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Antón Castro

UNA FOTO DE JUAN MARSÉ, DE JORDI SOCIAS

UNA FOTO DE JUAN MARSÉ, DE JORDI SOCIAS

Estoy en casa sacando papeles, busco acomodo para las 300 o 400 cajas de Mudanzas Martínez que aún me quedan e inundan los despachos. Encuentro cosas realmente bonitas: un extraordinario reportaje de Ignacio Ciordia que le hizo hace casi una década Rogelio Allepuz, instantáneas de la boda de Miguel Mena y Mercedes, sobres que me había regalado Antonio Calvo Pedrós, que fue como el ángel de las instantáneas… En uno de ellos, hay toda una colección de piezas sobre Ramón José Sender en su viaje de 1976. Y entre todo eso, y mis propios reportajes en blanco y negro, que son más de los que yo mismo recordaba, encuentro una colección de fotos de Jordi Socías, al que he seguido aquí y allá, pero especialmente en la revista “El Europeo”, que sería la revista que me gustaría poner en marcha en Zaragoza ahora mismo. Hay fotos de muchas gente: Penélope Cruz, una atractiva Ariadna Gil, juraría que corresponde a cuando rodaba “Antártica”, Vittorio Gassman, Pedro Almodóvar, Emma Suárez, Fernando Trueba (como si fuera Nicholas Ray o John Ford: tuerto y con parche), muchas y extraordinarias fotos. Creo que tengo la revista “El Europeo” al completo. De las pocas porque jamás he sabido completar nada. Una de las instantáneas que más me han gustado nunca es ésta de Juan Marsé, realizada por el maestro Jordi Socías, que hace muy poco publicó un estupendo libro llamado “Maremagnum”. Hubo una época de mi vida que Marsé era uno de mis autores preferidos.

Entre los hallazgos sorprendentes de esta tarde, extravíos del tiempo, está un poema de siete folios, de mayo de 1990, que me escribió Julio Alejandro de Castro:

Esclavo de tu oficio, viniste a mi encuentro
con tu zurrón lastrado de preguntas.
Pensé
será como otras veces,
porque siempre es lo mismo.
Siempre igual inquirir;
camino trillado por iguales respuestas.
Una frase brillante -un recuerdo- un olvido,
una anécdota fácil de fácil argumento
y ese callar modesto
entendido
que discreción obliga.

Mas tú eras el viajero y todo fue distinto
¡Tan distinto!
Tan claro en apariencia, tan frágil y tan duro
tan ansiado y tan vivo
¡Qué hermoso es comprender sin pena
y más aún ser, con tanta felicidad, bien entendido!

 (...)

...Y es que mientras tú respires y dictes tu lección
seguiré viviendo en tu recuerdo
seguiré alentando
sin poderme ir. 

 

1 comentario

noni benegas -

no se, Antón, si ahora has vuelto de Galicia, pero te envié un comentario, y no estoy segura de que tu blog lo haya aceptado. Busco un nº de El Europeo de 1989, en el cual hay un artículo de Ana Basualdo sobre Colombia, y como tú tienes la colección entera, me gustaría tener ese artículo. Por supuesto, te mando mi último libro, premio esquío 2004 (Ferrol) pero dime si me recibes, beso, NONI