EL DETECTIVE, PELÉ Y EL CAMPESINO LECTOR
1. El detective y rapsoda Fernando González prepara un homenaje, con otros muchos amigos (entre ellos, Rafael Castillejo y Fernando Gracia), a Ramón Perdiguer. Penetró en su sagrado laberinto de cinefilia y se quedó fascinado con ese orbe donde la vida es cine y el cine es sueño de vida. Además, le conmueve esa pasión sostenida en el tiempo por Greta Garbo, la mujer enigmática que decidió retirarse del mundo con un torbellino de recuerdos. Fernando se inspira en Gabriel y Galán, y dialoga consigo mismo, con el sabio de películas y botillerías. Parece a punto de darlo todo por un par de adjetivos o por dos o tres metáforas que expresen lo que él quiere decir: desea atrapar el panegírico del alma y desabrocharlo para todos, como un pájaro en desbandada. Mientras le llegan los versos, sufre como un escritor de talento que ama la perfección y se desvela hasta el dolor y el extravío en su búsqueda.
3. Lo contaba ayer brevemente. Pero insisto en ello. Pepe Melero apareció ayer a mediatarde con una bolsa cargada de libros: el nuevo número de la revista Rolde -en la que él y Antonio Pérez Lasheras conversan con Ignacio Ciordia, y Eloy Fernández escribe un largo ensayo biográfico sobre Francisco Bastos Ansart, primer diputado aragonés-, un ejemplar intacto de Vidas minadas de Gervasio Sánchez y el poemario Piedra viva de José Albi, que es el número dos de la revista Poemas, toda una joya dedicada por Pepe a lápiz. Pero además me cuenta que esta noche, en el Estadio Bernabéu, la directora general de Instituciones Penitenciarias Mercedes Gallizo estará en el palco con dos invitados aragoneses: José Antonio Labordeta y Luis Alegre, que ayer mismo entrevistaba a Marisa Paredes, aquella mujer sofisticada y altísima como chopo que hacia el cielo se despereza que empezamos a amar en Crimen y castigo. Muy cerca de ellos estará Edson Arantes do Nascimento, Pelé, que estuvo en la Romareda un tres de septiembre de 1974, en aquel día en que Iselín Santos Ovejero lanzó un zambombazo al travesaño y lo desencuadernó. Aquel partido tenía algo muy bonito: Pelé abrazó a Violeta y Carriega, desde luego, pero además se fotografió con quien era considerado en Latinoamérica el Pelé blanco, Saturnino Arrúa. Dos fotos de esa noche épica podremos verlas en el Matadero de Huesca desde el próximo miércoles, y después en la sala de Multicaja (cerca de la Puerta del Carmen), en Zaragoza. En una, Arrúa y Pelé se abrazan ante la mirada atenta de Antonio Calvo Pedrós, y en la otra un grupo de aficionados se arremolina al calor del héroe. Uno de ellos mirada a la cámara y luce una ostentosa mancha de aceite. Y es que hay bocadillos pringosos que no respetan ni las grandes ocasiones
3. Cuando vivía en La Iglesuela del Cid, anteayer mismo, tomaba café y leía la prensa todos los días en el bar Amadeo, de Amadeo y Pura. Y por allí siempre aparecía un vecino que tenía casa en Castellón y una fijación especial por Pancrudo. Era como el embajador oculto de la atleta Esther Lahoz, me contaba siempre donde participaba, cómo había corrido en los Juegos Mediterráneos, sus últimas marcas. Y, tras muchos minutos de incidencias, me preguntaba: ¿Cuánto tiempo hace que no vas por Pancrudo?. Nunca me atreví a decirle que nunca había estado en ese pueblo turolense. Luego, sin avisar, se murió de un infarto aquel diccionario ambulante de atletismo de una única corredora.
