse su vocación, pero finalmente logró salir adelante con ‘Gran Casino’ y sus espléndidas películas mexicanas. Todo ese proceso se narra en este cómic lleno de matices, de documentación y de respeto, donde todos han trabajado a un gran nivel: el guionista Ágreda, el ilustrador Javier Ortiz, en su primer libro, y el colorista Guillermo Montañés. 

 

UN PERRO DE DIOS. Texto de Jean Dufaux. Dibujos de Jacques Terpant. Ponent Mon.

Louis-Ferdinand Céline (1894-1961) es uno de los grandes escritores del siglo XX, con títulos como ‘Viaje al fin de la noche’ o ‘De un castillo a otro’. Su actitud ante el nazismo ha contaminado la apreciación de su genialidad indiscutible. Aquí se cuenta la vida de un hombre paradójico, detestable en algunos extremos, y a la vez apasionado en el amor, capaz del odio, generoso con sus pacientes y sus perros, con aspecto de bohemio piojoso. Irreductible. 

 

EL SUEÑO DE DALÍ. Carlos Hernández. Norma editorial.

Casi resulta difícil pensar que se puedan contar cosas nuevas sobre uno de los grandes surrealistas españoles, y pionero de la publicidad y del márquetin, Salvador Dalí. Aquí, Carlos Hernández, el autor de ‘La huella de Lorca’, recrea su obra con sus desvíos, sus delirios y sus obsesiones, entre ellas el arte y su compañera Gala, su esposa, su compañera, su mejor cómplice y su musa.

 

IGUANA LADY, LA VIDA DE GRACIELA ITURBIDE. Texto: Isabel Quintero. Dibujos: Zeke Peña. La Fábrica.

Graciela Iturbide es una gran fotógrafa mexicana. Dice que “ve la realidad en blanco y negro”. Esta biografía, con texto de Isabel Quintero e ilustraciones de Zeke Peña, es un viaje a lo largo de medio siglo por su vida, sus obras y algunos hitos dolorosos, como la muerte de su hija, que la empujó hacia la fotografía. Su producción abraza el mundo primitivo y ritual, el paganismo y el cristianismo, y el diálogo con los animales. El cómic integra sus fotos más conocidas.

 

TEBEO LABORDETA. Guión: Daniel Viñuales. Dibujo: Carlos Azagra. Color: Encarna Revuelta. GP/ DGA.

No era fácil hacer un buen cómic de José Antonio Labordeta, el hombre llano que reconocía la dignidad de los desfavorecidos. Lo vemos en su contexto familiar, en sus vínculos con su hermano Miguel, sus años en Teruel, ‘Andalán’, el mundo de la canción, de las amistades (no están todas, desde luego), la escritura, la televisión, la política, la inolvidable despedida que le tributó el pueblo de Aragón en la Aljafería. El libro empieza con humor y algo de fantasía: Labordeta anda por el cielo con San Lamberto, un héroe de sus canciones y de su ciudad, a la que amaba y odiaba.

 

LA LEVEDAD. Texto y dibujos: Catherine Meurisse. Impedimenta.

La mañana del 7 de enero de 2015 la dibujante francesa Catherine Meurisse no acudió a trabajar, no le sonó la alarma, y esquivó la muerte en el atentado a la revista de humor ‘Charlie Hebdo’, una barbarie de la que se ha redimido gracias a ‘La levedad’. Este cómic, de 2017, tiene algo de curación, de exorcismo, de isla de supervivencia, de nuevo, para una mujer herida por la muerte de doce de sus compañeros y por el golpe del azar. Esa ‘levedad’ del título pesa y duele mucho.

 

SARTRE. Mathilde Ramadier y Anaïs Depommier. Oberón (Grupo Anaya).

