BAILAR EN LA OSCURIDAD CON SHAKIRA O CON BUÑUEL
Desde hace algunos meses, tengo la sensación de que sólo me apetecería hacer dedicarme a leer, disfrutar de nuevo sin prisa de esa pasión que era una pulsión, un deseo de leer para escribir, para saborear historias, como cuando era adolescente y caían día tras día Borges, Cortázar, Miguel Torga, Horacio Quiroga, Poe, Bioy Casares, Isak Dinesen, Marguerite Yourcenar, Marguerite Duras (creo que mi libro favorito de ella era “El arrebato de Lol V.Stein”), Cunqueiro, Dieste de nuevo, Dieste una y mil veces (el libro de mi vida quizá sea “Historias e invenciones de Félix Muriel” y en concreto el relato “La asegurada”), Luis Pimentel, Stevenson, Mercè Rodoreda, la historia de “Tristán e Iseo”, que es otro de mis libros preferidos, y Shakespeare, al que leía una y mil veces en la traducciones de Miguel Ángel Conejero. Acumulo libros y más libros con el sueño postergado de zambullirme en ellos, sin conciencia del tiempo, por el puro placer de leer o de mirar; cada vez miro más. Reconozco que me interesa casi todo. Leo, también, de noche en la explanada con Noa, durante veinte minutos o media hora, como ayer, sentado en el banco donde los abuelos toman el sol al mediodía. Todo Garrapinillos parece para mí; el cielo, de un azul sobrenatural más que nocturno, más añil que negro, me vigila y me protege. Un pájaro chicotea en los pinos y un avión desangra sus luces melancólicas en el aire convencido. Cuando voy a por la perra, tras haber viajado a París, México y Calanda con Buñuel y las rubias y jóvenes mujeres que tanto parecían gustarle, me pongo los cascos y bailo con Juan Luis Guerra, con una versión de “La quiero a morir”, y el veneno de ese volcán en desorden que es Shakira, con su potente voz en falsete. Fue algo improvisado pero bello: danzaba en la oscuridad, danzaba contra el frío. Como un aparecido en un mundo de fantasmas dormidos.
1. Acabo de leer “El sultán y los ratones”, un texto de Joan de Boer, inspirado en un cuento popular árabe, ilustrado bellamente por Txell Darné y publicado por OQO, una de mis editoriales favoritas. El relato de Boer narra la historia de un sultán cuyo palacio se ve asaltado por los ratones que quieren comer su queso; pregunta a sus súbditos cómo se puede acabar con los roedores y ahí empieza una auténtica y paradójica conmoción de gatos, perros, leones, elefantes, que puede prolongarse hasta el fin de los tiempos. El cuento funciona bien, aunque me molestan un poco esas piezas tan repetitivas, de fórmula, que con una ligera variación hacen avanzar el cuento. Desde luego que ahí hay una artesanía eficaz de la narración. Lo fascinante del libro son las ilustraciones de Txell Darné, realmente increíbles en la forma, el color, el concepto, la imaginación, la fantasía. Este es un libro que parece para niños, pero que en su gusto por el collage, en la proximidad con el cine animación de aquella Europa del Este de antaño y el uso de piezas esquemáticas mezcladas con objetos como corchos le confieren el carácter de un proyecto de arte contemporáneo más bien para adultos. El niño así educará sus ojos y su sensibilidad, sin duda, y despertará a nuevos conceptos alejados de la figuración tradicional. OQO nace de una escisión de Kalandraka y sus propuestas, por ahora, son maravillosas. Para mi gusto, al menos por ahora, son mejores las ilustraciones que el texto.
