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Antón Castro

UNA MARINO EN EL NAUFRAGIO DEL URQUIOLA

UNA MARINO EN EL NAUFRAGIO DEL URQUIOLA
EL MARINO QUE NO PERDIÓ LA GRACIA DEL MAR 

Víctor Gracia naufragó en el petrolero Urquiola el 12 de mayo de 1976 en el puerto de A Coruña

 Aragón también es tierra de marinos: Martín Cortés, Pedro Porter y Casanate, Félix de Azara o, entre otros, aquel “Divino calvo” que era como un héroe en la calle Pradilla de Zaragoza, a finales de los 50 y principios de los 60. Aquel hombre dejaba un reguero de fábulas por donde iba: en la peluquería, en las verdulerías, en los bares del barrio. Y varios jóvenes de la zona, atraídos por el halo del navegante y por sus historias de puertos del Mediterráneo y del Norte de Europa, decidieron seguir sus pasos. Los chavales oían hablar de los burdeles de Rotterdam y se quedaban estupefactos. La alegría y la vida estaban allá lejos, tras el desierto, después de cruzar el corazón del mar. “Me hice marino por él. Primero se marchó un compañero a estudiar Náutica a Barcelona, y yo, que era hijo único, me fui a Portugalete porque la Escuela estaba entre Portugalete y Santurce, y teníamos allí una familia amiga. Recuerdo que el Divino Calvo, como le llamábamos, organizaba sus tertulias los fines de semanas en la peluquería y nos quedábamos todos boquiabiertos con sus aventuras”, dice Víctor Gracia. Víctor Gracia ingresó en la Escuela de Náutica, donde estudió para oficial de agregado. Permaneció dos años en tierra y realizó otros dos años de navegaciones en el mar. “Allí me casé y anduve un poco escondido, porque no quería irme a la mili. En 1969 ya era profesional y me incorporé como alumno en prácticas al Monte Urquiola, que era un navío mixto: transportaba 8.000 toneladas de tomate, plátano o pepino y, además, a 60 pasajeros que viajaban en primera clase en camarotes de caoba. Un día se nos juntaron los tomates o los plátanos con los pepinos, y aquello fue un auténtico desastre: todo sabía a pepino. El barco tenía un aire decadente. Era lo que se llama un buque motor (un ‘bm’) y hacía la ruta Vigo, Tenerife y Las Palmas, Liverpool, una travesía de unos quince días”.
Víctor Gracia Royo, que había nacido en la calle Cádiz en 1949, permaneció en el barco 60 días. Por entonces, verificó que la leyenda del Divino Calvo se extendía por los siete mares, y conoció también a un personaje que fue determinante en su vida y en esta historia: Francisco Rodríguez Castelo, de apodo “Paquito el alemán”. El mar y las montañas de olasComo aquéllos eran tiempos en que se demandaban marinos, un día recibió una llamada de la naviera Eco que le ofrecía un puesto en el Eco Luisa. Y se embarcó el primero de mayo de 1973. Aquel barco se había especializado en la ruta del vino: Cádiz, Oporto, Brighton. Era capaz de transportar alrededor de 1.200 toneladas de vino y coñac, pero también chirucas y latas de mandarina en almíbar muy apreciadas lejos de España. Navegando en esa embarcación, que arribaba mucho a Cartagena y a Cádiz, aprendió las primeras faenas del pícaro: comprobó que se practicaba el contrabando de tabaco, “que venían a recoger las propias furgonetas de la Guardia Civil, ha oído bien”, e incluso televisores en color. El día que recibió sus primeras cinco mil pesetas (30 euros de ahora) de ganancias, entendió que aquello iba en serio. “Estuve seis meses navegando y recuerdo esa estancia como una gran experiencia. Realicé algunos de los viajes más raros de mi vida y recuerdo algunas anécdotas inesperadas: el mismo día que mataron a Salvador Allende detuvieron a unos de mis compañeros bajo la acusación de robo, y todo porque había cambiado novelas de Marcial Lafuente Estefanía por plátanos en Trípoli. Hubo de intervenir el cónsul y todo”.