Desde que vivo en Garrapinillos, Pancrudo ha vuelto a reaparecer en mi vida. Tengo una amable vecina que es de allí. Un día me paró por la calle y me dijo: ¿Qué tal va ese periódico? En casa leemos sus artículos. Y unos días después: Ya lo vemos por la tele, ya. Y nos quedamos hasta que acaba. Así que nos debe usted una hora de sueño. También repara si he escrito poco o mucho en una semana. Hoy mismo me he encontrado con mi adorable vecina, ya jubilada, y me dijo: ¿Cuándo va a salir ese libro suyo, ya lo leímos el otro día en el periódico?. Imaginé que hablaría de El sembrador de prodigios y le dije: Se presenta el once de abril en la Biblioteca de Aragón. Así es de meticuloso y previsor el coordinador Javier Aguirre. Luego empezó a contarme que su marido había sido albañil primero y luego campesino con tierras en la Cuesta del Zorro, aquí en Garrapinillos. Y me contó algo conmovedor e infrecuente. El buen hombre se había convertido, con sus 70 años o casi, en un fervoroso lector. Anoche mismo se quedó hasta las tres de la mañana. Se ha terminado Los pilares de la tierra [de Ken Follet] en muy pocos días. No le gusta la televisión y disfruta con los libros. La bibliotecaria Teresa siempre me da cosas amenas que le interesan mucho. Ahora está muy interesado en leer El número de Dios [de José Luis Corral. Edhasa] y también le gustan mucho las cosas de historia de Aragón. Esa mujer tiene una hija que trabaja en la farmacia de Garrapinillos, cuyo dueño es Celso, buen amigo nuestro nacido en Cantavieja, el pueblo próximo a La Iglesuela tan vinculado a mi literatura. Bien se ve que la vida es un abanico de contigüidades. Hay domingos en que la vida, bajo la neblina y el frío, te hace regalos impensados. Pensé en mi vecino lector y en su felicidad conquistada, y me dirigí al kiosco.
4.Algunos amigos me dicen que frecuentan de vez en cuando este blog. Y me dicen que debiera publicarlo. Soy, ahora mismo, un escritor jovencísimo a la búsqueda de un editor que desee publicar mi primer diario de 2004.
3. Lo contaba ayer brevemente. Pero insisto en ello. Pepe Melero apareció ayer a mediatarde con una bolsa cargada de libros: el nuevo número de la revista Rolde -en la que él y Antonio Pérez Lasheras conversan con Ignacio Ciordia, y Eloy Fernández escribe un largo ensayo biográfico sobre Francisco Bastos Ansart, primer diputado aragonés-, un ejemplar intacto de Vidas minadas de Gervasio Sánchez y el poemario Piedra viva de José Albi, que es el número dos de la revista Poemas, toda una joya dedicada por Pepe a lápiz. Pero además me cuenta que esta noche, en el Estadio Bernabéu, la directora general de Instituciones Penitenciarias Mercedes Gallizo estará en el palco con dos invitados aragoneses: José Antonio Labordeta y Luis Alegre, que ayer mismo entrevistaba a Marisa Paredes, aquella mujer sofisticada y altísima como chopo que hacia el cielo se despereza que empezamos a amar en Crimen y castigo. Muy cerca de ellos estará Edson Arantes do Nascimento, Pelé, que estuvo en la Romareda un tres de septiembre de 1974, en aquel día en que Iselín Santos Ovejero lanzó un zambombazo al travesaño y lo desencuadernó. Aquel partido tenía algo muy bonito: Pelé abrazó a Violeta y Carriega, desde luego, pero además se fotografió con quien era considerado en Latinoamérica el Pelé blanco, Saturnino Arrúa. Dos fotos de esa noche épica podremos verlas en el Matadero de Huesca desde el próximo miércoles, y después en la sala de Multicaja (cerca de la Puerta del Carmen), en Zaragoza. En una, Arrúa y Pelé se abrazan ante la mirada atenta de Antonio Calvo Pedrós, y en la otra un grupo de aficionados se arremolina al calor del héroe. Uno de ellos mirada a la cámara y luce una ostentosa mancha de aceite. Y es que hay bocadillos pringosos que no respetan ni las grandes ocasiones
3. Cuando vivía en La Iglesuela del Cid, anteayer mismo, tomaba café y leía la prensa todos los días en el bar Amadeo, de Amadeo y Pura. Y por allí siempre aparecía un vecino que tenía casa en Castellón y una fijación especial por Pancrudo. Era como el embajador oculto de la atleta Esther Lahoz, me contaba siempre donde participaba, cómo había corrido en los Juegos Mediterráneos, sus últimas marcas. Y, tras muchos minutos de incidencias, me preguntaba: ¿Cuánto tiempo hace que no vas por Pancrudo?. Nunca me atreví a decirle que nunca había estado en ese pueblo turolense. Luego, sin avisar, se murió de un infarto aquel diccionario ambulante de atletismo de una única corredora.
