[Reportaje: Javier Aguirre publica “Historia de las itinerancias gitanas. De la India a Andalucía” (Institución Fernando el Católico, donde reafirma la condición de paria errante, herrero y músico del calé.]
El TIEMPO DE LOS GITANOS Historia y antropología l Javier Aguirre Felipe (Zaragoza, 1947) publica una monumental “Historia de las itinerancias gitanas. De la India a Andalucía” (IFC), donde reafirma la condición de paria errante, herrero y músico del calé
Javier Aguirre (Zaragoza, 1947) ha dedicado casi veinte años al estudio de los gitanos. “Cómo puedo decírselo:me interesaron los gitanos porque soy una persona muy politizada. Todo arrancó con aquellos conflictos que se vivieron aquí, en Kasan y en el Actur, a mediados de los años 80. Pero, además, también comprobé que había un desconocimiento de muchos aspectos de su historia y de su situación de víctimas bajo el nazismo, asunto en el que estoy trabajando”. Los gitanos pertenecían a un segmento de castas del Indostán, aunque las fechas de su origen no se conocen con exactitud. En el año 950 el historiador Hamza de Hispahan redactó la historia de los reyes de Persia. “El acontecimiento principal del reinado de Bahram Gur (430-443) es ‘la llegada por orden suya de doce mil músicos zott, a causa de la extrañeza que le causó ver que algunos de sus súbditos estaban bebiendo pero sin música. Éstos, postrándose, le explicaron que los músicos eran muy escasos en el Reino, y que el precio de sus servicios había aumentado de forma exorbitante. El buen soberano escribió al rey de la India, quien le mandó doce mil músicos zott, y Bahram los distribuyó en las ciudades del Reino’. Ésta sería la primera alusión literaria e historiográfica a los gitanos”. El investigador Javier Aguirre agrega que, alguños años después, el poeta Firdusi, hacia 1011, en su “Libro de los Reyes” recoge idéntica referencia, pero añade algo determinante en la leyenda de los gitanos. Dice que los recién llamados eran luri y no zott, y que el monarca Bahram Gur “dio a cada uno un buey y un asno, porque quería hacerlos agricultores, y les hizo entregar por recaudadores mil cargas de asno de trigo, pues habían de cultivar la tierra con sus bueyes y sus asnos, emplear el trigo para la siembra, producir cosechas y hacer música para los pobres, haciéndoles gratuitamente ese favor”. Al cabo de un año, regresaron ante el rey, demacrados, y sin nada. Bahram Gur les dijo, casi a modo de premonición o de condena: “No hubierais debido disipar las semillas, el trigo verde y la cosecha. Ahora, os quedan los asnos. Cargadlos con vuestras cosas, preparad vuestros instrumentos de música y ponedles cuerdas de seda”. De alguna manera, los gitanos empezaban a preparar su interminable éxodo por la tierra con la pesada carga de aquella suerte de maldición sobre los hombros. A partir de estas primeras poblaciones indias en Persia, surge la lengua romaní. El siguiente paso en la evolución del pueblo gitano es la diáspora en torno al año 1000 hacia Armenia y algunos lugares de Asia Menor, hasta llegar a las costas de los Dardanelos y el Bósforo, adonde “se trasladaron en busca de mejores recursos”.
Guerras, tránsitos y esclavitud
Javier Aguirre recuerda un detalle: “En su lengua original, se denominaban dom, que derivaba de la casta ‘Domba’, paria y ágrafa; por contagio con las distintas lenguas se habían producido transliteraciones que transformaron ‘dom’ en ‘rom’. De ahí lo de lengua romaní”. Más tarde, ante las invasiones de los turcos selyucidas, que asaltaron Armenia, se trasladaron a Anatolia occidental; allí los bizantinos les endilgaron un apodo injurioso: “atcingani”, palabra de la que derivaría cíngaro. Aguirre dice que “es una voz ligada al nombre de una secta herética que se extendió en el siglo IX por el centro de Anatolia, a la que los ortodoxos le atribuían prácticas de magia”. Luego, en medio de las constantes cruzadas y pugnas entre los tártaros, los bizantinos y los cruzados latinos, esta población fue conducida al norte del Danubio por los tártaros. Eso sí, llegaron a las tierra rumanas de Valaquia como esclavos; pero se produjo una insurrección de jefes locales y los valacos vencieron a los intrusos y se adueñaron de los esclavos cíngaros. Así nacieron las formaciones estatales de Valaquia y Moldavia. Ésa era la primera etapa de su trayecto europeo, pero ya entonces los gitanos suscitaban desconfianza y eran considerados egipcios, idea que participa “del discurso