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Antón Castro

CONCHITA HERNÁNDEZ: AQUÍ TERUEL

CONCHITA HERNÁNDEZ: AQUÍ TERUEL

Una de mis locutoras favoritas* es Conchita Hernández, jefa de informativos de la Cadena Ser en Teruel, una mujer apasionada por su provincia y por sus gentes, una de esas criaturas que entiende la radio como un territorio de comunicación y de emoción, de revelación de la vida, de comunión íntima con las almas. Nos conocemos desde hace años, ha presentado alguno de mis libros en el Museo Provincial, pero siempre he encontrado en ella esa complicidad en los sueños y en la creación desde mi primer libro: “Los pasajeros del estío”  (Olifante, 1990), aunque su preferido es “El testamento de amor de Patricio Julve” (Destino, 1995 y 2000), ese viaje a lo largo de 150 años por las tierras del Maestrazgo. Por cierto, Conchita Hernández estuvo ayer en Cantavieja donde se inauguró el Museo del Carlismo, que ha concebido Pedro Rújula y que ha contado con colaboradores de excepción como Fernando Lasheras, Emilio Casanova, Mariano Balfagón y Cristina Mallén, entre otros.

        Con Conchita he hablado esta mañana. Hemos hablado de los VII Encuentros Literarios de Albarracín, ella siempre se confiesa entusiasta. Siente Teruel por los cuatros costados, pero lo siente sin victimismo, con esa transparente amor hacia los paisajes, la historia y las personas. Combate el olvido y la indiferencia, y pone el dedo allá donde creen que están los problemas: en la desidia, en la pereza, en el clientelismo político. De Conchita me llama siempre la atención su equilibrio, la transparencia de su voz, su cercanía, esa humanidad que nace de allá dentro, donde germinan los mejores sentimientos. Pertenece a ese tipo de locutoras que modula con espontaneidad, que trabaja el lenguaje bellamente, que pregunta con exactitud y limpidez, sin hacer ostentación de su minuciosa información, sin exhibir mala leche y sin resultar servil. Los falsos y aparentes con ella no pueden: no transige con la farsa, aunque su diplomacia  le permite escabullir el bulto sin herir a nadie. Trabaja con un gran equipo, sin duda, y es una madraza de tres hijos, algo de lo que siempre presume: son su tesoro, su mejor obra. La mejor obra de Jesús, su marido, y de ella. Hay algo que me gusta mucho de Conchita y es su risa, más contundente lejos del micrófono, más desarbolada. En los últimos tiempos se la oye más: participa en el programa “Aragón” de Miguel Mena (otro que tal: otro príncipe de la radio en una emisora de elevado nivel; por cierto, Miguel cuenta con un formidable equipo con Conchita Salanova a la cabeza, y colaboradoras tan solventes y cercanas como Desiree Orús y Beatriz Pitarch) y siempre llama la atención por la gama de matices, por su elegancia, por sus buenos modales. Por una dulzura esencial.

        He encontrado hoy a Conchita Hernández levemente melancólica. O fatigada. Era sábado, se erguía el alba y le quedaba un mundo de horas de fin de semana por delante. Luego, en el micrófono, nadie lo percibirá: pone la melodía del corazón y se enciende el mundo allá donde suena esa música. Esa risa, esa dicción segura, ese cariño estremecido por Teruel y por Aragón y por el planeta que ella pone cuando habla.

[He dicho muchas veces que me gusta mucho la radio. Sobre todo como oyente. Y tengo un puñado de voces que me  seducen siempre: Mara Torres, Gemma Nierga, Beatriz Pécker, Concha García Campoy y Lara López, que habla de música como si te contase un cuento al oído, como si desgranase un poema de viento en la alta noche de las confidencias y de los sonidos]. PD. La nota musical de este texto también ha sido el nuevo disco de Bruce Springsteen. Me encanta, aunque me sabe a cosa ya oída.

 

*La foto corresponde al remodelado Óvalo de Teruel de noche, proyecto magnífico de David Chipperfield.

 

5 comentarios

Rafa Monterde -

Simplemente, Concha es una PROFESIONAL. Y aunque ella no lo sepa es Buena Gente.Un beso

nachibiri sanchez puto loco -

GLANDE MAMI

nachibiri sanchez puto loco -

grande mami

Mena -

Concha es una mujer maravillosa, y una periodista como quedan pocos.

Cide -

Bonita foto. Teruel parece el decorado de una película de dibujos animados.