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Antón Castro

ENTREVISTA CON LUIS ROYO

ENTREVISTA CON LUIS ROYO

LUIS ROYO, EL GRAN DIBUJANTE DE MUJERES FANTÁSTICAS

Cuénteme sus inicios…
Nací en Cutanda y mis padres fueron emigrantes. Vine aquí a los seis meses, o sea que apenas he vivido en el ambiente del pueblo, salvo los veranos que pasaba con los abuelos. La mía es la historia típica. Me gustaba la pintura de crío, mi madre me decía: "Hijo mío, haz algo útil, los pintores se mueren de hambre." Me hice delineante de construcción; luego me pasé a decoración porque parecía que era algo más artístico. Realicé algunos cursos de pintura en la Escuela de Artes y trabajé en estudios de decoración durante ocho años. Pero ya hacía cómics a la vez, exposiciones, pintaba en casa...
¿Qué tipo de pintura hacía?
Pintura muy de la época, en formatos grandes: pintura social, de crítica a Franco, a la policía, todo muy gris, a lo mejor una cabeza de policía con una lata de Popeye, esa pintura social del momento, siguiendo al Equipo Crónica o a Rafael Canogar.
Y a partir de 1978 se decantó por el cómic. ¿Quién y qué le indujo a ese cambio tan radical?
La revista Totem quizá, y el cómic que vino tras el mayo del 68. Fue como una revelación, hasta entonces sólo había visto cosas como Roberto Alcázar y Pedrín. Y me puse a hacer tebeos, dejé la decoración de golpe, fue una especie de suicidio y me encerré en casa dos o tres años. Me dediqué a hacer páginas y páginas de cómics, una cosa que ahora, viéndola en frío, me parece una auténtica barbaridad. No tenía ni idea de cómo funcionaba aquel mundo, pero acumulé trabajo, cogí una carpeta y me fui a Francia porque teóricamente era la cuna del cómic. No me corté un duro. Las editoriales de París me cogieron algo, muy poca cosa para tanto como yo había trabajado. Presentaba cómics muy surrealistas, los hacía con guiones de Antonio Altarriba, bastante extraños y nada comerciales.
¿Cómo dio el salto? Leí en sus biografías que a partir de 1981 inició sus colaboraciones en casi todas las publicaciones: El Víbora, Rambla...
Sí, fue un cambio importante porque publicaba con frecuencia. De pronto, me di cuenta de que repetir un personaje viñeta a viñeta se me hacía pesado, insufrible, me angustiaba mucho. Y pegué de nuevo un giro radical y me puse a hacer ilustraciones. Ahí me he encontrado más cómodo y ahí estoy. Soy un creador de mundos imaginarios que trabaja en dos direcciones: una cosa es el terreno de encargo, y otra mi propia libertad de creador, los cuatro álbumes u otras cosas que hago para mí. Y eso lo sigo manteniendo. Al final, cuando estoy acabando un libro como III Millennium, le digo a mi agente que no me atosigue en dos meses. Es demasiado peligroso cerrar todo de golpe, porque ese goteo de encargos también es un modo de despertar, una llamada al riesgo y al reto, y de desintoxicación. La documentación para mí es fundamental: pillo cosas de una revista de modas, del cine, del arte clásico. El artista es como una esponja. En ocasiones, me siento, me cojo los cascos y me pongo los vídeos musicales, de Prince o de otros. Y de ahí me llegan cantidad de ideas.
Me llama la atención su técnica, tan elaborada y perfecta, deslumbrante sin duda, fotográfica, el hiperrealismo del sueño. ¿Puede explicarnos cómo lo hace?
Empleo muchos materiales. Muchas veces empiezo con acuarelas, a veces con acrílicos, a veces con lapiceros, y voy metiendo el aerógrafo, es decir, que vas descubriendo la ilustración tú mismo, y al final, eso sí, cuando tienes toda la ambientación, la figura más o menos perfecta, entre el óleo para dar esa terminación. La riqueza de colorido que tiene el óleo ni la tienen los acrílicos ni las acuarelas ni nada.
Y esa fascinación por las mujeres y su desinhibida anatomía: preciosos ojos, caras, pechos, pubis, nalgas. ¿No es enfermiza?