eclesiástico greco-ortodoxo, desarrollado luego en la imaginación popular. La identificación entre egipcios y gitanos fue una coartada del poder eclesiástico ante el estupor y el miedo de sus feligreses, que podían asimilar muy bien ese parentesco por los relatos de Ezequiel en el Antiguo Testamento que habla de la maldición al pueblo egipcio”. Una de las novedades del trabajo de Aguirre tiene una clara relación con este equívoco histórico: explica y documenta la importantísima relación comercial y cultural entre el Egipto mameluco y la Crimea tártara, que duró casi un siglo, y traza las rutas, las escaramuzas bélicas, las persecuciones, la existencia bohemia o inadaptada y el eclecticismo religioso de los calés. “Los gitanos ya no serían capaces de quitarse de encima ese sambenito negativo. La palabra gitano deriva de egiptano, giptano. ¿Que qué es la ‘leyenda egipcia’? Es, por un lado, como un castigo por la supuesta negación de la hospitalidad a la Virgen y al Niño en su huida hacia Egipto. Por otra parte, se decía que habían sido gitanos los que habían forjado los clavos para crucificar a Cristo en la cruz, al fin y al cabo los gitanos tenían fama de ser muy buenos herreros. Y también se decía que habían robado un clavo de la cruz para aliviar el dolor de Cristo; esto ya iría en su descargo. Contando estas historias, asumiéndolas incluso, evocando una peregrinación obligatoria de siete años, lograron adentrarse en Europa central y occidental, y aseguraban que hacían penitencia por estos hechos. Todo ello encontraría eco en Hungría, donde se alzaba la bandera de la Cruzada cristiana. En ese malditismo está el origen de su dispersión y la falta de un territorio propio”.
España, el cante, el flamenco
El relato cronológico de batallas, tensiones políticas y mudanzas es mucho más complejo, sin duda, pero en el último tercio del siglo XV se produjo otra emigración de gitanos desde el Adriático hacia España e Italia. Ahí empezaba otra travesía iniciática, en cierto modo, porque los gitanos que ya habían recorrido muchos caminos de Europa, con sus oficios itinerantes (herreros, cesteros, músicos, albañiles…), llegaron a España y fue Alfonso V el Magnánimo quien otorgó en Zaragoza un salvoconducto para tres meses a don Johan de “Egipto Menor” para peregrinar a Compostela. También se dirigieron hacia Castilla, con el apoyo del emperador del Sacro Imperio Segismundo de Luxemburgo, que les había concedido el patronazgo y la posibilidad de sentirse partícipes de la Cruzada, y hacia Andalucía, donde encontraron vínculos particulares con el cristianismo de Granada. Muchas familias se instalaron allí, y por contacto nacería el fenómeno del cante, y posteriormente el flamenco, a finales del siglo XVIII y a principios del XIX. En este caso ya coincide con “la presencia de un estrato étnico germánico en el medio popular andaluz”, dice. El rey Carlos III legalizó su situación con la Pragmática de 1783. Hasta hacía poco la forma de vida de los gitanos provocaba recelos en señores y siervos, se les había perseguido y la justicia los enviaba a galeras. En algún momento, se decidió que se hicieron agricultores, y no se consiguió, pero sí fueron expulsados, y luego censados y por fin se les asignó residencia. “Se temían sus hurtos. Los gitanos tenían fama de adivinos y curanderos, llevaban por el mundo el prestigio de lo mágico, como el mito del tesoro oculto. Pese a haber perdido su lengua, han sabido alegrar la vida de los demás con su música. Sus interpretaciones eran casi un hábito entre los campesinos en el trabajo mismo. Lo más determinante en ellos es la música, son prodigiosos, es algo increíble. Otra virtud suya es la defensa de la pureza, su creencia en la pureza; además poseen un gran sentido de solidaridad familiar”. Reivindicados por el romanticismo, la literatura y la pintura, por las vanguardias, “jamás han dejado de ser parias. Su lugar en la antropología europea es el lugar del paria”, resume Aguirre.
2006-05-21 00:00
LA FICHA "Historia de las itinerancias gitanas". Institución Fernando el Católico (Diputación de Zaragoza). Colección:Estudios. Historia. Zaragoza, 2006. 572 páginas. El volumen incluye una conclusión general, una copiosa bibliografía general y particular comentada.el autor Aguirre Felipe (Zaragoza, 1947). Es historiador e investigador, especializado en el universo de los gitanos en toda Europa. El libro deriva de su tesis doctoral, leída en 1993 en la Universidad de Perpiñán.