“Para algunos, el filósofo por excelencia del existencialismo, para otros, el eterno provocador, el escritor implicado, el militante incierto, el burgués repentino, el compañero de ruta de Simone de Beauvoir”. Así presenta Oberón a este prócer de la izquierda, autor de libros como ‘Los subterráneos de la libertad’ o ‘A puerta cerrada’. El libro, de línea clara, está montando a partir de una prolija documentación que no excluye los testimonios autobiográficos.

 

MUJERES. VALEROSAS / 1 y 2. Pénélope Bagieu. Dib-buks.

Dos libros que se suman a la defensa y divulgación de las mujeres científicas de los últimos tiempos. Son retratos de mujeres conocidas (Nelly Bly o Hedy Lamarr, por ejemplo) y no tan conocidas que aparecieron en la edición digital de ‘Le monde’. Por aquí andan Wu Zetian, una emperatriz china que anticipó el actual derecho laboral; Agnodice, ginecóloga griega que se disfrazó de hombre para poder trabajar y ayudó a que las mujeres ejerciesen la medicina. Y así hasta 30 en los dos volúmenes.

 

 

JAVI HERNÁNDEZ: MUSEO DE LARRÉS

JAVI HERNÁNDEZ: MUSEO DE LARRÉS

[El jueves 17 de mayo, en el Museo de Larrés, Javier Hernández, ilustrador, editor y cuentacuentos, presenta una selección de su obra. Este es una nota que he escrito sobre su obra. Abajo, puede leerse una síntesis de su trayectoria. La imagen corresponde al libro leporello 'El tango de Doroteo'.]

JAVIER HERNÁNDEZ: ARTE Y ARTESANÍA

DE LA EVOCACIÓN Y LA SUAVIDAD

Javier Hernández es un argentino de ida y vuelta con antepasados en Siresa y Hecho que, un día, decidió desandar el camino que había recorrido su abuelo. En su trayectoria ha hecho de todo: ha sido experto en sonido, conductor de furgoneta, montador teatral, excelente conversador (lo es todavía, claro, y a cualquier hora) y un actor y rapsoda al que le gusta contar sus propios cuentos.

Volvió al viejo solanar del abuelo y aquí, en Huesca o en Siétamo, ha encontrado acomodo para desarrollar su mundo. Le apasiona el tango, desde Gardel a Piazzola, le apasiona el jazz y tiene sensibilidad para la música clásica. Con todo ello, y con esa mano que puede ser preciosista y luminosa, herida de sensibilidad, hace lo que se propone. Ya tiene bastantes libros: libros suyos, dibujados y escritos y contados. Libros ajenos, donde se encarga de encender la luz esencial de muchas páginas. Y en todos ellos ha probado algo esencial: domina el lápiz, los colores, sabe ofrecer una narratividad inmediata, atmósfera, texturas del alma. A la vez, explora la magia, la manufactura, la armonía y el arte contemporáneo.

Javier sabe lo que se trae entre manos. Posee una manera personal y paciente de coger el lápiz, un poderoso sentido del color, el equilibrio y la osadía de la composición, o el encuadre, y una delicadeza increíble para sugerir cosas. Es despacioso y sereno. Disfruta de su quehacer y se atreve a mirar por la ventana hacia el campo, hacia los sueños y su infinito horizonte, hacia el pozo sin fondo de sí mismo. La ansiedad se oculta bajo su sombrero de gaucho. Y se reencuentra con sus dioses: Rembrandt, Vermeer, Picasso, Goya, Monet, los impresionistas. Tiene muchos, aunque ha aprendido a domesticar su idolatría.

