CRÓNICA DE UN SÁBADO IRREGULAR
DIEGO PASA DE LA EUFORIA A LA CATÁSTROFE; JORGE PARTICIPA EN UN GRAN CHOQUE
No estaba seguro de si podría levantarme ayer. Uno de esos catarros complicados con debilidad general parecía querer estropearme el sábado. A las siete y media de la mañana, por fin, me he fui con Diego al campo José Luis Violeta del Montecarlo. Diego salió en la formación titular, como siempre, pegado a la banda, en la doble labor de interior de repliegue y de exterior derecho que debe profundizar, desbordar y servir balones. Su primera parte fue correcta, y en cierto modo también la del San Gregorio; aunque al final, por falta de consistencia en la línea central y desconcentración y muchos fallos ante el portero rival, el equipo visitante perdió por 6-3, tras haber ido ganando con comodidad por 2-0 y 3-1. La defensa tampoco hizo un buen partido, y Diego se desmoronó. Más que desmoronarse exactamente, le faltó algo más de compromiso y ambición en un partido que caía a la deriva y en el desorden. Esta vez, el buen entrenador Pepe ni siquiera tuvo los reflejos de trasladarlo a la posición de medio centro para que robase balones y buscase su larga zancada, una zona donde reinaba la anarquía más absoluta. Faltando quince minutos lo mandó a la ducha, y a otros jugadores importantes, como quien pierde la fe en el partido. Con este inesperado resultado, el equipo C de cadetes pierde algunas de sus posibilidades de pugnar por la segunda plaza.
Jorge salió de suplente. Jugo a las cinco de la tarde en el Stadium Casablanca. Para mi gusto, un tanto incompresiblemente tras el buen partido que había hecho el pasado sábado. Sin embargo, Casablanca y San Gregorio libraron un partido emocionante, intenso, jugado con limpieza, con alternativas, con incertidumbre. Y con un arbitraje más bien malo, que tampoco alteró el resultado final de empate a uno. Primero marcó un precioso tanto Javier, extremo derecho del San Gregorio; en la segunda parte, igualó el central zurdo de los verdiblancos. Jorge salió cuando faltaban diez minutos, y profundizó un poco por su banda e intentó aprovechar algunas diagonales. Al margen de mi pasión paternal, siempre querría que jugase, claro está, creo que debió salir mucho antes: el partido del San Gregorio fue bueno, pero creo que habría sido un poco mejor con una delantera más habilidosa y rápida y con Víctor Domingo en su auténtica puesto: de ariete. Y además, en los dos últimos partidos, ante el Salvador y el Peñas, Jorge había sido determinante. Hoy, por esas cosas de la táctica, Víctor jugó de extremo izquierdo sin demasiado brillo. El resultado, la honesta batalla librada con pugnacidad y eficacia, no permite ser crítico con el entrenador. El empate le da la razón, pero un cambio antes tampoco se la habría quitado, sospecho…
3 comentarios
A.C. -
Gracias por tu comentario y por tu regreso. Me gusta mucho que andes por aquí, siempre tan juicioso y sensato. Un abrazo
Cide -
Anónimo -