Desde que vivo en Garrapinillos, Pancrudo ha vuelto a reaparecer en mi vida. Tengo una amable vecina que es de allí. Un día me paró por la calle y me dijo: ¿Qué tal va ese periódico? En casa leemos sus artículos. Y unos días después: Ya lo vemos por la tele, ya. Y nos quedamos hasta que acaba. Así que nos debe usted una hora de sueño. También repara si he escrito poco o mucho en una semana. Hoy mismo me he encontrado con mi adorable vecina, ya jubilada, y me dijo: ¿Cuándo va a salir ese libro suyo, ya lo leímos el otro día en el periódico?. Imaginé que hablaría de El sembrador de prodigios y le dije: Se presenta el once de abril en la Biblioteca de Aragón. Así es de meticuloso y previsor el coordinador Javier Aguirre. Luego empezó a contarme que su marido había sido albañil primero y luego campesino con tierras en la Cuesta del Zorro, aquí en Garrapinillos. Y me contó algo conmovedor e infrecuente. El buen hombre se había convertido, con sus 70 años o casi, en un fervoroso lector. Anoche mismo se quedó hasta las tres de la mañana. Se ha terminado Los pilares de la tierra [de Ken Follet] en muy pocos días. No le gusta la televisión y disfruta con los libros. La bibliotecaria Teresa siempre me da cosas amenas que le interesan mucho. Ahora está muy interesado en leer El número de Dios [de José Luis Corral. Edhasa] y también le gustan mucho las cosas de historia de Aragón. Esa mujer tiene una hija que trabaja en la farmacia de Garrapinillos, cuyo dueño es Celso, buen amigo nuestro nacido en Cantavieja, el pueblo próximo a La Iglesuela tan vinculado a mi literatura. Bien se ve que la vida es un abanico de contigüidades. Hay domingos en que la vida, bajo la neblina y el frío, te hace regalos impensados. Pensé en mi vecino lector y en su felicidad conquistada, y me dirigí al kiosco.
4.Algunos amigos me dicen que frecuentan de vez en cuando este blog. Y me dicen que debiera publicarlo. Soy, ahora mismo, un escritor jovencísimo a la búsqueda de un editor que desee publicar mi primer diario de 2004.
6 comentarios
Anónimo -
Cántaro de amor hogaño.
Hijo del sarmiento y la caña.
Caminante y jardinero
de blancos peducos
sobre la rosa y el muérdago.
2006
Hijo de nuevo rostro.
Os deseo.
¡FELIZ NUEVO AÑO!
Carmen Amigó
De Antón -
Anónimo -
Anónimo -
Hoy día de reafirmación para el zaragocismo después del atraco de ayer, siento tener que hacerte una pequeña rectificación.
Ya nos hubiera gustado a nosotros que Iselín Santos Ovejero fuera capaz de derribar un larguero de un zambombazo.
Más bien al intentar salvar un gol a puerta vacía de un delantero del Santos (no recuerdo bien si del propio Pelé) se colgó de las mallas y se llevó la escuadra por delante.
Nueve meses después de aquel accidente, el 1 de mayo de 1975, le metimos seis al Madrid. Aquel día el arbitro nos dejó.
El zaragocista número dos (en reñida competencia, aunque él siempre será el nº1, con Pepe Melero)
Besos para el "Pelé" de Arteixo.
Anónimo -
Anónimo -
Yo vi ayer al gran Luis Alegre con Pilar Bardém. Una entrevista divertida, profunda, personal... ya sabes cómo es don Luis.
Un abrazo,