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Antón Castro

UNA MUJER DESNUDA EN LA NIEVE

Anoche perdí el autobús, llegué demasiado tarde, y me encontré a Jorge con fiebre y un inmenso dolor de cabeza. Siempre le ocurre eso cuando tiene un examen, pero además por la tarde jugó con sus hermanos Diego y Sara arrastrando el trineo rojo que compramos en La Iglesuela del Cid. Allí sí que nevaba. Tiene dolor de cabeza o un punzante nerviosismo, aunque sepa el examen y acabe sacando un nueve alto. Lo mandé a dormir a mi cama. Era ya medianoche en el mundo albino; mientras recorría las resbaladizas calles de Garrapinillos, solitarias y esmaltadas de una vaporosa nube de nieve que esparcían los árboles, pensé en la película “Fargo”. Quizá me contagió su intranquilidad y hacia las seis de la mañana me desvelé. Tenía sobre la mesa camilla el libro “Selección de prosa lírica” (Espasa, 1990) de Juan Ramón Jiménez, que preparó el profesor de Luesma Francisco Javier Blasco Pascual. Lo abrí por la página del poema “Balada del amor oscuro”, y me fui directamente a esta línea: “¿Hay algo que se acerque tanto al ideal como una mujer desnuda en la sombra?”.

Me he olvidado de hacer fotos. Me invade la pereza y el temor, como con casi todo, a hacerlas mal. Y de repente, cuando entraba en la panadería, donde atiende una mujer morena, vi que el panadero, al que casi nunca se le ve porque siempre anda en su obrador como un alquimista de los sabores, cogía su cámara Nikon y se ponía a tirar fotos de la afrancesada plaza de Garrapinillos. Me acordé del verso de Juan Ramón y lo modifiqué levemente: “¿Hay algo que se acerque tanto al ideal como una mujer desnuda en la nieve?”.

2 comentarios

Cide -

no me hace disfrutar Juan Ramón Jiménez. Lo más curioso que he leído relacionado con él es una carta abierta que le dirigieron Buñuel y Dalí. En esta carta se mofaban de su "Platero y yo". Incluso se decía que a Juan Ramón le afectó tanto que tuvo que guardar cama para reponerse del disgusto.

Hablando de guardar cama, espero que Jorge se recupere bien. Tiene que estar en forma para el partido de este fin de semana.

Anónimo -

Antoncico: Ríete de lo bañarte entre delfines. Por un momento pensé que nos contabas que habías visto una mujer desnuda en la nieve (el título de tu texto ayudaba a pensar eso)Y por ahí sí que no pasaba. En realidad lo que más se acerca al ideal de una mujer desnuda en la nieve no es tanto que nuestro Antón escriba su glosa como echarle un abriguico por encima a la pobre. Que estaría helada, joder. El remedo a Juan Ramón no es muy afortunado: puestos a que esté desnuda mucho mejor en la sombra que en la nieve. Aunque pensándolo bien, si está en la nieve helada de frío a lo mejor te abraza más rápidamente. Y eso sería seguro lo que tú, sátiro, querrías.