Víctor Gracia desea explicar los secretos del mar: cómo se vive en los barcos, qué siente un marinero cuando el mar se encabrita o cuando se avanza por un océano tranquilo, sembrado de islas. “El día que empecé a aburrirme del mar, lo dejé. He tenido miedo muchas veces. Ese mismo día, también me dije: ‘Ya no tengo edad y me sobra el dinero’. Tengo el recuerdo espantoso de una noche en la cual el oleaje era realmente impresionante, el mar se convirtió de inmediato en una montaña de olas infranqueables. Te sientes perdido. De golpe, te das cuenta de que el barco no responde aunque pese 10.000 toneladas, que las sillas no se aguantaban de pie. También recuerdo las noches del Índico, en el canal de Mozambique y Madagascar: una noche tranquila, el mar fosforescente. Todo era ideal: la calma, la temperatura, el ambiente en las islas, el plenilunio. A veces consigues una sensación semejante en la montaña, pero no es tan perfecta. El mar es inigualable”. Víctor Gracia aprovechaba ése y otros viajes para desembarcar en Nueva Orleáns, para ver aquel ambiente musical y vitalista, asomarse al Mississippi, “donde cumplí mis primeros 30 años”, y escuchar jazz.
En octubre de 1973, Víctor Gracia sintió melancolía de su joven esposa y desembarcó en Francia. Como no había hecho el servicio militar y era reclamado por aquí y por allá, lo atraparon y lo obligaron a cumplir con la patria: cumplió con sus obligaciones por un espacio de 18 meses en El Ferrol y en Santander; estaba asignado en la fragata Legazpi, “pero en realidad sólo navegué cinco días. En cambio, me convertí en el secretario del comandante”.El 20 de abril de 1975, separado ya de su primera mujer, se dejó tentar por un barco de Santander, el Baitin, de 2.200 toneladas, en el que iba a Liverpool y Rotterdam, pero también a Durban y a Mozambique. Abandonó ese barco porque quería asistir a la agonía de Franco en España, y se desplazó a Madrid, nada más ni nada menos que a la casa de un joven comunista que quiso destrozar y quemar su archivo el día que murió el general. Entonces, Víctor no intuía que estaba a punto de iniciar la gran aventura de su vida: el 28 de diciembre de 1975, se embarcó en el Urquiola de la Naviera Artola en La Coruña.
El viaje fatídico del “Urquiola”
“El ‘Urquiola’ era grande, muy grande, pero no era exactamente un superpetrolero, como tantas veces se ha dicho. Tenía un peso muerto de 110.000 toneladas, consumía 40 toneladas al día de fuel y efectuaba una ruta única: la del transporte de crudo desde Arabia Saudí a la refinería de La Coruña, a Petrolíber. Cada viaje duraba 34 días de ida y 34 de vuelta, y a eso había que sumarle entre 24 y 30 horas de carga y otras 48 o 72 de descarga”. El petrolero Urquiola había sido construido en Astilleros Españoles, en Sestao, y había sido botado el dos de junio de 1973. Sólo realizaba aquel trayecto, y lo había efectuado 16 veces. De eslora total (largo) medía 276 metros, y de manga (ancho), 39 metros. La tripulación estaba compuesta por 38 hombres y cumplía órdenes de Francisco Rodríguez Castelo, “Paquito el alemán”. “Era un gallego rubio, de ojos azules, de La Coruña. Se había casado algo tarde y tenía dos niñas. Creo que acababa de cumplir los 42 años. Tenía un aire de alemán insobornable y rígido, pero era un pedazo de pan. Era el único que se ponía el traje y los galones cuando llegábamos a puerto. También venía con nosotros, como segundo de a bordo, Arturo “el Legionario”, un tipo de Calatayud que había vivido en Vitoria y acusó las muertes de una manifestación que hubo por aquellos días”. Víctor Gracia recuerda que no se produjo ningún incidente reseñable tras 68 días de navegación. 