Como se sabe de esos viajes por la creación y el delirio trae magníficas compañías: las brujas, los duendes y las brumas del Altoaragón, Doroteo Melero, el hombre que tocaba el bandoneón en un barco hacia Buenos Aires y en la Boca, o Pancracio, una de sus últimas criaturas, atrapada en la corriente del Ebro. Javier Hernández es fino, seguro, incansable. Es algo más que un ilustrador: es un artista de la suavidad, de la melancolía, de la evocación, de la vida arrebatada, pero también es editor, cuentacuentos, titiritero, jardinero y campesino, alguien que se asoma a la noche, al lado de una higuera, un almendro o un olivo, y escucha el murmullo inaudible de los astros. Con los ojos bien abiertos en la oscuridad radical del artista, atrapa luces, fuegos fatuos y esos pájaros insomnes de la fantasía que se vuelven paleta de emoción e intensidad en sus dibujos.

Para alguien como él, tan entusiasta, tan enamorado de lo minúsculo, exponer en el Museo de Larrés es un honor, un regalo y un acto de justicia poética.

 

Antón CASTRO

 

 

 

JAVI HERNÁNDEZ. Currículum profesional

Son veinticinco años los que Javi Hernández lleva dedicado a la producción artística en diversos formatos. Desde su paso por la Escuela de Artes visuales de Rosario su ciudad de origen en Argentina, donde adquirió los conocimientos de la herramientas fundamentales para la expresión plástico visual y formación pedagógica para transmitir esos conocimientos en el ámbito infantil durante diez años.

Compaginando siempre su labor docente con la ilustración en diversos medios gráficos, periódicos, revistas, etc. Colaboraciones en cine de animación con estudios de Rosario y la cineasta Mariana Wenger  y una producción personal de dibujo y pintura que le ha llevado a realizar numerosas exposiciones individuales y colectivas desde 1991 en Argentina, España y Suecia.

En 1997 gana el primer premio de dibujo en el XXIX Salón de Otoño de Artistas Rosarinos. A comienzos del nuevo milenio desarrolla su actividad en España formándose primero como Técnico en dibujos animados tradicionales en Barcelona donde colaboró en la realización de series televisivas  Las tres mellizas o una versión italiana animada de Médico de familia en los estudios Frameman.

Más tarde comienza su experiencia con diferentes compañías teatrales con quienes colabora en la realización de atrezo, títeres y escenografías formándose con la Maestra titiritera Helena Millán.

Actualmente desarrolla su actividad de ilustrador y editor creando el sello Libros de ida y vuelta donde publica los álbumes ilustrados  "Haberlas haylas", "El secreto de Jacinto" adaptando historias populares, "El tango de Doroteo" junto a Antón Castro, "Como ella me enseñó" junto a Arancha Ortiz y "Pancracio el niño batracio" una historia de José María Tamparilla y además  El niño el viento y el miedo y La leyenda de la ciudad sumergida también sobre textos de Antón Castro para la editorial Nalvay. Sueños en papel en editorial Cosquillas o La sonrisa del león con textos de Roberto Malo  y Grotesque de Ignacio Cid Hermoso en la editorial Dissident Tales.

JAVI HERNÁNDEZ ILUSTRA A TAMPARILLAS

JAVI HERNÁNDEZ ILUSTRA A TAMPARILLAS

Javier Hernández, el editor de Libros de Ida y Vuelta, acaba de regresar de Rosario donde presentó nuestro libro 'leporello', 'El tango de Doroteo', y ha continuado un proyecto de un nuevo libro ilustrado. 'Pancracio, el niño batracio', con texto de José María Tamparillas.

 

Explica él en su facebook: [Bueno ya les puedo presentar a Anaís y su galgo Mambrú los dos personajes que acompañan a Pancracio. Que de que va la historia? Uh...para eso habrá que esperar #librosdeidayvuelta #pancracioelniñobatracio #javihernandezdibujante]

