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Antón Castro

EL ALMA OSCURA, SEGÚN WOODY ALLEN

EL ALMA OSCURA, SEGÚN WOODY ALLEN El tenis es determinante en la última película de Woody Allen. No tanto porque el director norteamericano, que nos regala una buena película al año (y el epíteto es el menor de los posibles), presente a un jugador fracasado que ingresa en la alta sociedad londinense al seducir a la hija de un rico empresario, sino por esa frase inicial, que se ilustra sobre una red de una pista de tenis, que recuerda cómo la vida en ocasiones, y aún la eternidad, depende de hacia donde caiga la bola. Esa misma reflexión será retomada en el desenlace final, por la vía de la parodia, cuando lo que cae dentro o fuera del Támesis es un anillo. Match point es una película que tiene momentos de comedia, pero es claramente un drama, una tragedia que se fragua, plano a plano, sobre la sensualidad y el deseo, sobre la ambición y la cobardía, sobre el afán de una mujer inocente, y con escaso sentido de la realidad, que desea ser madre.
         Jonathan Ryes Meyers encarna a un joven inteligente y audaz que escala lentamente una nueva posición social; Scarlett Johansson es una aspirante a actriz sin demasiado éxito, y novia del hermano de la amante del instructor de tenis. Los dos, que buscan situarse, que anhelan su golpe de fortuna y están a punto de cogerlo, viven una pasión torrencial, una atracción arrolladora que le sirve a Woody Allen para retratar la parte oscura del ser humano, las mentiras nada piadosas que llevan a encadenar pretextos en el aire. Y el protagonista se ve metido en un auténtico embrollo, del que saldrá de una manera inesperada, en un final espeluznante.
         Woody Allen ha vuelto a realizar una extraordinaria película. Sobre los sentimientos y el egoísmo, sobre la felicidad, las apariencias y la importancia del azar. La película está muy bien montada, el guión es inapelable, hay mucho diseño y evocación, hay una escena erótica espléndida en un jardín bajo la lluvia, aunque también se sugieren otras. Se sugieren sólo porque pronto la cámara se desplaza lejos; el voyeurismo de Allen siempre es contenido. Y hay una Scarlett Johansson espléndida y sensual, que despide magnetismo, sex appeal, misterio y fatalidad. La doctora Carmen Gascón, con quien vi la película, con ella y con nuestro cuatro hijo Jorge, que siempre compara a Woody Allen con John Ford y vence Ford, claro,  dijo que “el protagonista tiene unos labios muy bonitos, una boca muy atractiva, y una mirada intensa y perturbadora”. Para comérselo, ya se ve.

2 comentarios

A.C. -

Está también te gustará. Al final es una película de género. "El escorpión de Jade" es una deliciosa película de género, una parodia. Y "Desmontando a Harry" una de sus obras maestras: casi un vaticinio de las pasiones privadas de Clinton en el despacho oval...

Cide -

fabuloso Woody Allen. ¡Cuánto he disfrutado con Desmontando a Harry, El escorpión de Jade, Granujas a todo ritmo,...!