“No parábamos hasta llegar al Golfo Pérsico para cargar y al puerto de La Coruña para descargar. Sí hacíamos una pequeña trampa en la vuelta: nos deteníamos en Tenerife y, así, entrábamos en la bahía gallega como si aquel fuera un transporte nacional”.El marino aragonés, que obtuvo la licencia de capitán en 1985, había concertado una cita con una novia madrileña, y sólo esperaba llegar a tierra para verla. Antes había que vaciar las 107.676 toneladas métricas de crudo. Todo discurría con absoluta normalidad. “Algunos ya nos habíamos duchado y todo. El Urquiola estaba equipado con camarotes individuales y con duchas. En La Coruña hacía, con el alba, un tiempo espléndido, el mar estaba tendido, había olas largas de calma chicha. Recuerdo que subí al puente a las ocho, que le dije algo al capitán, algo de la chica que me esperaba, Pilar era su nombre. Entrábamos perfectamente enfilados, pero de repente uno de los dos timoneles dijo: ‘Don Francisco, que no gobierna el barco’. No sólo no gobernaba, sino que había tocado fondo y dejaba una negra mancha de crudo”.Víctor Gracia dice que no recuerda todos los detalles. Han pasado 30 años exactos. Me enseña el relato del accidente que hizo de la tragedia el Sindicato Libre de la Marina Mercante, en cuya fundación participó: “Urquiola, la verdad de una catástrofe”.
“El Urquiola ha tocado fondo. De sus planchas desgarradas surge el maldito oro negro que, además de contaminar, es sucio, viscoso y se ve a simple vista. El buque recibe orden de la Comandancia de alejarse cien millas mar adentro llevándose su sucio cargamento. Orden recibida con una celeridad en verdad digna de mejor suerte. Celeridad que no es eficacia, sino precipitación, desconocimientos, incompetencia. En la maniobra de huida, el Urquiola vuelve a tocar fondo, ahora de forma definitiva. La mancha de petróleo, insignificante tras la primera tocada, se extiende con rapidez”.La tripulación abandona el barco. Toda, salvo el capitán y el práctico del puerto. Mientras Víctor pregunta por su amor, le dicen que el hotel donde lo esperaba se quemó hace un mes. Y casi en ese mismo instante, se oye una explosión que conmueve La Coruña. Una nube inmensa y negra oscurece el cielo de las ensenadas. Más tarde, mientras el crudo se extiende hacia Betanzos y Ares y entinta la costa, Víctor Gracia sabrá que el práctico apareció completamente tiznado pero vivo, y que Francisco Rodríguez Castelo, que apenas sabía nadar, apareció ahogado en otra playa algunos días después. Gaston Bachelard escribió una vez: “El héroe del mar es el héroe de la muerte”. Paquito el alemán se comportó como un héroe. Aquello hizo correr ríos de tinta, hubo juicios y polémicas, pero al final se vio que había habido un encadenamiento de errores de la Comandancia de Marina y del Instituto Oceanográfico, que les llevaron a perder el juicio. El Urquiola, sólo parecía ser el principio: luego vendrían el Mar Egeo, el Cason y el Prestige. 
EL HONOR DEL CAPITÁN 
“Me parece que este barco ha muerto”, se dijo aquella mañana del 12 de mayo de 1976 en Seixo Blanco. Apareció un remolcador y la tripulación abandonó el Urquiola “de manera ordenada y sin histeria. La historia de la tragedia es fascinante: al final gracias al abogado Ruiz Soroa, se comprobó que había sido un error del Estado por no advertir la existencia de la roca aguzada que se levantaba dejando sólo once metros para navegar, entre ella y la superficie, cuando nosotros necesitábamos 19. Y además porque se tomaron mal demasiadas decisiones”. Sin embargo, uno de los detalles más conmovedores fue la defensa que se hizo del capitán, que había entrado varias veces en esas aguas y con idéntica carga, y que se comportó con un coraje extraordinario. Se quedó hasta el final, hasta que se desmandó el fuego. “El sindicato logró restituirle el honor a Francisco Rodríguez Castelo, su buen nombre, y no sólo eso. Tras mucho batallar, su viuda y sus hijas acabaron recibiendo una indemnización de diez millones de pesetas de entonces”, 60.000 euros de hoy. “Recuerdo a su mujer y a sus hijas. La recuerdo a ella, rubia, diciendo: ‘Ay, mi Paquiño, ay mi Paquiño’. A mí aquello me marcó mucho también. Le cogí miedo al avión. Le cogí mucho miedo al avión. No es un chiste”.