MANUEL MARSOL, EN ANTÍGONA

MANUEL MARSOL, EN ANTÍGONA

[Julia Millán.] El viernes, para redondear esta intensa semana, recibiremos en la librería a Manuel Marsol y a Carmen Chica para que nos cuenten el proceso creativo del precioso álbum ilustrado Yokai, publicado por el gran Fulgencio Pimentel, último premio Internacional de Bolonia. Será a las 19,30 en la librería, el viernes, 26 de enero. Merecerá mucho la pena. Marsol ha realizado un puñado de álbumes y libros en los últimos años que demuestran una trayectoria increíble como Ahab y la balle...na blanca (premio Edelvives), El tiempo del gigante, La metamorfosis de Kafka, La venus de las pieles de Sacher- Masoch, El gato de Brasil de C. Doyle o el desplegable sobre Madrid de la portuguesa Pato logico.
Marsol, es el artista invitado en la exposición 'Paseando la mirada. Historias ilustradas desde Zaragoza' que comienza su andadura el 25 de enero, hasta el 23 de abril y que muestra el trabajo de 33 ilustradores/as en la realización de proyectos editoriales muy variados. Será en el Palacio de la Lonja.

HISTORIA DEL CASTILLO DE CADRETE

HISTORIA DEL CASTILLO DE CADRETE

 

El castillo de Cadrete contado

 por un león y una chorva

 

Carlos Soler narra e ilustra la historia de la fortaleza, recién restaurada, en un relato para todos los públicos

 

ZARAGOZA. Carlos Soler (Zaragoza, 1971) publica ‘Qadrït. El león del castillo’, un volumen para todas las edades sobre el castillo de Cadrete (Zaragoza), que fue restaurado recientemente. Fabio Pérez Buil, concejal de cultura de la localidad, se puso en contacto con él porque había visto su cómic didáctico ‘Masara. El viaje de Beltrán’ y le encargó algo semejante. Carlos Soler, que ha trabajado en diseño gráfico, en ilustración y animación, aceptó la propuesta. “Mi conocimiento del castillo se limitaba a saber de su existencia, así que me documenté todo lo que pude. Encontré en Fabio a una persona muy receptiva, dispuesta y con buenas ideas. Después de conocer un poco más de su historia, decidimos darle un giro y cambiamos esa primera idea de cómic por la de un cuento ilustrado que combinase la magia del lugar con los acontecimientos históricos más reseñables”, dice.

Poco a poco fue fijando sus objetivos: “Tratamos de transmitir dos ideas claras. Primera: la historia iba a hablar de lo que significa la memoria y el patrimonio, representadas por la imagen totémica del león Qadrït. Segundo: fijar en el lector unas cuantas ideas básicas del pasado histórico y las características de la fortaleza. Hemos querido combinar una historia mágica con la realidad histórica para que pudiese servir de material didáctico”. El uso del plural abarca a Fabio Pérez Buil, que también actuó de asesor histórico.

Carlos Soler cuenta la biografía en el tiempo del castillo de Cadrete a través de un león y una chova, de la familia de los córvidos, tal vez para potenciar su aroma de cuento más o menos fantástico. “El león Qadrït, el nombre musulmán de Cadrete, y la chova Huerva tienen más de real de lo que parece. En el sótano de la torre del castillo hay un grabado, pequeño, pero estéticamente interesante. Según algunos representa a un perro guardián o a un león de estilo nazarí. Este elemento real fue el desencadenante del cuento y, a mi modo de ver, conectaba la realidad con la magia. Así que imaginamos que fuera un león y que fuese una figura totémica, el alma del castillo, dibujada por un miembro de las huestes de Abderramán”. El segundo personaje es la chova Huerva (o las chorvas, que ha tenido muchas el castillo) y está conectado con la realidad. “Las chovas anidaban en su torre y Fabio me contó que, tras la restauración, le sugirieron respetar su nido, pues como aves territoriales que son evitarían la presencia de otros pájaros”.

La chova y el león tenían que conocerse y hacerse amigos. Y así sucede en el cuento de dibujos “muy detallistas, con un punto naïf, inocente”. Se les une otro elemento anecdótico, un cilindro que se halló en el transcurso de los trabajos de rehabilitación, en el foso. “Coincide con la época de la expulsión de los moriscos (de esta localidad marcharon más de 800 personas) y con el comienzo del declive del castillo. Es verosímil que fuese enterrado con algún tipo de motivación religiosa relacionado con la expulsión. En su interior se halló un pergamino muy deteriorado con motivos vegetales”, resume Carlos Soler.

