LA ESTIRPE DE LOS GOLEADORES
El gol es el fin último del fútbol. La felicidad no sólo deriva de la cantidad, sino de la belleza de su elaboración para ganar. Recordamos a los máximos anotadores de todos los Mundiales.
-1930. Guillermo Stabile. El fantástico jugador argentino fue el máximo goleador del Mundial de Uruguay de 1930 que ganó el combinado charrúa con un prodigioso Pedro Cea, alias “el Pulmón”, autor de cinco tantos, tres en el partido de semifinales. “El filtrador” Stábile no había jugado nunca con la selección albiceleste. Empezó de suplente y participó en cuatro partidos. Logró ocho tantos. Se marchó a Italia y no retornó a su selección; años después, sería su preparador más longevo: desde 1939 a 1960. Logró seis copas de América. Era veloz, elegante y se movía espléndidamente. Como una cobra.
-1934. Oldrich Nejedly. El jugador checo fue uno de los héroes de Italia-1934, llegó a rivalizar con Giuseppe Meazza como mejor jugador del campeonato y marcó cinco goles. Fue otra sorpresa: apenas era conocido. Destacaba por la calidad técnica, su finura, la intuición y su constante entereza.
- 1938. Leónidas da Silva. El formidable jugador brasileño fue el futbolista más destacado y encabezó la lista de goleadores con siete tantos en el Mundial de París. Cosechó apodos como “Diamante Negro” y “El hombre de goma”. Era un jugador absolutamente exuberante, el delantero artista, estandarte de las mejores características del brasileño, capaz de hacer diabluras en un palmo de terreno. Un auténtico acróbata. Logró siete tantos.
- 1950. Ademir. En el campeonato más triste para Brasil, tuvo a un jugador excepcional en el campo: era Ademir, un tipo taciturno, herido de saudade, con un bigote de dandy y gestos inesperados. Era bajo y explosivo, y desarrollaba un fútbol tan elegante como artístico, repleto de habilidad, fantasía y astucia. Igualó a Leónidas en 1938, pero Brasil sucumbió a los celestes de Ghiggia y Varela.
- 1954. Sandor Kocsis. Lo llamaban “Cabeza de oro”. Era un formidable rematador. Actuaba en la que muchos dicen que es la mejor selección que se ha visto en un Mundial, aquella Hungría de Boszik, Higdekuti, Puskas, Zacharias y Czibor, entre otros, y colaboró en sus goleadas con once dianas. Kocsis había hecho toda su carrera en el Honved, luego jugó en el Barcelona y se suicidó en 1979: se arrojó por una ventana cuando contaba 50 años.
- 1958. Just Fontaine. El hombre que más goles, trece, consiguió en un Mundial, el de Suecia de 1958. Había nacido en Marrakech y era hijo de madre española. No era titular con Francia, pero se hizo acreedor a un sitio. Aunque aquél fue el Mundial de Pelé, Francia obtuvo el tercer puesto en un espléndido choque en el que Fontaine marcó cuatro goles.
-1962. Jerkovic. El yugoslavo marcó más goles, cinco, que Garrincha, Vavá o Albert, cuatro.
- 1966. Eusebio. Nació en Maputo, en Mozambique. Es, junto a Luis Figo, el mejor jugador portugués de todos los tiempos. Es el responsable de los triunfos de un memorable Benfica y de la selección portuguesa de 1966, con la que marcó nueve goles. Poseía un disparo potentísimo que nacía de sus poderosas piernas, era elegante y a la vez tenía los imperceptibles movimientos de una pantera. Como Fontaine antes, jugó las semifinales con Portugal.
- 1970. Gerd Müller. Es el máximo goleador de la historia de los Mundiales con catorce goles. Diez los logró en México-1970 con aquella espectacular selección que perdió una de las semifinales más apasionantes ante Italia, y cuatro en Alemania-1974. Lo conocieron como “El bombardero de la nación” o “Torpedo” Müller. Parecía torpe, sin ninguna virtud excepcional, pero goleó de todas las maneras. A pesar de ser algo regordete, tenía un gran sentido del equilibrio y se movía como una ardilla. Marcaba incluso desde el suelo y prefería hacerlo desde el área pequeña.
- 1974. Lato. El polaco Lato fue el máximo goleador en Alemania-1974. Era un estupendo jugador que se entendía a la perfección con Deyna, Szarmach o Gadocha. Era rápido, ambicioso, gran rematador y hábil para penetrar por sorpresa.
- 1978. Mario Alberto Kempes. Maradona, a quien prefiguró “el Matador”, lo definió como “el gran impulsor del nuevo fútbol argentino”. Marcó seis goles en Argentina-1978: poseía elegancia, disparo inapelable, buen regate, precisión y era un auténtico artista que tenía gestos suaves de bailarín. Marcó más goles que sus puntas: Bertoni, Luque y Ortiz
- 1982. Paolo Rossi. Ya había debutado con magníficas sensaciones en Argentina-1978. Parecía que no iba a estar en España: se complicó su presencia por una lesion y por diferencias con el seleccionador italiano. Actuó como ariete clásico y vivió la gran tarde su vida ante Brasil: marcó los tres goles de los seis que le darían el título de máximo realizador.
- 1986. Gary Lineker. El delantero británico era un hombre limitado, se parecía a Müller: un auténtico cazagoles. Jugaba lo justo, no regateaba, peleaba y tenía la intuición del “killer” del área. Obtuvo seis tantos.