39 comentarios

Juan -

Acabo de encontrar este interesante post y alguien habla del comandante del helicóptero de rescate SAR. En 1992 coincidiendo con el naufragio del Mar Egeo, en la empresa de transporte aereo aue trabajaba, uno de los comandantes de un Falcon 20 que teníamos y volando a Barcelona, me comenta que él era el que pilotaba el helicóptero en ese rescate y me narraba las difíciles condiciones, y el por qué babian tenido que retirarse sin poder rescatar al capitán, tristemente fallecido. Recuerdo que se llamaba Chicho Gordillo, una gran persona, un ex militar del Ejército del Aire y que no he vuelto a saber de él.

JOSE JUAN VILLAVERDE VALLADARES -

EMILIO ME GUSTARIA CONTACTAR CONTIGO
yO TAMBIEN NAVEGUE MUCHOS AÑOS EN nAVIERA aRTOLA, QUE DESPUES PASO A LLAMARSE ARENAS
DE TODAS LAS PERSONAS QUE NOMBRAIS CONOZCO A TODAS, MI PRIMER CAPITAN FUE tESOURO EN EL LIEBANA. DEPUES DESDE MANU CALATRAVEÑO, EMILIO LOPEZ, RAMIL, PACO EL MORO Y UNOS CUANTOS MAS
POR CASUALIDAD LEI EL ARTICULO Y LOS COMENTARIOS DE TODOS Y LA VERDAD ES QUE ME TRAJO RECUERDOS BELLOS.
LO MEJOR QUE TENIA ARTOLA ERA SU GENTE QUE NAVEGABA EN LOS BARCOS
UN SALUDO A TODOS

Manu -

Es de HOTMAIL, mi direccion es manu_cala@hotmail.com.

Gracias.

Emilio Lopez Jardon -

Hola Manu.

Te mande un Gmail, pero me parece que no lo has recibido.

Un saludo.

Manu -

Hola,

Ya tenía olvidado este hilo. Me ha hecho ilusión leer tu comentario Emilio. Aunque sea medio año después.

Como puedo contactarte?

Si prefieres escribirme tu, mi email es: manu_cala@hotmail.com

Muchas gracias.

Un saludo.

Carlos Rapela -

El relato comete una irregularidad. El Capitán Castelo, como buen marino y nacido al borde del mar, sabia nadar. Pero como dijo el Práctico, Benigno Lebón, su problema fue que no pudo deshacerse del chaleco salvavidas y por eso no pudo bucear bajo las manchas de petróleo ardiendo como Benigno. Además, en aquel entonces los chalecos eran modelos rígidos y se dieron muchos casos en la historia que al lanzarte al agua, muchas personas se desnucaban por los golpes del chaleco.

Emilio Lopez Jardon -

Manu yo conocí a tu aita. La ultima vez que coincidí con el fue
en Bahia Blanca. Me hizó el relevo en el Aralar.Si quieres contacta conmigo.
Un abrazo
Emilio

Rafael -

Mi padre estuvo en el urkiola, tavira, ondiz, aralary otros mas de la naviera artola.Hasta yo estuve con mi padre una semana en el tavira,en setubal de reparacion.tenia 15años.Fue cocinero hasta que tuvo un accidente en el barco(le partio los dos brazos un amrre del barco)y luego estuvo de camarero.