El castillo de Cadrete, histórica y artísticamente, pertenece a una tipología musulmana de torre o atalaya. La primitiva construcción fue erigida en seis meses para sitiar la ciudad de Saraqusta y se remonta al tiempo en que el poderoso Abderramán trataba de consolidar un califato. Carlos invita a visitar el castillo restaurado -“ahora ha perdido aquel aire fantasmagórico de antaño”, revela-, y el nuevo centro de interpretación. “Más que de la historia puedo hablar de la poesía del lugar, de su ubicación, ahora un tanto descontextualizada, con un pueblo desarrollado y moderno a sus pies. Desde su interior se percibe su estratégica situación. El castillo controla el valle del Huerva y permite disfrutar del austero y hermoso paisaje de yesos de los montes de La Plana. Ese mismo yeso es el material en el que está construido y que le hace tener una extraña tendencia a disolverse con el paisaje, del cual procede, como si fuera un azucarillo”, asegura Carlos Soler. “Los álbumes ilustrados tienen la ventaja de que entran por los ojos y la respuesta de la gente es muy positiva en ese aspecto”, sentencia.

 

*Ilustración del autor y dibujante Carlos Soler. El artículo apareció el domingo en 'Heraldo de Aragón'.

 

 

DE 'EL TANGO DE DOROTEO'

http://www.javihernandezdibujante.com/blog/76-javi-hernandez-y-anton-castro-ponen-todo-el-corazon-en-el-tango-de-doroteo

El dibujante argentino afincado en Huesca

y el escritor gallego firman su tercer libro en común.

El tango de Doroteo es el último trabajo a cuatro manos de Javi Hernández y Antón Castro, un libro objeto en el que ambos autores han derrochado altas dosis de cariño,esmero y virtuosismo, capaz de atrapar al lector desde las primeras palabras y trazos con la misma fuerza y lirismo que envuelven los sonidos de un bandoneón.

Myriam Martínez (Diario Alto Aragón)

Como señaló ayer el profesor José Domingo Dueñas en la presentación de esta obra, Antón Castro y Javi Hernández se entienden muy bien. O como diría después el propio Antón, ambos son capaces de adivinarse. Es el tercer título que el argentino y el gallego publican juntos. Los dos anteriores, editados por Nalvay, fueron La leyenda de la ciudad sumergida y El niño, el viento y el miedo.

“Son libros llenos de matices, que requieren una segunda lectura”, advirtió Dueñas. También destacó del dibujante, que reside en España desde hace quince años, su perfección técnica y su capacidad para sugerir con los colores, su confianza en sí mismo y su imaginación. “Su trabajo es muy simbólico y es un gran narrador visual”, aseguró. 

Por la perfección que busca en sus dibujos, se puede considerar a Javi Hernández como un autor clásico, pero Dueñas observó que hay muchos componentes vanguardistas en sus creaciones, utiliza marcos poco habituales, combina extraños elementos y se sirve de muchas metáforas y símbolos. “Hay una labor previa conceptual muy importante y creo que en este libro, Javi se ha superado a sí mismo”, proclamó. A Antón Castro, que se instaló en Aragón en septiembre de 1978, José Domingo Dueñas se refirió como un “todo terreno de la pluma”, aficionado a todo tipo de géneros y disciplinas artísticas, que igual escribe para niños que para adultos.

