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Antón Castro

EN HUESCA, ENTRE AMIGOS Y LIBROS

EN HUESCA, ENTRE AMIGOS Y LIBROS Félix acuñó en Albarracín una frase simpática. “Qué bueno es Antón que nos lleva de excursión”. Así fue el sábado. Tenía que ir a Huesca, a la Feria del Libro. Todos los años me invita con cariño Pepa Sánchez, aunque lo cierto es que no le doy ningún lustre al certamen. Paso inadvertido, como casi todos. Loreto Ribarés Sánchez, hija de Pepa, me contaba una anécdota muy bonita: “Estuvo Sánchez Vidal y firmó más bien lo justo. Pero lo más curioso es que luego, a la mañana siguiente, vino a mucha a comprar ‘La llave maestra’”.Firmar libros, salvo el caso especial de Miguel Mena, que es un axioma (congrega en su persona el talento, la simpatía, la popularidad y un rabioso saber hacerse querer que todos soñamos alguna vez), tampoco es que se firme mucho, pero en Huesca, en ese parque que debió ser el de Lastanosa, estoy a gusto. Además, el sábado vino a verme una enigmática corresponsal de e-mails: Elba Mairal, a la que ya le he prometido dedicarle un cuento con una mujer que se llame así: Elba Mairal. Trabaja en el Instituto de Estudios Altoaragoneses y traía en las manos el libro “Vidas de cine”.

Durante el viaje hablamos de todo un poco. Sobre todo de literatura. Viajaban con Félix y conmigo, la escritora y fotógrafa Cristina Grande, Malcolm Otero Barral, editor de Destino y Marta, su novia, una de las mujeres más guapas de Madrid. Ellos sí habían planificado una excursión a Loarre, que harían por la tarde. Y yo acudí a comer con Fernando Biarge, que ya ha hecho más de diez libros de fotografía, Pedro Estaún, antaño librero de Panacea y ahora novelista en “Guiomar”(March), David Viñuales, autor de “Paco Yunque”, un libro infantil montado con fotografías, y Pepa Sánchez. Más tarde, se sumaría a la fiesta de una tarde al sol, Damián Torrijos, que ya tiene una novela nueva. Este hombre, como diría Roberto Miranda, es un sinvivir. Yo le llamo el señor de Galadriel.

En Huesca me encontré con algunos amigos:
-Biarge, que ya ha publicado diez entregas de sus libros de fotos. Confesó que no había vendido mucho el volumen sobre los mallos de Riglos, pero sí el último: “Grandes picos del Pirineo”. Es un gran conocedor de las montañas y de los lugares ocultos. Prometió hacer de cicerone por espacios paradisiacos para un viaje de un día completo.
-Pedro Estaún. Antaño fue librero, hablamos en varias ocasiones largo y tendido, pero como hacía algún tiempo que no lo veía había olvidado nuestras conversaciones. Ha publicado en March su primera novela: “Guiomar”, la historia de una extraña relación entre un hombre más bien cansado de vivir, una especie de “lobo estepario” en Huesca, que rescata a una mujer de las garras de unos matones, la lleva a su casa, la llama Guiomar, le explica incluso un poema de Antonio Machado, y se encierran durante cuatro días en su casa. Hacen de todo: follan, beben, recuerdan, huyen de sí mismos y afanosamente se entregan con furia de vivir.
-De David Viñuales he escrito alguna vez. Me ha encantado Paco Yunque, su magnífico y futurista libro infantil. Trabaja en diseño y es fotógrafo.
-Damián es toda una institución en Huesca. Y se ve que tiene perfiles pintorescos. Se ha tejido una pequeña leyenda en torno a su sentido teatral de la vida, al uso de la sátira, a su carácter cada vez más ácrata e indomable. Firmó los cuentos de “Escrito en el polvo” y la novela “Vértigo Méniere”.
-Carlos Castán anunció que ya tenía un nuevo libro de relatos, y no que no ha acabado la novela.
-Paco Grasa me habló de su gran amistad, desde la niñez, con Santiago Arranz y con una plaquette de poesías. Por allí, andaba ese vendaval poético llegado de México, Elisabeth Hernández.
-Chema Aniés y su mujer me regalaron un libro delicioso: “Estos días azules” de Antonio Lachos y Fréderic Ducom, espléndidas fotografías con bellísimos e intensos textos. Historias de la Guerra Civil y del doloroso éxito.
-Jesús Arbués, el director de Viridiana…La lista podría alargarse, pero es demasiado tarde. A la vuelta, fui con Carmen a oír y a bailar con Carlos Núñez. Fue una preciosa noche, un paseo por las músicas de Irlanda, Bretaña, Gales, Cuba, Galicia, Aragón. Carlos estuvo apoteósico, entregado al público, y con esos guiños que tanto le gustan hacia el territorio que pisa y visita: invitó a varios bailadores a subir al escenario, entre ellos a Carmelo Arriaga, a Alejandro Montserrat y a un gaitero de gaita de boto, que juraría que se llama Ángel Sánchez.
Estuve a punto de no ir por pereza y por temor a llegar tarde. Estuvo realmente sensacional.

6 comentarios

Miguel Mena -

Querida librera:
Supongo que será una broma. Antón es mi maestro, mi amigo y mi hermano. El pasado domingo, al cerrar la feria, nos fuimos juntos a tomar el "vermut", como mandan los cánones dominicales. Aunque "vermut", lo que se dice "vermut", no lo bebió nadie.
Un saludo

Cide -

Permítame señora Librera decir que no creo lo que usted insinúa. ¿En serio alguien puede ver a Miguel Mena o a Antón Castro capaces de llevarse mal con alguien?. No digo que no, nunca se sabe. Simplemente lo pongo en duda.

Una librera -

Señor Mena: No sé si desborda el señor Castro. Pero el domingo pasado coincidieron ustedes dos, y me pareció que usted ni tenía tiempo para saludarlo. Alguien me había dicho que antes eran muy amigos. ¿Les ha ocurrido algo o es que su éxito es tan grande como dice el señor Castro, que apenas firmó nada, pobrecillo? Me pareció que sí le firmaba su libro un bigotudo alemán que ha escrito un mamotreto de Alejandro Magno.

Me alegro de sus éxitos, señor MENA. Su último está muy bien. El primer texto, sobre todo, es maravilloso. Un homenaje al viejo periodismo. Enhorabuena por sus éxitos, y lamento que ya no se lleve bien con el señor Castro. Siempre me habían parecido muy colegas.

Miguel Mena -

Querido Antón, siempre te desbordas cuando me citas,pero seamos honestos: la primera vez que estuve en la Feria del Libro de Huesca firmé un ejemplar; a cambio, comí de maravilla con Mercedes, Cristina Grande y Félix Romeo y pasé una tarde estupenda de charla con Rafael Andolz y Severino Pallaruelo. Ellos firmaban mucho, pero entre rúbrica y rúbrica me enseñaron muchas cosas. Además, sólo por ese parque ya merece la pena ir a la Feria de Huesca.
Un abrazo

Criado -

La historia de su padre y la máquina de escribir es de lo mejor que se ha leído en la prensa de aquí sobre la relación con un padre. Recorté ese artículo y lo metí en uno de sus libros.
NO sé si esto empezará a ser pasión o qué...

Cide -

¡qué importa firmar más o menos si se disfruta tanto como se te ve disfrutar a ti en estas cosas!

Me estoy aficionando a Felix Romeo. Lo leo los domingos en el Heraldo de un tiempo a esta parte. Me gustó mucho ver su propia historia de huevos blancos. Aún vais a convencerme entre todos de agarrar algún libro suyo.