Eugenio Tesouro Fernández -

Me ha hecho ilusión releer esta historia en la que, desafortunadamente, he tomado parte. El relato de Antón Castro sobre el Urquiola y Victor Gracia Royo “engancha”.
Lo primero que quiero decir es que lamento el fallecimiento de Victor. Era unos cuatro años más joven que yo. Estaba enrolado en el “Urquiola” como alumno de náutica en practicas. Lo segundo es que, hay algunas imprecisiones en el artículo, que no le restan brillantez pero que debo matizar y, sobretodo, una falsedad, que casi me parece imposible se le haya colado al autor siendo también marino, pero que es de justicia desmentir.

Empiezo mas o menos por orden sin ánimo de polemizar sino de aclarar y enriquecer el relato si cabe.
En el naufragio del “Urquiola”, el 12 de Mayo de 1.976 hacia las 0820 de la mañana no naufragó un marino sino que naufragamos treinta y siete por culpa de unas “agujas” no señaladas en las cartas de navegación.
El “Segundo de a bordo” no es el el 2º Oficial de Puente. Todo marino sabe que este título lo ocupa el Primer Oficial (de Puente). Por lo tanto Arturo Pena Díaz, del que guardo un grato recuerdo, no era el segundo de a bordo sino el Segundo Oficial y muy bueno, por cierto.
El párrafo que me ha dejado estupefacto es cuando el autor pone en boca de Victor lo siguiente“ si, hacíamos una pequeña trampa en la vuelta: nos deteníamos en Tenerife y así, entrabamos en la bahía gallega como si aquel fuera un transporte nacional”. Antón, esto es inconcebible!! En Tenerife “fondeábamos” para tomar combustible simplemente. Los grandes petroleros no solían atracar en puerto. “Nacionalizar un cargamento de crudo en Canarias no tiene sentido”. Ni ninguna ventaja fiscal. El crudo no es cereal, nunca estuvo sujeto a Derecho Regulador ni a peligro de licencia de importación que pudiera caducar. Sencillamente es una información errónea.
Podría matizar que el primer impacto del “Urquiola” contra la aguja a penas produjo avería alguna. Estuvimos, la tripulación de cubierta, casi dos horas con el barco parado a la entrada de la bocana del puerto sondando todos los tanques sin detectar variación alguna.
Solo de vez en cuando, observando desde la popa, veíamos como una burbuja de petróleo subía rítmicamente y rompía haciendo una serie de círculos concénticos en la superficie del agua. Así empezó la catástrofe del “Urquiola”, una burbuja de liquido aceitoso. Ni siquiera podíamos decir que era crudo. Lo que si, sabíamos todos, es que era algo insignificante. Una sentina, un tanque de aceite, un rasguño, un poro en una plancha del buque????
Lamentablemente después, repito, bastante después, vino lo de la “negra mancha, planchas desgarradas y el maldito oro negro” que Anton Castro describe con soltura.
Ya lo hice en su día, pero es justo recordar que Paco, (Frarancisco E. Rodriguez Castelo) el Capitán, tuvo el coraje de ordenar a la tripulación abandonar el buque.
Yo, con un pequeño grupo de personas escogidas por la Comandancia, estuvimos a bordo, sobre cubierta hasta el último momento en que la situación era insostenible y de inminente peligro de explosión. En ese momento crítico Paco debió abandonar con nosotros pero creyó que su deber era permanecer. Que en paz descanse juntamente con el practico Paco Sanchez Lebón, que posteriormente tantas veces me siguió recibiendo y sacando de La Coruña en el “Aralar”.
Un afectuoso saludo a todos. Eugenio Tesouro, 1er. Oficial del “Urquiola” y Capitán de Naviera Artola.

Andrés -

Ok Manu. Si que escuché hablar de tu padre, tanto a Homero como a Paco y Jose Manuel. Ya cuando termine las practicas me fui a barcos extranjeros hasta 1986 que me quedé en tierra. En uno de ellos coincidí con D. Avelino Campo Lavajos contramaestre y uno de los supervivientes del Monte Palomares. Un gran tipo como profesional y como persona.
Un abrazo. Andrés

Manu -

Releyendo vuestras entradas veo que muchos conocerias a mi aita seguro. También navego en el Iranzu, Leire (Que se quemo en Japon si no recuerdo mal), el Ondiz que lo saco de la ría de Bilbao mi aita, Tavira etc, tengo algunas fotos de todos ellos.

