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Antón Castro

ABRAÍN, DELGADO, AGUILAR, TEIRA Y UN INCIDENTE INGRATO

1. Avanza Javier Delgado por Independencia con su barba nevada. Tiene muy poca voz y está de baja. Sigue estudiando y publicando con intensidad. A su lado, caminan Ana, su mujer, y su preciosa hija Celia. Javier me cuenta algo que le tiene entusiasmado: dentro de unos meses, Prames reeditará en edición de artista su libro “Zaragoza marina”, que publicara Luciano Gracia en la colección Poemas. La nueva edición, en formato grande, lleva un brillante prólogo de José-Carlos Mainer y unas ilustraciones de Jorge Gay. Javier está realmente entusiasmado con ambos: con el afecto y la lucidez de Mainer, y con la exuberancia, el esfuerzo y la intensidad de Gay, que es otra forma de cariño y lucidez hacia la obra poética de Javier Delgado.

2. Sergio Abraín sale del atardecer de su estudio e ingresa en la noche de las tabernas. Se encuentra con José Luis Solanilla (padre de Héctor, el gran capitán y ariete del San Gregorio de División de Honor Infantil), reportero de arte de “Heraldo”, un tipo espléndido que ama las cosas del campo, y conmigo. Entramos en la cervecería irlandesa de la calle Cádiz. Hablamos largo rato del libro catálogo de la revista “Aki Zaragoza”, en la que participan muchos escritores, pintores y diseñadores de la ciudad. Convenimos que algunos miran con prejuicios esa publicación que es un inventario inagotable de gentes, de tribus urbanas, que viven y gozan la ciudad: Zaragoza. Abraín, apasionado de las máquinas como su padre y ahora artista casi escéptico pero vitalista, dice que su trabajo con los enfermos mentales ha tenido tal repercusión que le están llamando de distintos países europeos –Italia, Bélgica, Hungría o Rumanía...- para que explique esa labor. Son cinco o seis invitaciones que ya ha aceptado. Como dijo un famoso director de periódico cuando un amigo publicó un artículo en una revista madrileña, Aragón exporta talento. La taberna está llena de mujeres preciosas. No son éstas las que salen en los programas “telebasura” ni en los “Gran Hermano”de turno.

3.Anoche se presentaba en Huesca el libro “Los Cien oscenses del siglo XX” y se produjo el inesperado encuentro entre el alcalde Fernando Elboj y Víctor Pardo Lancina. Elboj, a pesar de la carta en “El país” y de que hubo de retractarse del monumento a Vicente Campo Palacio, dio un paso al frente y le tendió la mano a Víctor. “Fue un cálido estrechón de manos”, nos dijeron. Elboj mantuvo la mirada, desafiante y seguro, como un pistolero encarnado por Clint Eastwood. Punto final a un incidente ingrato. Como me ha pedido un amigo, el señor Elboj no volverá a aparecer en este blog. Por cierto, uno de los oscenses de talla universal que no aparece en ese volumen es Javier Tomeo. Ese olvido invalida por completo el título...

4. José Antonio Aguilar pasea por Independencia la programación secreta del festival de cine de Fuentes. Volverá a haber muchas sorpresas. No quiso adelantar nada, “La luz del entendimiento / me hace ser muy comedido” escribió Lorca en “La casa infiel”. Sabemos sí que, entre las sorpresas de este año, estarán José Luis Borau y que un encuentro entre cortometrajistas de Galicia y Aragón, que serán recibidos o presentados consonidos de gaita. “Punteiros de gaita acompañárano”, dijo Luis Pimentel, mi poeta gallego preferido con Luis Amado Carballo del 27, en un poema estremecedor: “Enterro do neno pobre”. Aguilar ha buscado complicidades ocultas en Luis Alegre, el amante de Halle Berry, que prepara por cierto para Historia del cine español de los últimos años para la editorial madrileña Pons.

5. Querría contar que la otra noche me encontré también con un escritor estupendo y un formidable ser humano: Félix Teira. Sé que no debo excederme en los elogios porque a veces resultan inverosímiles, pero no es el caso, no es el caso. (Por ejemplo: me llega la trilogía de Juan Goytisolo de “El Aleph” y confieso que es un escritor que detesto, que lo que hace y lo que dice, por lo regular, me dan como tres patadas en la espinilla. No soporto su afán de trascendencia permanente. Quizá sea un poco arbitrario, sólo un poco, con él). Volvía de cenar con amigos con su mujer María, ya recuperada del todo. Ha remontado una enfermedad difícil y convenimos con Félix que está más bonita que nunca. Félix, que vive la literatura con un nuevo sosiego, igual que me ocurre a mí, tiene un nuevo libro de relatos en busca de editor. En realidad, su agente ya ha conseguido editorial. Saldrá próximamente. Félix Teira, del que me habló por primera vez hace más de una década Gerardo Alquézar, es un prodigioso conocedor de los secretos de la guerra y posguerra de Belchite y un fantástico narrador oral que nunca se las da de nada. Jamás le hemos visto un borrón de pedantería, de grandilocuencia o de vanidad.

7 comentarios

patri -

En los 100 oscenses del siglo XX se dejan a Tomeo(entre otros) y ponen a Jose Beulas que es catalán de toda la vida. No debería alguien decirle al autor que lo ha escrito que se documente un poco? para no parecer de Huesca más que nada.

Antonio -

Quizá el libro debiera titularse: "Cien oscenses del siglo XX".

Antón -

Arranz no sale como dije el otro día, pero Mari Cruz Sarvisé, sí. Tampoco aparece José Vicente Torrente...

Anttonio PEREZ MORTE -

¡Qué buena noticia la reedición del poemario de Javier Delgado!¡Cuántos buenos libros para la historia nos dejó Luciano en su colección! Seguro que la edición de Prames y la participación de Mainer y Gay hacen justicia al libro.

Por cierto, hablando de pintores: Arranz no sale en el libro de los cien aragoneses del siglo XX, pero ¿aparece María Cruz Sarvisé?. La ausencia de Tomeo no tiene justificación
posible.

Hay muchas cosas, en esta tierra nuestra, injustificables e inoportunas e ingratas, menos mal que a veces, quedan en un estrechón de manos y una mirada.

Cide -

Ciertamente, no lo digo por decir. Luis es envidiable, porque es raro encontrar a alguien que hable mal de él. En especial si de mujeres se trata. Todas habláis de Luis con una dulzura que pondría los dientes largos a cualquiera. Es muy afortunado en eso.

Patricia y Charo -

Cide:
Vuelves a tener razón. Ese título es bastante absurdo, pero la lista de amantes de Luis Alegre no cabría en este blog. Y si cupiese, os daría tanta envidia que no volverías a entrar en estas páginas. Hablamos con cierta experiencia.

Cide -

Jorge Gay merecería ser más conocido en su tierra. Un gran pintor.

Sobre los “Los Cien oscenses del siglo XX”, sólo me gustaría decir que odio esos títulos. Es como hablar de "libros imprescindibles". Los rankings y las listas de éxitos sólo sirven de orientación manipuladora a gentes sin criterio. Con esto no quiero decir que el libro no merezca la pena, seguro que los cien personajes que salen son gente que merece ser recordada. No obstante, insisto, hacer una lista que se llame “Los Cien oscenses del siglo XX” no deja de parecerme increíble por mucho que estas cosas se hayan convertido en habituales.

La lista que seguramente será interesante es la de amantes de Luis Alegre. Jeje. (No te lo tomes a mal Luis, es sólo que te tengo envidia.)