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Antón Castro

JAVI HERNÁNDEZ: MUSEO DE LARRÉS

JAVI HERNÁNDEZ: MUSEO DE LARRÉS

[El jueves 17 de mayo, en el Museo de Larrés, Javier Hernández, ilustrador, editor y cuentacuentos, presenta una selección de su obra. Este es una nota que he escrito sobre su obra. Abajo, puede leerse una síntesis de su trayectoria. La imagen corresponde al libro leporello 'El tango de Doroteo'.]

JAVIER HERNÁNDEZ: ARTE Y ARTESANÍA

DE LA EVOCACIÓN Y LA SUAVIDAD

Javier Hernández es un argentino de ida y vuelta con antepasados en Siresa y Hecho que, un día, decidió desandar el camino que había recorrido su abuelo. En su trayectoria ha hecho de todo: ha sido experto en sonido, conductor de furgoneta, montador teatral, excelente conversador (lo es todavía, claro, y a cualquier hora) y un actor y rapsoda al que le gusta contar sus propios cuentos.

Volvió al viejo solanar del abuelo y aquí, en Huesca o en Siétamo, ha encontrado acomodo para desarrollar su mundo. Le apasiona el tango, desde Gardel a Piazzola, le apasiona el jazz y tiene sensibilidad para la música clásica. Con todo ello, y con esa mano que puede ser preciosista y luminosa, herida de sensibilidad, hace lo que se propone. Ya tiene bastantes libros: libros suyos, dibujados y escritos y contados. Libros ajenos, donde se encarga de encender la luz esencial de muchas páginas. Y en todos ellos ha probado algo esencial: domina el lápiz, los colores, sabe ofrecer una narratividad inmediata, atmósfera, texturas del alma. A la vez, explora la magia, la manufactura, la armonía y el arte contemporáneo.

Javier sabe lo que se trae entre manos. Posee una manera personal y paciente de coger el lápiz, un poderoso sentido del color, el equilibrio y la osadía de la composición, o el encuadre, y una delicadeza increíble para sugerir cosas. Es despacioso y sereno. Disfruta de su quehacer y se atreve a mirar por la ventana hacia el campo, hacia los sueños y su infinito horizonte, hacia el pozo sin fondo de sí mismo. La ansiedad se oculta bajo su sombrero de gaucho. Y se reencuentra con sus dioses: Rembrandt, Vermeer, Picasso, Goya, Monet, los impresionistas. Tiene muchos, aunque ha aprendido a domesticar su idolatría.

Como se sabe de esos viajes por la creación y el delirio trae magníficas compañías: las brujas, los duendes y las brumas del Altoaragón, Doroteo Melero, el hombre que tocaba el bandoneón en un barco hacia Buenos Aires y en la Boca, o Pancracio, una de sus últimas criaturas, atrapada en la corriente del Ebro. Javier Hernández es fino, seguro, incansable. Es algo más que un ilustrador: es un artista de la suavidad, de la melancolía, de la evocación, de la vida arrebatada, pero también es editor, cuentacuentos, titiritero, jardinero y campesino, alguien que se asoma a la noche, al lado de una higuera, un almendro o un olivo, y escucha el murmullo inaudible de los astros. Con los ojos bien abiertos en la oscuridad radical del artista, atrapa luces, fuegos fatuos y esos pájaros insomnes de la fantasía que se vuelven paleta de emoción e intensidad en sus dibujos.

Para alguien como él, tan entusiasta, tan enamorado de lo minúsculo, exponer en el Museo de Larrés es un honor, un regalo y un acto de justicia poética.

 

Antón CASTRO

 

 

 

JAVI HERNÁNDEZ. Currículum profesional

Son veinticinco años los que Javi Hernández lleva dedicado a la producción artística en diversos formatos. Desde su paso por la Escuela de Artes visuales de Rosario su ciudad de origen en Argentina, donde adquirió los conocimientos de la herramientas fundamentales para la expresión plástico visual y formación pedagógica para transmitir esos conocimientos en el ámbito infantil durante diez años.

Compaginando siempre su labor docente con la ilustración en diversos medios gráficos, periódicos, revistas, etc. Colaboraciones en cine de animación con estudios de Rosario y la cineasta Mariana Wenger  y una producción personal de dibujo y pintura que le ha llevado a realizar numerosas exposiciones individuales y colectivas desde 1991 en Argentina, España y Suecia.

En 1997 gana el primer premio de dibujo en el XXIX Salón de Otoño de Artistas Rosarinos. A comienzos del nuevo milenio desarrolla su actividad en España formándose primero como Técnico en dibujos animados tradicionales en Barcelona donde colaboró en la realización de series televisivas  Las tres mellizas o una versión italiana animada de Médico de familia en los estudios Frameman.

Más tarde comienza su experiencia con diferentes compañías teatrales con quienes colabora en la realización de atrezo, títeres y escenografías formándose con la Maestra titiritera Helena Millán.

Actualmente desarrolla su actividad de ilustrador y editor creando el sello Libros de ida y vuelta donde publica los álbumes ilustrados  "Haberlas haylas", "El secreto de Jacinto" adaptando historias populares, "El tango de Doroteo" junto a Antón Castro, "Como ella me enseñó" junto a Arancha Ortiz y "Pancracio el niño batracio" una historia de José María Tamparilla y además  El niño el viento y el miedo y La leyenda de la ciudad sumergida también sobre textos de Antón Castro para la editorial Nalvay. Sueños en papel en editorial Cosquillas o La sonrisa del león con textos de Roberto Malo  y Grotesque de Ignacio Cid Hermoso en la editorial Dissident Tales.

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