Manu -

Perdonad que haya respondido tan tarde. Andres, mi aita no era Bilbao Aldecoa, era Manuel Calatraveño. Justo dejo el barco por un permiso antes del desastre.

Esteban Longares -

Hola, yo recuerdo que estaba realizando el curso de piloto en Barcelona, cuando ocurrio el desastre del "Urquiola" y que mi compañero de pension, Juan, habia estado navegando en ese barco como alumno hasta el viaje anterior.
Despues de bastantes años de navegacion y unos nueve de mando, quede en tierra y aprobe las oposiciones para entrar en la naciente Administracion Maritima Civil y algo que siempre me ha indignado, es que a los remolcadores de Salvamento Maritimo, no se les pongan los nombres de marinos mercantes que durante su vida y algunos con su muerte, se han hecho mas que acreedores de este reconocimiento, como D. Francisco Rodriguez Castelo, D. Manuel Deschamps, o Jose Miguel Segarra por ejemplo.
Saludos

moncho -

Perdon,la carga era 120 mil toneladas.

Moncho -

Hola ,yo embarque en noviembre de 1985 en el iranzu en malaga,solo estube 4 meses,el capitán era de Ribadeo no me acuerdo como se llamaba,en el barco estaba de contramaestre Imanol ,el anchove,Pinochet engrasador, el burgos uno de canicosa de la sierra de eletricista un tal Alvarez andaluz,pepe da asturiana alias er pepillo, el mayordomo también Imanol,pase 4 meses estupendos pasamos las navidades del 85 en Rusia,despues fuimos a cargar a irak cuando estaba en guerra con su vecino Iran ,luego cargamlos 220mil toneladas de crudo para roterdam allí me desenbarque,mi suegro también estaba en el Urquiola el dia del naufragio ,el fallecio también un 12 de mayo 5 años después por enfermedad,le mando un saludo a todos los marineros,especialmente a los q navege con ellos.

andres -

Durante mi estancia a bordo del urquiola, hubo los siguientes capitanes:
Homero Zárate Maruri.
Jose Manuel aldecoa Bilbao.
Francisco Rodriguez Castelo, alias "paco el alemán. Yo navegue con el cuando eta primer oficial. Si quieres ponerte en contacto conmiho ea2ajb@ure.es un saludo. Andrés

andres -

Jose manuel aldecoa Bilbao, era tu padre? Yo bavegue con el e hice un viaje al persico desde Coruña.

Manu -

Buscando info sobre los barcos que llevó mi aita, me he topado con esta web. No se sí alguien leerá esto pero mi aita capitaneaba el Urkiola justo antes del desastre. Me gustaría contactar con gente que le conociese. Un saludo.

Carlos Rapela, Coruña -

Yo viví aquel naufragio y aquella tragedia en primera linea, vivía a los pies de la Torre de Hércules, en la Avda. de Navarra, dónde dominaba toda la entrada de la Ria y del Puerto. Y recuerdo ver delante de mi habitación al Urquiola y la marea humana que se formó por San Amaro para ver el siniestro. Lo que no menciona el relato es que el Urquiola ya habia entrado en las mismas condiciones por ese Canal, el del Seixo Branco, y milagrosamente, nunca había pasado nada. Por cierto, hace pocos meses, verano del 2012, falleció Paco Sanchez Lebón, el práctico de aquel dia. Y Ramón Taracido, el voluntario de la Cruz Roja del Mar que rescató el cadáver del Capitan Castelo, murio en acto de servicio auxiliando al "Mitteria Sotiria" años despues cuando este embarrancó en las cercanias de la Refineria.