“Un narrador honesto y fiel a su universo”, resumió, que por cierto acaba de publicar también una nueva edición de Golpes de mar, en la que incorpora cinco relatos inéditos. En El tango de Doroteo, “Antón Castro hace un ejercicio de contención, porque el texto tiene una fuerza enorme y podía haber sido una novela”. Sin embargo, el escritor tenía que dejar su espacio a Javi Hernández, para que él también pudiera contar su propia historia. La original concepción del libro, cuya maqueta fue ideada por Javi Hernández, evoca formalmente al bandoneón. Se ha publicado con su pro- Antón Castro, de pie, y Javi Hernández presentaron el libro en el Centro Manuel Benito tras firmar en la feria. pia editorial, Ida y vuelta, y se puede leer en dos direcciones. El lector, subrayó Dueñas, puede relacionarse con él “cuerpo a cuerpo”, en un ejercicio físico e intelectual.

Huesca04
Huesca01
Huesca02
Huesca03

 

El abuelo de Javi Hernández, natural de Siresa, se fue a vivir a Argentina y ya nunca más regresó a España. Antón Castro le pidió a su amigo que le contara la historia y se inspiró en ella para arrancarle toda la música a EL tango de Doroteo. Un joven deja sus montañas y se embarca hacia Buenos Aires en una travesía inolvidable en la que descubrirá el bandoneón y aprenderá a tocar este instrumento, de origen alemán pero especialmente popular en el Río de la Plata.

El tango de Doroteo Textos: Antón Castro Ilustraciones: Javi Hernández Edita Ida y vuelta “El texto es un homenaje a Javi, a los viajes de ida y vuelta, a la música, a Galicia y a Labordeta -señaló el escritor-. Es un libro objeto que está lleno de cariño, con muchos ambientes diferentes. Siempre que trabajo con Javi invento una película visual, pero me gusta que los fotogramas definitivos los haga él”.

Javi Hernández quiso ayer agradecer a Antón Castro su amistad, “por sus borbotones de cariño y su sabiduría, porque estar con él es una oportunidad para el conocimiento y el aprendizaje”. El dibujante argentino reconoció que para él “el libro está cargado de emoción” por lo que vivieron sus antepasados y las dificultades que él mismo ha tenido que superar a veces. “Es tu trabajo más audaz - manifestó Antón Castro-, en el que más lejos ha llegado tu imaginación”.

Javi Hernández reveló que inicialmente el instrumento que aprendía a tocar Doroteo era una guitarra y sugirió su cambio por el bandoneón, “que tiene una simbología tan potente”. A partir de ese momento, las ideas florecieron de manera imparable y el libro cobró otra dimensión. “Los textos de Antón son tan sugerentes, que cuesta elegir las imágenes porque es difícil no repetir lo que él ya ha dibujado. Eso me permite volar e ir a mi aire”, explicó. Aunque se siente más seguro jugando con el blanco y el negro, admite que ha ganado seguridad con el color. Eso sí, apuesta por la sutileza frente a las estridencias. Al encanto de las voces y las palabras de los tres oradores le pusieron música de tango Raquel Sobrino, al violín, y Fernando Salinas, al bandoneón.

JAVIER HERNÁNDEZ EXPLICA EL LIBRO 'EL TANGO DE DOROTEO'

Cazarabet conversa con...   Javi Hernández, ilustrador del libro 'El tango de Doroteo' (Ida y Vuelta). volumen que se presentó en el Matadero de Huesca y en el Museo Pablo Serrano de Zaragoza con un miniconcierto de Fernando al bandoneón y de Raquel al violín.

 

CAZARABET.

Un libro ilustrado por Javier Hernández con textos de Antón Castro y editado por Ida y Vuelta. Las ilustraciones exquisitas, llenas de sentido, pero también de sensibilidad ponen todo el cuerpo a este especie de cuento que entretiene tanto al público infantil como al juvenil y al adulto porque cada mano que acaricia este libro que se transforma en una especie de bandoneón (acordeón) siente una sensación que engrandece todas las bellezas que se acogen bajo la palabra arte en el sentido más integral y holística de la palabra. Las Ilustraciones, así como el cuidado de la edición, han corrido a cargo de Javi Hernández. Un Hernández que tuvo el valor en estos días de crear su propio sello editorial para guardar cuidado de todo lo que va haciendo. La editorial se llama “Ida y Vuelta”. Los textos de este libro son de puño y letra del gallego, revestido, por los cierzos del Ebro desde hace muchos años, Antón Castro, autor de libros, poemarios, vinculado a Cultura desde el Heraldo de Aragón y coordinador de su especial de Artes y Letras que sale todos los jueves.

