UNA APARICIÓN CUANDO NADA SE ESPERA DE LA NOCHE
CUENTOS DE MARTÍN MORMENEO / 32
Martín Mormeneo no había tenido un buen día, ni siquiera una buena semana. Pero al volver a casa, saliendo del garaje donde deja su coche mientras retrata la nueva Zaragoza, le ocurrió algo especial: primero vio un perro azafranado, tal vez fuese un cocker spaniel, siguió la cuerda con los ojos, apenas un par de metros adelante, y se quedó deslumbrado. Aquella muchacha que avanzaba lentamente, aquella mujer que peleaba contra el cierzo de las once de la noche tenía un cuerpo maravilloso: el pantalón le ceñía bellamente desde los tobillos, las pantorrillas, los muslos anudados y tensos, el culo esculpido en piedra redonda por el aire glacial. Martín Mormeneo, que dispara incluso cuando no lleva la cámara, pasó a su lado en el coche y la miró con el descaro del asombro, de modo que ejecutó casi una provocación, una ofensa.
Si lo que había visto hasta entonces le había parecido magnífico, ideal para un reportaje de infinitas fotos, lo que vio primero de escorzo y luego por el espejo lateral derecho, el retrovisor, le confirmó la agitación, la bella perplejidad de hallar una belleza deslumbrante cuando nada esperas de la noche. Aquella muchacha llevaba la cabeza cubierta con su gorro, tenía los pómulos salientes, la nariz idónea por cruzarla con otra nariz que se aproxima y besa; habría dicho Martín Mormeneo que aquella muchacha tenía un rostro gótico. Como el de Zhang Ziyi, una de sus actrices favorias. Hizo algo que no había hecho nunca: salió al Coso, volvió a la plaza de Salamero con la esperanza de verla un instante más con su can en los jardines. Martín Mormeneo apenas divisó el invisible rastro que dejaba por la calle fría. De una cosa estaba seguro: aquella mujer era un sueño, un lolita melancólica, Zang Ziyi que, como antes Uma Thurman o ahora Natalie Portman, se extravía desde el anonimato en Zaragoza.
5 comentarios
Martín Mormeneo -
Querida Magda: Alguna vez la he leído en este blog, al que me asomo de prestad. Mil por su continua delicadeza, hondura y elegancia. Gracias.
Magda -
Muchos saludos.
Anónimo -
PM -
JB -