Luis -

Hoy he tomado café con el comandante que pilotaba el helicoptero que fue al rescate de los tripulantes del Baitin, y he notado en su relato la impotencia del ser humano ante las adversidades metereologicas. Que El Señor los tenga en su gloria a ellos y a todos los que mueren bajo las garras de ese gigante que es LA MAR. Luis stinsonvolar@yahoo.es

Txema -

Yo hice mis practicas de alumno en los buques en el Iranzu y en Tavira donde coincidi con Arturo el legionario y Victor " el maño" siendo estos los oficiales con los que hice mis practicas.
Recuerdo el buen ambiente que habia y el ambiente liberal de Victor asi como de su entonces pareja Carmen.
Me hacia gracia entonces el miedo de el a volar asi como ilusion el oirle contar sus experiencias no solo por lo del Urquiola que ya conocia por mi padre el suceso ya que estaba esperando en el puerto para embarcar ese fatidico dia.
Por desgracia Victor nos ha dejado para desarrollar nuevas singladuras por otros lares, pero su recuerdo quedara en todos los que le conocimos y a los que ilusiono con el mar.

edmundo -

mi padre ramon palacio diaz de greñu navego en el urkiola de piloto o primer oficial.cuando ocurrio, el se disponia a embarcar despues de sus vacaciones.un saludo

charlie -

creo que ai que ser mas concisos,especificar mas...

charlie -

me gusta pero no das demasiada información
solo kontas los sentimientos

campa33 -

El domingo pasado vi en la gallega un relato del urquiola, mi sorpresa fue al sacar unas fotos de los tripulantes alli estaba mi abuelo CARLOS RODRIGUEZ ROCHA lo reconoci al momento no tengo muchos recuerdos de el ya que fallecio al tener yo 2 años, pero creci co la historia de que trabajaba y estaba el dia del desastre, hoy por hoy se un poco mas del petrolero y pude localizar las fotos gracias al relato (mas arriba) tengo mas imformacion para contar a mis hijos

Eloy -

Encontré este artículo buscando en internet a Victor Gracia..... amigo y compañero durante muchos años en Naviera Artola.

Al día siguiente del desastre llegábamos con el Aralar a Vigo, podeis imaginaros la emoción que nos embargó.

Y.... una puntualización a un comentario, esa aguja y otras no cartografiadas se volaron tras el "asunto" del Aegean Sea, el Prestige JAMÁS entro en zona protegida.... ver mis artículos "Puertos de refugio" y "Puertos de refugio ¿Para que?".
Alguien puede ponerme en contacto con Victor, lo agradecería mucho.

Saludos

E. Barrios

Julian -

Yo tambien navegue en el Irache, en el Ondiz, en el Iranzu y en el Tavira. De hecho mi primer embarque en el Irache fue en Huelva el 5 de Febrero del 77, mi primer viaje para cargar en Karg Island y completar en Dar Island, para descargar en Petroliber, recuerdo al capiatan (el asturiano), y a macha gente buena de Artola

jose uis -

ha leido tu comentario y casi estoy emocionado, yo estube en FRAGATA LEGAZPI, des junio del 66 hasta julio de 1968.
un abrazo

Andrés -

karmelo Buenos días: En el viaje inaugural del Urquiola/EGEY desde La coruña hasta Dubai, embarcó un garantía con el que me llevaba muy bien. No me digas que era tu Padre. Aparte, conocía muy bien a mi primo hermano Julián Rivero Blanco, muy amigo de tu padre, y también garantía de la Naval, que precisamente iba a ir de garantía abordo del Urquiola, pero al final fué tu padre. tengo una foto de la botadura del urquiola en Sestao, por si te apetece tenerla. Mi dirección de correo: ea2ajb@gmail.com

Un saludo Andrés Joven Rivero

antonio -

yo navege en el hermano gemelo el bt- irache de la naviera artola de bilbaoen el año 1974 de engrasador y sali en dos ocsiones del puerto petroliver de la coruña me gustaria cambiar impresiones co alguien que navegase en aquellos tiempos por el bt- irache gracias

Karmelo Miguel Bengoechea -

Como bien indicais alguno este buque pasara a ser parte de nosotros ya que tenemos algo que nos une a el yo tengo 42 años y traabajo en el astillero que le vio nacer y recuerdo gratamente como mi padre me ha contado la historia de los comienzos de este gran buque ya que el fue el encargado por parte del astillero "La Naval Sestao" (C.N.N. La Naval en la actualidad)en ir de garantia en el y como bien dice Andres Joven Rivero la tripulacion era una gran familia, gracias por vuestros comentarios e historias personales.
Leioa Bizkaia 06-10-2008