Seré sincero: si te toca el papel de hombre al que le gustan las mujeres, idealizas un personaje y te sale una mujer. También hago hombres. La mujer es el ser que me gusta. Incluso si pienso en el ángel caído o en la iconografía de Lucifer, por abajo me salen ángeles femeninos. El desunod es uno de los cánones de la belleza, pero no siempre pinto mujeres desnudas. Nuestra civilización cambia a pasos agigantados. Y nuestro gusto de mujer también. No es lo mismo una mujer andrógina de finales de los 80, que hacía culturismo, era potente en la mirada y en cambio era más ioncente, que la de ahora, más enfermiza y a la vez más perversa. Las mujeres de hoy que están de moda tienen ese aire como de drogadictas, de tía marginada, de físico esquelético y huesudo, como podría ser Kate Moss. Dicen que nos vamos a pasar a la chica más normal, tipo Nieves Álvarez. No lo creo, porque no hay mucha perversión en lo normal, y todo tiene un punto perverso, extraño, inquietante. Por eso insisto mucho en eso de la bella y la bestia: estoy convencido de que el ser humano está lleno de rincones oscuros, que todos en el fondo somos enfermos mentales. Ni a nosotros mismos nos apetece mucho mirarnos por dentro.
¿Será esa percepción de lo oculto y de lo escabroso lo que tanto fascina a los americanos?
La americana es una soicedad totalmente enferma y puritana, el caso Clinton-Lewinsky lo ha vuelto a demostrar, lo que ocurre es que nosotros llevamos el mismo camino... Todos los países tienen sus peculiaridades: a los americanos les molesta el sexo, pero los alemanes no pueden ver la sangre. A mí me han censurado algún dibujo.
Usted parece combatir el puritanismo con glamour, belleza e incitación, bestialisimo y zoofilia.
Les voy metiendo toda la caña que puedo. En III Millennium aparece el Cristo negro. Y mi próximo trabajo, Prohibited Book, va a ser un libro de carácter sexual con escenas de homosexualidad, zoofilia, fotografías antiguas…
Suele decirse que el aragonés carece de imaginación... Usted rompe el molde.
¿Qué diría Luis Buñuel? Seamos serios. Todo mi mundo de sueños es muy importante, me he encerrado, el problema que tengo es que esto puede ser obsesivo. De repente me doy cuenta de que tengo que bajarme al Corte Inglés, sólo a que me empujen, subir y bajar las escaleras y sentir que estás en una ciudad, con gente alrededor, para saber que eres de este mundo, porque al final se te convierte en mundo real el del tablero. Y no es tontería... De vez en cuando tengo un auténtico problema de identidad: yo soy yo o lo que estoy viviendo en el tablero.
Me decían en la librería Taj Mahal que cuando se siente inspirado ni se ducha ni se cambia siquiera.
Eso lo dije en una presentación de un libro. Ahora ya me ha educado un poco más mi mujer. Hoy sí me he duchado pero a lo mejor llevaba una semana sin hacerlo porque estaba metido en un proyecto. Cuando me sumerjo en una historia, es como cuando estás cazando, incluso procuro no leer ninguna novela ni nada.
¿Dormirá, no?
Sí, hubo un tiempo en que dormía vestido y todo, para no cambiarme de ropa. Eso son enfermedades que tiene uno, soy pesimista, tiendo a la depresión y necesito la máxima concentración. La historia consistía en que nada te apartase de la idea: no abría las ventanas, no salía a la calle, no me cambiaba de ropa hasta que acabase un trabajo, es que estás en comunión, estás en ello no con los cinco sentidos, sino con veinticinco. Yo sentía que debía hacerlo así, y así lo hacía. Aguantaba por las noches, a lo mejor me echaba a las cuatro de la madrugada encima de la cama, sin desnudarme, sin quitarme los zapatos, luego me levantaba y me ponía a trabajar. Igual era falta de oficio, sufría mucho más que ahora, estaba en un puro sufrimiento. Ahora también me pasa, hago mis obras con esfuerzo y dolor, con obsesión y placer, pero ya no es tan exagerado. Cuando estoy acabando un libro de ilustraciones, en los dos últimos meses igual no salgo a la calle. Me baño alguna vez.
No sé si hacerle una pregunta...
¿Si hago el amor esos días? Por supuesto que no. De verdad.