El libro desborda en emociones; así que si “dice la sinopsis” que “suena”; nosotros, los libreros, os diremos que el tacto es diferente, el olor es increíble, su sonido desquicia todas las dulzuras que están retenidas dentro. Así que estamos ante un libro para disfrutar en todos y en cada uno de los sentidos.

Lo que nos dice la contraportada de El Tango de Doroteo:

[A Doroteo unos lo llaman Doro y otros Teo. O al revés: su madre lo llama Doro y su padre Teo. Sin habérselo propuesto deja sus montañas y embarca en dirección a Buenos Aires. Descubre el bandoneón. Y en una travesía inolvidable se aficiona al tango. En la cabeza lleva el recuerdo de Rosa. Rosita Urdués, “qué silbaba como nadie y atraía a las aves”. A Doroteo le suceden muchas cosas, pero un día se da cuenta que aquella mujer le hace una falta sin fondo y se acuerda de que en los Pirineos, en la puerta de su casa, plantó el árbol del amor…. En este libro-Bandoneón suena casi todo: el color, la emoción, la nostalgia y los sueños. Atrévete a escuchar.] 

 

Cazarabet conversa con Javi Hernández: 

Javi, ¿de dónde surge este libro; qué te inspiró a ello? Háblanos un poco del proceso de creación; de cómo viaja la inspiración y de cómo, después, lo vas volcando en la ilustración…

-El libro surge de una charla con Antón. Mientras comíamos en un restorán de Zaragoza le contaba sobre mi historia personal y familiar, de cómo primero mi abuelo emigró de un pueblo en el Pirineo aragonés llamado Siresa para llegar a una ciudad muy cosmopolita como Rosario, en Argentina y luego me toco a mi hacer el mismo camino de vuelta cerrando un círculo. Esta historia le inspiro de tal manera que al volver a casa por la noche ya tenía el texto escrito el buzón de mi e-mail con una frase que decía: -“Este es un regalo para ti, haz con lo que quieras”. Fue muy emotivo para mí y lo guarde como un regalo muy especial hasta que al cabo de un tiempo decidí que tenía la oportunidad de poder expresar en formato de libro ilustrado, un tema que marcó mi vida hasta hoy.

 -¿Cómo fue encontrarte con la pluma, tan especial, para estas ilustraciones de Antón Castro? Por cierto, ¿cómo fue trabajar con él?

-Bueno el encuentro con Antón se produjo ya en 2012 trabajando para Editorial Nalvay con quienes hicimos dos libros muy bonitos "El niño el viento y el miedo" y " La leyenda de la ciudad sumergida" y ya en ese momento tuve la oportunidad de contactar con el universo mágico de su literatura con mayúsculas. Para cualquier ilustrador trabajar con un escritor así es enriquecer el propio interior, no solo de imágenes, si no te todo tipo de sensaciones que te provocan estos textos cargados de emociones vitales mezclados con la fantasía más pura.

-Me decías que como querías estar muy encima de todo el proceso para que quedase tal cómo lo habías pensado recurriste a crearte tu propio sello editorial, Ida y Vuelta, ¿bien cómo es el proceso de “hacerte editor”?