CENTRAL LIBRERA -

Para aquellas personas que estén interesadas en el tema de los petroleros españoles, las compañías navieras, etc:
Acabamos de conseguir una cantidad de ejemplares de un libro que trata de ambos temas: LA ESTELA DEL PETRÓLEO, de Juan Carlos Díaz Lorenzo. Libro muy difícil de encontrar. Más información en:
http://www.centrallibrera.com/EXISTENCIAS/NAVAL/LA%20ESTELA%20DEL%20PETROLEO.htm

OC 203 T.S. Mª 1º Unid Asalt -

D. Luis Pedruelo Zabal Cdt de la fragata (73-74) nunca tuvo a ningun marino de "secretario"

Andrés Joven Rivero -

Me ha gustado la descripción que haces. Es realmente así. para mi El Urquiola siempre formará parte de la historia de mi vida. En ese Petrolero hice mis prácticas de Alumno de Radio, desde Noviembre de 1.973 hasta Abril de 1.974. Fueron dos Viajes al Golfo Pérsico. El primero a Dubai (Al Fateh), y el segundo a Rastanura (Arabia Saudita). Conocí personalmente a D. Francisco Rodriguez Castelo, y también a su esposa Isabel. Entonces navegaba de primer Oficial. El Capitan de entonces era D. Homero Zárate Maruri, una persona entrañable, y natural de Las Arenas (Vizcaya). El Oficial Radio, D. Manuel Macías, y el Jefe de Máquinas D. Guillermo Basaña, natural de Sopelana. Había dos agregados de Puente y el que suscribe de Radio. para mi fué extraordinario formar parte de la primera tripulación del Urquiola. También recuerdo al Contramaestre Maceiras, una persona muy buena, y muy buen profesional. Despues del urquiola, pasé a cumplir con los deberes patrios, y después a navegar en Barcos extranjeros hasta el año 1.987 que me quedé en tierra en las Estaciones costeras de AranjuezRadio(Madrid), Barcelona y Valencia. En estos momentos estoy en situación de prejubilado. Un saludo y hasta pronto. Andrés

ac -

No. No iba en el "Urquiola", ni navegué en petroleros. Lo hice en otros. Saudiña, que cante o cuco e que chova luz.

A. C. -

¿Ibas también en aquel barco? ¿Eres un navegante del "Urquiola" o de otros petroleros? Gracias, muy amable por tu visita y por tus comentarios.

ac -

La piedra que rasgó el "Urquiola", la "Aguja del Urquiola", como se llamó después no figuraba en las cartas de navegación. Todos los que entrabamos en Coruña sabiamos de ella y a veces la detectabamos en las sondas que, entonces, no tenían la precisión que aportan ahora. Pese a los avisos previos, pese al "Urquiola", tuvieron que producirse más desgracias, desde la del "Aegean sea" a la del "Prestige" para que la volasen y no volviese a causar los pesares que causó.
Volarla cuando el "Urquiola" creo recordar que era cosa de cinco millones de pesetas, treinta mil euros de hoy. Pese a ello tuvo que darse el "Prestige" para que la volasen. Digo tuvo porque tengo entendido que ahora sí la volaron (trescientos mil euros, parece que fue el coste de la operación) y que pese a todos los pesares continuó sin aparecer en las cartas. Lo único que faltaría es que apareciese ahora.
El trabajo sobre Victor Gracia es espléndido. enhorabuena por el y gracias de nuevo por el blog.

A. C. -

Gracias, querido amigo. Voy a intentar hacerle caso. Un abrazo. Antón

Monsieur George -

Enhorabuena por el relato. He tenido la sensación que estaba releyendo otra vez "Lord Jim", de Conrad. ¿Por qué no se lanza a escribir esas historias sobre el mar, los viajes, el honor, las mujeres?