Y ese trasfondo violento de su obra, qué es, una crítica, apología o una especie de preocupación.
Lo que me jode es que esta sociedad sea tan pura, tan remilgada, que moleste la violencia y el sexo, me resulta tan antipática y tan falsa que por ello precisamente van hacia ello mis dibujos, y son naturales. Creo que sería incapaz de matar a una mosca. Pero me gusta provocar, incordiar.
Pero, ¿quiere decir que hace apología de la violencia en su obra?
Sí, y no me importa. Tenemos una violencia interior que es una estupidez negarla, ¿no? Condúcela, contrólate. Negarla es como ir al Museo del Prado y quitar todos los cuadros de escenas violentas, nos quedaríamos con cuatro paisajese holandeses de mierda. Puedes ir a la Capilla Sixtina y ver allí unos demonios y unos cuerpos y una sexualidad explosiva, y de pronto, que estemos en el siglo XX y que estemos diciendo que la violencia, la tele, todo perjudica a los niños... Lo que es pernicioso en la tele son esas muestras de impudor, la gente contando sus penurias, que vemos ahora en cualquier pantalla. Déjales que sueñen. A los niños les gusta la violencia, les mantiene vivos. Yo recuerdo que cuando mi hijo era pequeño lo llevaba a ver todo tipo de películas o le hacía miedo con los fantasmas, y me parecía interesantísimo... Esa actitud me produce mucha antipatía. Ahora les quieren poner música clásica. ¡Por favor! Ha que darles caña para que sus cabezas se llenen de imágenes. Todo eso configura un mundo interior que es precioso. Ojo: otra cosa es coger una pistola. Desde un punto de vista creativo, la violencia, como el mal, da mucho de sí, el creador la necesita. Sin ella no se entendería la historia ni la civilización ni el hombre.
Detrás de un triunfador hay un resentido. ¿Se siente maltratado aquí?
Algo, aunque no crea que me duele. Hubo un tiempo en que me dolía más y soltaba la lágrima. Que fuera te reconozcan, que te publiquen, que te pidan exposiciones, vuelves de Estados Unidos lleno de moral e ilusiones, y que aquí ni Dios te diga nada... A menudo pienso que la gente que lleva la cultura en esta tierra está colgada de la época de la Transición, detenida, parece que se ha quedado estancada. Falta agilidad. Vas por ahí fuera y ves que la industria está más cerca de la cultura. Aquí parece que todo esté enfocado para jubilados, dicho con todos los respetos.
Hombre, están recuperando un patrimonio de gran interés.
No exagere. En Massachusetts, hay un museo de lo que es la ilustración, tengo allí obra, y en Alemania, no sé, son cosas ágiles, modernas, que les interesan a los jóvenes. Lo que aquí está desfasado es el engranaje de las instituciones y de los bancos, y sus técnicos que tienen ideas muy anticuadas y sin ambición. La cultura en Aragón huele a polilla. Siempre me ha encantado Barcelona, necesitaría tres vidas para residir allí. Hubo un momento en que parecía que nos igualábamos un poco, pero ahora de nuevo la distancia vuelve a ser abismal.
No se queje. Usted es una de las pruebas de que desde Zaragoza se puede triunfar fuera.
No me quejo. Las cosas me van muy bien. Ahora lo único que necesitas es un fax, un agente y tu trabajo. Dos días después mi obra está en Nueva York. ¿Qué más puedo pedir?
Hablemos de gustos.
Leo poca novela, sólo por motivos profesionales. Hay obras que te cuestan dos semanas. ¡Tengo que leer tantas cosas de documentación! El tiempo es el mayor tirano del fin de siglo. Me encanta el boxeo, es el deporte más plástico que existe.
He visto que en sus libros cita a Dante, John Milton, Tolkien...
Leo desde los clásicos hasta los latinoamericanos, todo lo que pillo y lo que me exige mi profesión. Apenas leo periódicos, ni siquiera soy un atento seguidor de las noticias. Soy más un consumidor de imágenes. No he visto nunca una serie de televisión.
¿Se siente aragonés o no?
Sí, sí, pero tampoco soy muy amigo de los regionalismos. Soy ciudadano del mundo. Creo que ser aragonés no significa más que ser de otro lugar, soy de aquí y me encuentro a gusto.

