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Antón Castro

CARTIER-BRESSON: LA MIRADA INMORTAL

Ayer por la mañana fui a Daroca con el joven fotógrafo Alfonso Reyes. Alfonso, pesar de tener sólo 22 años, ya ha hecho muchas cosas. Ha trabajado de casi todo, aquí y allá, hasta el punto de que sería capaz de levantar un tabique de obra. Durante el viaje hablamos de fotografía: de quince, veinte, treinta o cuarenta fotógrafos por lo menos. Cuando estábamos llegando a Daroca recordamos al gran Henri Cartier-Bresson, pintor, dibujante, cineasta y sobre todo el más famoso fotógrafo de todos los tiempos. El hombre que retrató a Matisse, a Giacometti, a Ezra Pound, a Albert Camus, a Faulkner, a Picasso, a Colette, pero también las guerras del mundo. Nos enseñó a ver lo invisible en lo visible, nos enseñó a mirar en el instante decisivo, y nos mostró que su ojo componía ya con el secreto de la geometría. Dijo: “La geometría es el principio”. Recordamos muchas de sus fotos: España, México (aquella dos mujeres que se aman de golpe y aparece la milagrosa Leica para inmortalizar ese instante de puro placer), la India, Rusia, Estados Unidos y París, París por supuesto. Alfonso Reyes (que desconoce a su homónimo mexicano, el rival de Borges en erudición) retrató a los alumnos y profesores del Curso de Música Antigua de Daroca.

Por la noche, un teletipo anunció la muerte de Cartier-Bresson, que estuvo en Zaragoza hace una década en Ibercaja y apenas se dejó fotografiar. Ha sido un maestro absoluto, el poeta sádico, el ojo estremecido del siglo XX, el hermano en Mágnum de Robert Capa. Empezamos a amar la fotografía por sus fotos. ¿Cómo vamos a olvidar aquel retrato extraordinario de Jean Renoir, con quien trabajó, con su complexión de inmenso animal bondadoso y tranquilo?

1 comentario

Angel -

Sus ojos, un archivo.