2. Taschen le dedica uno de sus libros de cine y de muchísimas fotografías a Luis Buñuel. Al texto le he echado una rápida ojeada, fijándome en todas sus etapas, y es uno de los mejores que he visto desde un punto de vista iconográfico. Hill Krohn y Paul Duncan son los editores y se han apoyado mucho en los consejos y sugerencias de Juan Luis Buñuel. El volumen, antes de entrar en materia cronológica y temática específicamente y después de una presentación titulada “Una criatura fabulosa”, se inicia con varias páginas sobre las obsesiones de Buñuel más o menos comentadas. Abro en la página 13 y me doy de ojos con esta cita: “Espalda / vulva: ‘Como símbolo en su encarnación física, el cuerpo femenino era uno de los motivos preferidos del director. Aquí se puede apreciar en imágenes de ‘Un perro andaluz’, ‘Bella de día’, ‘El discreto encanto de la burguesía’ y ‘Ese oscuro objeto del deseo”. Y en la página anterior, en las frases sueltas que abundan en la publicación, leo también: “Me parecen muy atractivos unos muslos por los que chorrea algo viscoso, porque la piel se hace más cercana, porque no sólo estamos viéndola, sino además tocándola”. Las fotos son de magnífica calidad, se ve que se han hecho copias nuevas. E el libro, que ofrece un Buñuel muy próximo, esforzado en cada una de sus películas, incorpora al final una selección de carteles de las películas de Buñuel en varias lenguas. Entre las fotos, hay una preciosa de Eli Lotar, director de fotografía de “Las Hurdes. Tierra sin pan”; es angelical la de Edith Scob de “La Vía Láctea”, motivo de portada, a Buñuel le conmovía muy particularmente la Virgen María; y quizá la más perturbadora sea la de Anne-Marie Deschott, que se enfunda en un traje de cuero negro y se dispone a castigar a su marido…
En la página 41, se dice esto: “Las Hurdes’ se financió con un premio de lotería que le había tocado al productor, un amigo anarquista de Buñuel llamado Ramón Acín. Pierre Unik, un colega del surrealismo refugiado también en España, fue el coautor de la narración, y Eli Lotar, el distinguido fotógrafo y director de fotografía, el cámara. El equipo estaba formado por dos anarquistas y tres comunistas; el quinto miembro era Rafael Sánchez Ventura, un viejo amigo que más adelante le prestaría dinero a Buñuel para marcharse a América”.
3. Presenté hace unos días “La voz quebrada y otros cuentos” (Mira Editores) de Pilar Laura Mateo, que trabaja en la Casa de la Mujer y es observadora constante de esas vidas más o menos secretas, más o menos silenciadas, marcadas por una violencia soez o por la indignidado por el afán de encontrar un espacio de libertad, de feraz convivencia y de creatividad. Pilar Laura, lectora de Isak Dinesen y Clarice Lispector y Ramón Gómez de la Serna, entre otros, escribe diez piezas que tienen una suerte de oasis en el pasado y que narran la vida de personajes más bien derrotados, incapaces de ser felices, de vencer traumas, personajes que casi siempre acaban huyendo por algún rincón, aunque tenga que ser con una hija a cuestas, aunque tenga que ser mediante una suerte de metamorfosis: la transformación de una mujer normal de carne y hueso en sirena o algo semejante a una figura poco definida que anda y vive en las aguas. El libro es una glosa de mitos clásicos a través de personajes contemporáneos, es un libro sobre la capacidad de mirar, una reflexión sobre el amor, y a la vez un libro de patologías sentimentales, escrito con un pulso lírico que jamás ahoga el peso de la narración ni sus inesperadas sorpresas.
8 comentarios
andrea -
martha cardenas -
winy skarlett -
todos tus discos* y videos* son muy *buenos...te felicito*** eres ***perfecta...***te quiero resto***
***winy skarlett***
winy skarlett -
reyna -
manuel angel conejero -
Gracias mil por la letura de los trabajos que tanto cuestan.
abrazos
manuel angelconejero
De A.C. -
Cide -
Shakira tiene algo especial que la distingue de tanta supuesta artista. No es solo belleza, aunque también.
Donde más he aprendido sobre Buñuel fue en el disco libro de Ángel Petisme: "Uno de Huesca al que luego fusilaron, puso la pasta para rodar Las Hurdes"