Entrevista publicada en: http://www.luisroyo.com/entrevista.htm

La profesora y experta en literatura Magda Díaz y Morales, que recibe y escribe en México, extrae esta entrevista con el dibujante Luis Royo, que yo publiqué en "El Periódico de Aragón" el 27 de septiembre de 1998, en la sección "Primer plano", y la culego aquí. La entrevista en la web del escritor no está firmada, y se la califica como "una de las más interesantes que se le han realizado al autor".

11 comentarios

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Adrian -

A mi me encanta sus obras, ha sido mi inspiración en muchas ocasiones aunque mi estilo sea propio.

fresyt, supongo que llego tarde, pero en mi opinión saber dibujar es sobre todo práctica, saber ver la realidad y las técnicas para plasmarlo en papel..
Pero no hay que confundir dibujar bien a ser artista, el artista es el que transmite con sus obras, y eso creo que si es algo con lo que hay que nace...

fresyt -

me encantan sus dibujos...ese es el estilo que a mi personalmente me gusta.
La verdad es que conocia varios dibujos, pero no sabia quien era el autor, y fue cosa de un año al ver un dubujo suyo que era impresionante lo descubri...y nunca habia leido nada sobre el. Y al leer está entrevista me he dado cuenta de que es un Artista no dibujando sino tambien hablando..su forma de ser y de decir las cosas,cada pintor es un mundo...y me encantaria tambien algun día formar parte del arte..por que aunque todavia soy muy joven y no tngo practica...me gustaria llegar a dibujar como Luis Royo.
si soy sincera hasta hace hace cosa de 1 año no me empeze a interesar por la pintura por que todo empezo viendo sus dibujos.

a mi me gusta muchisimo dibujar..por que cuando dibujo estoy en otro mundo y me siento bien, pero lo malo esque me gustaria saber dibujar mucho mejor y quisiera saber si se puede aprender a dibujar o saber dibujar tiene que venir desde siempre?


alguien que me lo pueda explicar por que dibujar es lo unico que me gusta, pero no se si algun dia llegare a saber.

chrysis -

alguien con tanto talento, en mi opinión debería aprovecharlo para decir algo más al mundo, no solo ceñirse a mujeres bellas, sexo y violencia. Admiro a Luis Royo, pero porque es todo un artista, su contenido como digo podría ser mas variado, y es que yo no estoy a favor de la violencia en televisión cuando no sea necesaria, deforma aun más la sociedad en que vivimos y nos aleja de los aspectos bellos de la vida

Natxxxo -

Siempre he pensado que Luis debería haberse dedicado a otra cosa. Con esto no digo que no tenga derecho a hacer lo que hace pero lo veo como un pintor de brocha gorda intentando competir con Velazquez. Hace un trabajo correcto pero a unos niveles mucho más bajos. Cuando veo a Frazetta, Moebius, Uderzo, ...vaya pasada, qué nivel. qué trazo ...qué todo. Maestros.

De Miguel Ángel mejor ni hablamos.

Luis es un tipo con mucha suerte, es el rey del neón, del aerógrafo...del mal gusto, de los estridentes y recargados ochenta.

Es mi opinión.

IRENE -

Increible este hombre en todos los sentidos...

No habia leido nunca ninguna entrevista que hubiese hecho... me dedico más a admirar sus obras, y desde luego en ese sentido yo este hombre ya le tenía un pedestal, pero leyendo la entrevista me he dado cuenta de que además es un hombre claro, habla sin tapujos, las cosas tal y como son (ojala hubiese más gente así en el mundo)...

Me alegro muchísimo de que aunque le haya costado sus lágrimas el venir desde EEUU a España y ver que aqui no le conocia nadie este cambiando... por ejemplo, mi carpeta de la universidad está practicamente forrada por completo con sus dibujos, y es verdad que hace unos años la gente te decía... oye que dibujos más wapos... de donde los sacas? de quien son?... ahora lo que suelo escuchar es! "buah! vaya puto amo Luis Royo"... No esperaba menos... se lo merece ya que lleva un enorme y gran trabajo a sus espaldas... desde Madrid todo mi apoyo hacia sus obras

Agares -

m parece exelente esa entrevista, realmente una de las mas interesantes, demuestra ser una persona sabia,,, de las q demuestran sus dibujos, felicitaciones por la exelente seleccion.
Agares Luciferi
Montevideo Uruguay

Vash -

que onda esta muy padre lo que escribiste y una pregunta, es que estoy buscando museos donde hayan o este las pinturas de luis royo me podrias decir es para una trabajo mi correo es sjorge_rodrigo@hotmail.com

A.C. -

Gracias a ambos. Un abrazo

Óscar -

Totalmente de acuerdo, muy interesante entrevista.

Magda -

Me parece una muy interesante entrevista, la calificación es exacta. Gracias por ponerla para goce de nosotros, tus lectores.

Un abrazo, Anton.