2006-05-21 00:00El primer salvoconducto (zaragoza, 1425) Anota el historiador:“En enero de 1425, el rey Alfonso V el Magnánimo concedió en Zaragoza un salvoconducto valedero por tres meses a don Johan de Egipte Menor que se dirigía en peregrinación a Santiago de Compostela. El 8 de mayo del mismo año, otro similar fue concedido al Conde Tomás del Pequeño Egipto, que se quejó ante las justicias del rey de la pérdida de dos perros de caza de pelaje blanco, un lebrel y un alano, que le habían sido robados cuando pasó por Alagón. Don Tomás se negó a pagar peaje diez años más tarde en la aduana de Canfranc al cruzar los Pirineos en su viaje de regreso, por condonación o gracia que le había otorgado el rey Alfonso, ante lo cual los peajeros de la aduana redactaron un acta en aragonés pirenaico". (página 224).
Anecdotario
Los músicos
Javier Aguirre recoge esta observación: “El conde de Hauterive, secretario francés en 1785 del príncipe de Moldavia Alejandro Mavrocordato, señaló la importancia de los músicos y cantores cíngaros. En su opinión ‘son los poetas de la nación’. (…) Al concluir su jornada de trabajo, los cíngaros esclavos de los dominios de los boyardos se consolaban de sus penas haciendo música”..
La dama embelesada
“Una mujer de gusto, Lady Craven, que se detuvo algunos días en la cortes del príncipe Soutzo, voivoda de Voloquia, cuenta que durante la cena se tocaba ‘esa maldita música turca’, pero que felizmente era relevada de vez en cuando por la de los cíngaros ‘cuyos acentos deliciosos habrían excitado a la danza al hombre más pesado’”.
Los trovadores
Escribe el historiador Aguirre acerca de la virtud más característica de los gitanos: “A esos cantores itinerantes se les puede ver como genuinos continuadores de la tradición de los troveros medievales europeos, como hace Alfredo Poissonier, que compara a los músicos cíngaros de Rumania con los trovadores de Francia”.
Veladas y narraciones
“La cultura oral de los roms eslovacos tiene sus propios cuentos y sus costumbres, tales como pasar sus veladas compitiendo por demostrar quién sabe más palabras romanís raras y pintorescas. Su léxico es rico en voces empleadas en la práctica de su curanderismo popular”. El libro de Aguirre suma a su análisis histórico, otro, esencial, relacionado con diversos códigos lingüísticos.
Mujer arrojada al mar
Otra deliciosa y trágica anécdota de un libro que avanza por muchos países. “A comienzos del siglo XVII llegaron los ‘gypsies’ al archipiélago de Shetland. En 1612 una gitana llamada Katherin Faw reconocía haber apuñalado a su marido Murdo Browne. Un tribunal la condenó y fue arrojada al mar desde lo alto de los acantilados de Scalloway”.
Gitanas del Sacromonte
Aguirre recoge esta descripción de “La Ilustración Andaluza”:“Esas gitanas del Albaicín y del Sacromonte, escépticas, supersticiosas y falaces, pero dotadas al mismo tiempo de un gran sentido práctico y utilitario, como todos los de su raza han sabido adaptarse perfectamente al medio en que viven. En el camino que conduce al Sacromonte hay algunas cuevas donde unas decenas de gitanas van a la búsqueda de extranjeros curiosos...” 2006-05-21 00:00ecos en la creación
El universo de los gitanos ha suscitado mucho interés en pintores y escultores, en escritores, músicos, realizadores. El libro de Javier Aguirre está plagado de nombres de eruditos, filólogos e historiadores que abordan un complejo fenómeno, que se parece al gran viaje de los celtas hacia los fines de la tierra. Desde Jerónimo Münzer a García Lorca, desde el erudito Dimitri Cantemir a Falla, podíamos evocar nombres tan conocidos como Cervantes, que tituló una pieza “La gitanilla” e incluyó gitanos en “El coloquio de los perros”, Caravaggio, Brueghel, Zuloaga o Benlliure. Una de las piezas más significativas, vinculadas con “la leyenda egipcia”, es la obra “Nacimiento de San Juan Bautista” (1574), de Jerónimo Cosida, que ha incluido en la escena del baño a una joven egipcia “que luce una típica capa de bello color rosa”. Está en el Museo de Zaragoza.
*La fotografía es de Eugene W. Smith.
14 comentarios
johnauj -
Me parece increible las extraordinarias facultades que tienes para la manipulación, la hipnosis y algo mas, pero que pena que sólo lo sepas utilizar para hacer daño. que pena de Vida tan Inútil.Y ni tan siquiera Sandra es Tu nombre Verdad ANA ISABEL.
fabian amador -
francisco aguilera santiago -
Sinue -
asun -
kari -
las personas gitanas se casan con los mismos gitanos??
osea me refiero si yo fuera gitana me puedo casar con mi primo que tambien es gitano???
gabriel calo -
Lilly González Cirimele -
fabo -
Rafael Borruth -
DarkMoMo -
asuntos -
asunto -
angelica beltran -