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Antón Castro

EL ARTE DE LOS CAMPEONES DEL OPEN USA

EL ARTE DE LOS CAMPEONES DEL OPEN USA He visto las dos finales, femenina y masculina, del Open Usa, antes Forest Hills. Con ese nombre todavía, venció Manolo Orantes al gran Jimmy Connors en 1976. En chicas se enfrentaba Kim Clijsters, la belga de cara redonda, hija de gimnasta, minada durante algún tiempo por la fortaleza de Justine Henin, por las lesiones y por una historia de desamor: el australiano Lleyton Hewitt la dejó (o lo dejaron los dos) cuando estaban al pie del altar. Clijsters tenía enfrente a una jugadora resucitada: Mary Pierce, algo veterana ya, más fornida ahora. Antaño tenía algo de virgen gótica escapada de una pintura italiana.

Cljisters había vencido en la final a Maria Sharapova con una fortaleza increíble. Necesitó tres sets; la rusa le ganó el tie break en el segundo set, y parecía que Kim iba a estar algo diezmada de ánimo. En absoluto. La arrolló. Y en la final sucedió lo mismo: Pierce, que había jugado excepcionalmente bien ante Mauresmo y Dementieva, casi ni entró en el partido. Aguantó un poco al principio, pero luego todo fue coser y cantar. Kim golpeó con fuerza, se movió con rapidez, se jugó la vida y el destino en cada golpe. Esta tenista, por cierto, ha anunciado su retirada para 2007. Tendrá 25 años.

Federer es prácticamente invencible, pero el domingo se encontró con el mejor rival de su historia: André Agassi. Trar perder el tie break del tercer set, se vino abajo. Había jugado al menos tres eliminatorias a cinco sets, dos antes Blake y Ginepri. Ahí es nada. Pero, antes de ceder, impartió una lección de tenis: en el saque, en el resto, aún superior al extraordinario de Federer, en el drive, en la rapidez y vehemencia que imprime. Fue un partido increíble de dos jugadores maravillosos. Ganó Federer, llamado a ocupar un lugar en la leyenda. Quizá resulte, por perfecto e indolente, frío. Era emocionante, o a lo mejor un poco cursi, ver a Steffi Graf, la mujer de Agassi y quizá la mejor tenista de todos los tiempos, nerviosísima, entrando y saliendo de la grada. Pensé, claro, en la relación de Rusell Crowe y René Zelwegger en “Cinderella Man”. Soy así de católico y sentimental.

5 comentarios

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He best can pity who has felt the worse.

Cide -

Creo que no es nada difícil enamorarse de René Zelwegger. De hecho, es tan fácil que creo que no tiene ningún mérito.

Antón -

Ayer vino a verme un viejo amigo como Mariano Cariñena, dramaturgo,pintor,arquitecto y apasionado absoluto del tenis. Hablamos del partido, y se preguntaba: ¿Cómo pudo perder Agassi ese partido?Me he dado cuenta de que Agassi,técnicamente, aún es mejor jugador que Federer.Nunca lo había valorado mucho, pero ayer me pareció increíble.Una auténtica maravilla".

De los nervios de Steffi, no dijo nada. Sí me mostró su preocupación por el nuevo director del Centro Dramático de Aragón. ¿Quién será?

Cide: Ya sabes que el boxeo es una pasión malsana, pero aquí como en "Million Dollar Baby" el boxeo tampoco lo es todo. El guión es inferior al de Clint Eastwood, pero un chico sentimental y atrevido, con ese gusto por la moral de algunas vidas, como tú podrá resistirlo. A lo mejor hasta te enamoras de René Zelwegger.

Magda -

¡También lo vi! no me perdí ni un instante, me encantó. André Agassi estuvo fenómeno, pero bueno, hay que pensar que jugaba con el no. 1 de estos momentos. A mi no me pareció cursi ver a Steffi Graf tan nerviosa, era totalmente lógico, jugaba su consentido.

También soy así de sentimental :)

Cide -

al final vas a conseguir que vea "Cinderella Man"