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Se presentó anoche en el Teatro Principal “El cielo de las mujeres”, la obra del escritor y pintor Víctor Mira, que se suicidó en las afueras de Munich en noviembre de 2003. El montaje de Luna de Arena, dirigido por Félix Martín -que ya había hecho una cuidada versión de “Pablo Gargallo. El grito en el desierto” y de “Antihéroes”, otra pieza enigmática de Mira que se presentó en Arco- dura exactamente una hora intensa.
El texto es como el relato, lo suficientemente misterioso, del hombre que prevé su propia muerte y que, en el fondo, la busca. Es difícil sustraerse, al oír los diálogos, de los últimos dibujos de Mira, de algunos de los fantasmas que lo asediaban, de la impresión de que las mujeres, algunas mujeres, parecían dispararle al alma. La pieza transcurre en dos planos: la vida real y la vida, en la región de la alucinación y de las sombras, tras la muerte. Un hombre que se dedica a cazar moscas y a buscar su identidad en cada gesto se encuentra con cinco mujeres. Dialoga con ellas, les explica cómo vive, les narra la perplejidad de existir, su enajenación, su doliente sensibilidad, siempre con la obsesión por las moscas como pretexto y empeño cotidiano. Y ellas, al unísono, acabarán por acribillarlo. ¿Nos recordará Mira por que poco se muere, por que poco nos matan? Las cinco mujeres monologan luego, explican la razón de su crimen. Y más tarde, en la región incierta del más allá, se reencuentran los seis protagonistas…
Félix Martín ha concebido en su montaje una impresionante escenografía, con ayuda del pintor a través de su obra y de su cuadro “Mood”, realizada por José Rubio y Manuel Pellicer, muy lograda para la pieza, muy lograda para sugerir y explicar el universo de Víctor Mira. Plasticidad, evocación, enigma, tributo a la naturaleza, tributo a la obra del propio pintor, nacido en 1949 y muerto en 2003. Un gran árbol y sus raíces, con un cuerpo central sembrado de cruces, y cinco escaleras en cuyo interior contienen un columpio son los elementos esenciales de una pieza que tiene momentos divertidos, que tiene desgarro y extrañamiento, que baila el danzón del desespero y la muerte. “El cielo de las mujeres” es un proyecto complejo, y Luna de Arena lo solventa bien, con garra, con imaginación, con buenas soluciones dramáticas, aunque se topa con un ligero inconveniente: un reparto desequilibrado. Hay una parte de los actores que hace su trabajo con energía, con convicción, con oficio, con sensibilidad, pero hay dos o tres personajes algo desvanecidos, que no llegan a entrar nunca con la expresividad y la potencia que exige la función, que no acaban de comunicar. Eso se percibe una y otra vez, sobre todo tras la muerte del protagonista, y debilita un montaje meritorio.
La obra es inequívocamente Víctor Mira.Víctor Mira y sus sombras. Víctor Mira, que analiza su memoria, su pasado, su relación con las mujeres, Víctor Mira que aborda el fracaso, la transformación íntima de sí mismo, su dolor de existir y de crear. La obra es también el Víctor Mira surrealista, heredero de Buñuel, el Víctor Mira tenebrista, hermano perro de Goya y Saura. Luna de Arena ha hecho un buen trabajo previo, ha encontrado un punto de vista adecuado, una solución dramática, ha rebajado hermetismo a unas palabras no siempre fáciles de asimilar. Si logra que la interpretación coral resulte más armoniosa en la intensidad y el estupor, en la rabia y en la terrible belleza, la obra podrá viajar a muchos lugares y sería una pequeña joya del teatro aragonés contemporáneo, una joya nada convencional. El reparto está formado por Rosa Lasierra, Cristina de Inza, Nuria Herreros, Isaber Arto, Ana Marín y José Luis Esteban.
8 comentarios
Juan -
arle -
Quereis preconizar lo que ocurrira mañana?
Quereis criticar para acertar el futuro?
pues entoces no vayais al teatro, ni al cine, ni a una exposición, ni a un concierto,...
Que os ha comunicado la obra?
nada!
porque esta vacia?
porque los vacios somos nosotros?
una obra no es buena ni mala por el futuro que le augures
Por favor hablar de lo que os dice.
La rabieta de un hombre en su espejo con todo sus topicos y sin poder mirar a nada me han destrozado los oidos, que casi los tenia que tapar con mis manos para no escuchar lo que un hobre que reconoce su vida se dice amenudo en la soledad.
Y eso muchas obras no me lo muestran.
Decid lo que os provoca, lo que os gusta, lo que os hace latir, lo que os hace ignorar.
Dejar de valorar academicamente lo que nadie puede hacer.
Y sacar de vuestro estomago vuestra verdad y decidla.
Esto es teatro, esto es ser espectador de teatro.
tomas -
No tengo nada en contra de Felix Martin, ni lo conozco, pero sigo las noticias del teatro zaragozano, no me gustaria tampoco contribuir al descredito de un joven director aragones, pero voy al teatro y sigo su actualidad ya que en un tiempo estuve dedicado a su practica (ahora estoy retirado) y sé que zaragoza debe tener mas directores y compañias a los que apoyar. Son varios productos fracasados: \\\\\\\"antiheroes\\\\\\\", \\\\\\\"Gargallo un grito en el desierto\\\\\\\" y algunos pagados con dinero público que ni llegaron a estrenarse: \"rodin\"...
Amable -
Elena García -
La otra noche estuve en el Teatro Principal en el estreno de la obra de Víctor Mira, y los comentarios que se han hecho de lo que usted ha escrito me parecen increíbles.
Le dirñe en primer lugar, que desde que hay Centro dramático en Aragón, en Salamanca se sabe que hay teatro en mi tierra, por ejemplo, y cuando esta institución recogió un Premio Max sentí un orgullo profundo de que Fernán Gómez hubiera montado una obra para él. Por eso, he seguido con indignación la incomprensión que muchas veces ha tenido el Centro, que globalmente a mí me parece extraordinaria. Tengo entendido que los más críticos con él han sido precisamente las compañías amateurs de calle, que me parece que están instaladas además en el pesebre de las subvenciones públicas.
Pero yo quería hablar de la obra de Mira. El montaje es bellísimo, y creo que los actores están correctos. Creo que era una obliagación del Centro Dramático montarla, porque, al fin y al cabo, Víctor Mira es alguien indiscutible en todo el mundo.
luis -
si el señor Mira hubiese escrito este texto con 14 años, podria darsele algún valor, al no ser...
También habría que preguntarse los motivos que impulsan a Félíx Martín a poner en escena semejante bobada, ¿oportunismo? ¿admiración? falta de ideas, no se, no se..
¿Y sus motivos para hacer semejante loa, de semejante desproposito? ¿Amistad?
Por cierto el señor que dejó este ¿espectáculo? subvencionado, salió corriendo del teatro ¿otros quehaceres? en fin no pongamos más leña en el fuego, Joaquín Aranda, en una acertadísima crítica deja las cosas en su sitio.
el ebro guarda silencio -
Asi estamos y asi seguiremos mientras haya instituciones dispuestas a pagar productos de este calado y periodistas dispuestos a ofrecernos una realidad sesgada, una realidad virtual. Luego si la cosa es insufrible, si el publico huye despavorido despues de la función y hay que echarle la culpa a alguien, no se la vamos a echar al poderoso cda ni al incostetable genio de Mira, ni al director responsable de la interpretacion...no la culpa es del pobrecito actor, el que menos gana, el que hace lo que le mandan. Que facil¡...que miserable¡
Javier -