-La idea de hacerme editor surge por necesidad de mostrar mi trabajo. El mundo editorial se empezó a volver cada vez más impenetrable para mi, tanto por mi estilo grafico, que no encaja en las tendencias más actuales, como por las historias que me apetece contar. Los dos primeros libros que edite son leyendas populares adaptadas con imágenes (y-ese tipo de historias ya no interesan a nadie, me dijeron algunos editores), pero la verdad es que creo que si hiciese caso a las tendencias todos los libros serian iguales, solo se publicaría aquello que es seguro vender y que está inspirado a su vez en otros que ya tuvieron éxito, con lo cual es un círculo vicioso de poco riesgo.

 -Claro para el protagonista buscaste un nombre como “compuesto” de eso que uno puede abreviar de dos manera, ¿de dónde vino la idea…no sé es como si el nombre se descompusiera, también como el propio libro físicamente hablando que parece un bandoneón….

-El nombre del protagonista fue idea de Antón y precisamente es un juego que él propone mostrando diferentes lecturas dependiendo quien lo diga. Fue justamente esta idea una de las que me llevó a buscar  diferentes posibilidades de contar. Es un libro que tienes que explorar primero varios caminos hasta que consigues dar con la historia, porque si bien puede tener una lectura convencional, no está tan claro por dónde empezar y puedes verte atrapado en un bucle, y eso es muy divertido creo yo.

-Es un libro, también, amigo que es un canto a estimar la naturaleza y a aprender de ella porque solamente podemos estimarla si la conocemos en todas sus dimensiones, ¿cómo lo ves?

-Es muy cierta tu apreciación, es un canto a la naturaleza, a la música como vehículo de conocimiento para entrar en otros mundos. Doroteo aprende a tocar el bandoneón, un instrumento totalmente exótico para él, que no solo le convierte en músico, algo totalmente inesperado en su aventura, sino que además le hace libre y abre la puerta a una cultura nueva, desconocida y apasionante como el tango.

-Si te parece ¿nos cuentas cómo es el día a día de un ilustrador?

-Bueno yo te puedo contar como es mi día a día y que en mi opinión no tiene nada diferente al de cualquier persona que intenta trabajar haciendo lo que considera su oficio. Es decir buscar, crecer y ser mejor a base de trabajar duro y no olvidar que estamos en un aprendizaje continuo.

-Amigo, ¿por qué, en parte, me recuerda un tanto a Tom Sawyer?, perdona quizás aquí mi imaginación. Aunque, ¿qué influencias lectoras has tenido?

-Creo que tu imaginación te llevó Tom Sawyer porque comparte con Doroteo la necesidad de explorar el mundo, el amor por la naturaleza la curiosidad y las ganas de aventuras. Me gusta tu comparación porque Mark Twain , Dickens o Verne fueron mis primeras lecturas, las que me marcaron y a las que siempre vuelvo.

-Y en cuanto a las del mundo de la ilustración: ¿quién te influyó más y de una manera más especial?

-Sobre las influencias sería difícil decir quién porque hubo muchos autores de distintos ámbitos y en distintas épocas,  están los ilustradores como Rackham, Moebius, Mattotti o los pintores holandeses desde Rembrandt, Vermeer dibujantes como Ingres, en fin…

-Amigo, ¿en quién pensabas cuándo construías este libro?

-La construcción del libro me llevó bastante tiempo, así que fue posible pensar en muchas cosas y muchas personas pero indudablemente la figura de mi abuelo fue la inspiración en esta historia.

-Amigo, ¿en qué estás trabajando en la actualidad, nos puedes dar alguna pista? Y con la editorial Ida y Vuelta… ¿piensas editar algo que vaya más allá de tus creaciones?

-En la actualidad trabajo en un proyecto también de Libros de Ida y vuelta. Se trata de un cuento ilustrado muy bonito en colaboración con el escritor José Maria Tamparillas, en el que la mirada infantil sobre lo diferente es el eje principal. Sobre las publicaciones de Ida y vuelta puedo decir que estoy abierto a proyectos que puedan resultar estimulantes siempre en el terreno de los libros ilustrados para todos los públicos.