24 HORAS CON UN HOMBRE QUE MIRA PARA VER
Por la tarde-noche, en el Paraninfo, habló durante casi dos horas acerca de algunos temas específicos: cómo había hecho el libro, el proyecto de cine, la exposición de “Los de Bagheria”, un volumen de fotos de su juventud que reencontró muchos años después y decidió darles un nuevo sentido; luego presentó una amplia selección de sus retratos (Kundera, Maria Grazia Cuccinotta, la actriz de “El cartero de Pablo Neruda”, Berlusconi, Juan Pablo II, Josef Koudelka, Sartre, Barthes, Foucault, Monica Bellucci, Isabelle Huppert, Emmanuelle Beart, John Lennon, en un toma de 1965, Borges, claro…); más tarde, enseñó un trabajo completo de moda para Dolce & Gabanna, y se quedaron en el tintero muchas, muchas cosas, como sus últimos trabajos en color, o su estancia en Belchite. Íbamos a entrevistarlo Antonio Ansón y yo, pero ni fue necesario. Como su admirado poeta popular Ignazio Buttita, es un admirable e incansable narrador oral. Un romancero, que se dice en Aragón.
Una de las cosas que más me admiró fue la cantidad de gente que hubo, yo creo que alrededor de 200 personas, y al margen de un puñado de amigos próximos a “Heraldo” o “Artes & Letras”, de numerosos fotógrafos (quizá sea la vez que he visto más fotógrafos aragoneses juntos nunca en un acto público que nos les concierna directamente), había muchísima gente desconocida y muy joven, lo cual siempre es muy estimulante. Zaragoza tiene muchos públicos. Por la noche, durante la cena –con Mario de Ayguavives, Antonio Ansón, Julio Álvarez y yo- Scianna siguió contando historias de mucha gente: dijo que a Kundera siempre le gustaba salir con una mujer bonita al lado, si era la suya mejor que mejor; recordó la trayectoria de Sebastiao Salgado, su proyección universal (lo definió como el profesional que más fotos ha vendido, que más éxito internacional ha tenido y que mejor prepara los proyectos) y el firme bastión que supone su mujer.
Y contó algo que merecía verse por un agujero: reunión en casa de Cartier-Bresson, con el fotógrafo y su mujer Martine Franck. El maestro revisaba sus “vintages” y algunos no pasaban la prueba. Lo iba rompiendo. Más tarde, medio en serio, medio en broma, Scianna la diría a su mujer: “Paola, recoge esos pedazos, que los restauraremos impecablemente”. Claro está que no lo hicieron. Aún así, Cartier-Bresson le regaló 16 originales que conserva como oro en paño.
*Foto de Ferdinando Scianna de la serie de "Marpessa", casi una película sobre la moda vista de otra manera. La bella Marpessa, que no es siciliana, como tantas veces se ha dicho, es hija de una holandesa y de un hombre de Surinam. Reside actualmente en España, creo que en Ibiza, lejos de las pasarelas y es madre de dos hijos.
7 comentarios
Albendea -
Rubén Lagunas -
A Carlos; te debo una
Rubén Lagunas -
"Despedida inconsciente"
"Construyendo mi manera de ver"
"eco visual"
... notas breves de un encuentro; diálogo entre aquéllos que comparten o al menos disfrutan con el lenguaje de la sencillez, elegancia,levedad,curiosidad
A. C. -
Para José María: son de internet siempre. Por desgracia soy un inútil completo a la hora de manejar la cámara digital y vaciarla aquí; pronto me compraré la nueva Nikon que está a punto de salir. Un gran abrazo. AC.
José María Ariño -
Albendea -
No voy a ser pretencioso, ninguno de los dos lo conocíamos, fuimos a la conferencia solo porque nos gusta la forografía, pero resultó ser uno de esos regalos del destino que se te quedan grabados posiblemente para siempre. A mi amigo Rubén le encanta hacer fotografías de su pueblo, de las chimeneas de las casas de su peblo, porque dice que algún día desaparecerán y quiere que queden registradas en algún sitio...
Las palabras Ferdinando Scianna, como pueden suponer todos aquellos que las escucharan, conmovieron a mi amigo y a mí mismo. Cuando recordá que lo de antes no es lo de ahora, o la vertiginosidad de nuestra sociedad. Habló sobre muchas cosas además de la fotografía, habló de la vida, del tiempo, del pasado, de la memoria... solo el preciado tiempo impidió que pudieramos disfrutar más del momento.
Personalmente me habría gustado escuchar algunas palabras suyas haciendo referencia a la artesanía de la fotografía de los años 60, a lo que le rodeó en su infancia con relación a la fotografía, a posiblemente un cajón desastre lleno de imágenes, una vieja cámara, tal vez momentos de desengaño, a lo que opinaban sus padres sobre ese pequeño fotógrafo... pero todo esto quedará para una siguiente vez.
Gracias Ferdinando Scianna.
m ; ) -