JOAQUÍN ASCASO: MEMORIAS DE UN ANARQUISTA
“Joaquín Ascaso ha sido una figura clave de la historia de Aragón. Pasó de ser un dirigente revolucionario, sindicalista, clásico, a un ser un político y un gobernador de nuevo tipo, con atribuciones y poderes de una situación de emergencia, y pasó a ser un preso gubernativo y finalmente un exiliado”. Así define, de partida, el historiador Alejandro Díez Torre al albañil y sindicalista anarquista Joaquín Ascaso (Zaragoza, 1906-Caracas, 1977), que nació tal hace ahora cien años y que asumió un momento especial de gloria: fue elegido presidente del Consejo de Aragón, con sede en Caspe, y “recibió el nombramiento oficial de delegado gubernamental el 19 de enero de 1937, presidiendo siempre la entidad, que abría una breve –pero concentrada y rica en experiencias de recuperación regional- época de autonomía para Aragón. Ascaso fue capaz de coordinar a representantes frentepopulistas y a consejeros cenetistas en un proyecto común de gobierno, que asumió el programa histórico costista en su región como un ‘turno del pueblo”, tal como dice Díez Torre, un historiador aragonés, nacido por azar en La Rioja, en concreto en Torrecilla de Cameros, y está vinculado a Benasque, afincado en Madrid. Díez Torre es el editor de las "Memorias, 1936-1938" de Ascaso en la colección Larumbe de las Prensas Universitarias de Zaragoza.
Ascaso fue un obrero albañil, formado a principios de los años 30 y muy mediatizado, como otros compañeros, por el impacto de la Sublevación de Jaca. Habituado a vivir en la clandestinidad, Ascaso creyó que el régimen de monarquía había caducado y que era el instante de encarar un nuevo periodo de libertad, desahogo, bienestar y modernización. “Pensar que la Sublevación de Jaca fue una movilización militar es un error. Fue una movilización civil que se precipitó por la actuación militar. Los auxiliares civiles, incluido Ramón Acín, tuvieron que improvisar. Y ocurrió lo que ocurrió. No obstante, con la ejecución de Fermín Galán y García Hernández, Ascaso y sus compañeros entendieron que la vía revolucionaria era legítima, y trajeron una nueva clase política”. Ascaso, durante los cinco años de la II República, se convirtió en un líder de la CNT, con diversos grados de radicalización. Recuerda Díez Torre que ya en ese período, Ascaso estuvo varias veces en la cárcel, algo que se volvió a repetir en 1938, tras la presidencia del Consejo de Aragón: estuvo preso 38 días cerca de Valencia, y finalmente se marchó a Francia con Antonio Ortiz porque los estalinistas, que habían asesinado a Andreu Nin, también les perseguían.
“Lo procesaron por causas ficticias, nunca justificadas, las autoridades gubernamentales. Su propia organización aragonesa le hizo el vacío. Y de ahí la salida. En Francia vivió muchas penalidades. Las autoridades francesas lo amenazaron con devolverlo a Franco o a sus propios compañeros. Antes que hubiese sucedido nada de eso, se habría suicidado con un disparo de pistola. Finalmente, consiguió embarcar hacia Uruguay, gracias un feliz contacto en Francia, y se estableció en Venezuela, estuvo también en Chile, pero vivió dos etapas de su existencia auténticamente miserables: trabajó de albañil, de conserje, en el transporte, conduciendo camiones. Nunca logró remontar el vuelo ni dejó de ser un transterrado. Finalmente sus amigos tuvieron que pagar su entierro”.
Ascaso tuvo amores con una francesa, que perdió aquí el hijo de ambos con muy pocos días. Intentó redactar sus memorias, que no llegó a corregir y que se hallan en el Archivo de Amsterdam, porque fueron requisadas por los nazis y las llevaron, con otros documentos, en sus barcos. “Ése es otro de los milagros que afectan a este libro: fue un auténtico milagro que pudiera sacar sus memorias de España y fue un milagro que los nazis las requisaron con otros materiales y que las llevases de aquí para allá en sus navíos y que no se perdieran para siempre. Imagínese los navíos, repletos de documentos en las bodegas, navegando de puerto en puerto en las costas del Norte. Y eso no es literatura”. Las memorias tienen un fondo de verdad y emotividad que conmueve todavía.
6 comentarios
Agustín Martín -
Por favor, ¿Podeís escibirme un e-mail a: ams1957@hotmail.es
¡Muchas gracias!
catherine seguin -
Ma mère s'appelait Margarita Ascaso Budria, fille de Lorenza Ascaso Budria (sur de Joachin) et donc nièce de Joachin Ascaso Budria;était-ce bien votre père?je posséde des photos de lui de Gisèle(sa femme) et de leur fille Jocelyne quand ils étaient en France.
francisco prieto tejada -
UNOS TENIAN LA ARTILLERIA Y OTROS LA MUNICION Y PARA COLMO, ERAN ASAMBLEARIOS.
ana maria -
elToño -
fgffyf -