-1990. Totó Schillaci. Vino del sur, con cara de pocos amigos y la sombra de la mafia. Empezó de suplente, pero pronto encontró acomodo cerca de Giannini, De Napoli, Donadoni y Massaro, y se convirtió en un héroe del pueblo, en el salvador. Igualó la marca de Rossi en España. Acabó diluido y con una vida íntima compleja.
- 1994. Salenko y Stoichkov. Eran como el día y la noche. Salenko, ruso, marcó cinco goles en un partido, encarnó al ariete limitado y tosco, y ahí se acabó. Stoichkov lo poseía todo: regate, temperamento, técnica y una zurda maravillosa. Sumaron seis goles cada uno.
- 1998. Davor Suker. El croata jugó a gran nivel en una selección dirigida por Boban. Suker, depredador del área con excelente dribbling y mejor disparo, superó a Ronaldo con sus seis dianas.
- 2002. Ronaldo. Formó una espléndida pareja con Rivaldo y se resarció de su misteriosa enfermedad en 1998 en París ante Francia. Recuperó su mejor nivel y logró el título y ocho tantos.
-1930. Guillermo Stabile. El fantástico jugador argentino fue el máximo goleador del Mundial de Uruguay de 1930 que ganó el combinado charrúa con un prodigioso Pedro Cea, alias “el Pulmón”, autor de cinco tantos, tres en el partido de semifinales. “El filtrador” Stábile no había jugado nunca con la selección albiceleste. Empezó de suplente y participó en cuatro partidos. Logró ocho tantos. Se marchó a Italia y no retornó a su selección; años después, sería su preparador más longevo: desde 1939 a 1960. Logró seis copas de América. Era veloz, elegante y se movía espléndidamente. Como una cobra.
-1934. Oldrich Nejedly. El jugador checo fue uno de los héroes de Italia-1934, llegó a rivalizar con Giuseppe Meazza como mejor jugador del campeonato y marcó cinco goles. Fue otra sorpresa: apenas era conocido. Destacaba por la calidad técnica, su finura, la intuición y su constante entereza.
- 1938. Leónidas da Silva. El formidable jugador brasileño fue el futbolista más destacado y encabezó la lista de goleadores con siete tantos en el Mundial de París. Cosechó apodos como “Diamante Negro” y “El hombre de goma”. Era un jugador absolutamente exuberante, el delantero artista, estandarte de las mejores características del brasileño, capaz de hacer diabluras en un palmo de terreno. Un auténtico acróbata. Logró siete tantos.
- 1950. Ademir. En el campeonato más triste para Brasil, tuvo a un jugador excepcional en el campo: era Ademir, un tipo taciturno, herido de saudade, con un bigote de dandy y gestos inesperados. Era bajo y explosivo, y desarrollaba un fútbol tan elegante como artístico, repleto de habilidad, fantasía y astucia. Igualó a Leónidas en 1938, pero Brasil sucumbió a los celestes de Ghiggia y Varela.
- 1954. Sandor Kocsis. Lo llamaban “Cabeza de oro”. Era un formidable rematador. Actuaba en la que muchos dicen que es la mejor selección que se ha visto en un Mundial, aquella Hungría de Boszik, Higdekuti, Puskas, Zacharias y Czibor, entre otros, y colaboró en sus goleadas con once dianas. Kocsis había hecho toda su carrera en el Honved, luego jugó en el Barcelona y se suicidó en 1979: se arrojó por una ventana cuando contaba 50 años.
- 1958. Just Fontaine. El hombre que más goles, trece, consiguió en un Mundial, el de Suecia de 1958. Había nacido en Marrakech y era hijo de madre española. No era titular con Francia, pero se hizo acreedor a un sitio. Aunque aquél fue el Mundial de Pelé, Francia obtuvo el tercer puesto en un espléndido choque en el que Fontaine marcó cuatro goles.
-1962. Jerkovic. El yugoslavo marcó más goles, cinco, que Garrincha, Vavá o Albert, cuatro.
- 1966. Eusebio. Nació en Maputo, en Mozambique. Es, junto a Luis Figo, el mejor jugador portugués de todos los tiempos. Es el responsable de los triunfos de un memorable Benfica y de la selección portuguesa de 1966, con la que marcó nueve goles. Poseía un disparo potentísimo que nacía de sus poderosas piernas, era elegante y a la vez tenía los imperceptibles movimientos de una pantera. Como Fontaine antes, jugó las semifinales con Portugal.
- 1970. Gerd Müller. Es el máximo goleador de la historia de los Mundiales con catorce goles. Diez los logró en México-1970 con aquella espectacular selección que perdió una de las semifinales más apasionantes ante Italia, y cuatro en Alemania-1974. Lo conocieron como “El bombardero de la nación” o “Torpedo” Müller. Parecía torpe, sin ninguna virtud excepcional, pero goleó de todas las maneras. A pesar de ser algo regordete, tenía un gran sentido del equilibrio y se movía como una ardilla. Marcaba incluso desde el suelo y prefería hacerlo desde el área pequeña.
- 1974. Lato. El polaco Lato fue el máximo goleador en Alemania-1974. Era un estupendo jugador que se entendía a la perfección con Deyna, Szarmach o Gadocha. Era rápido, ambicioso, gran rematador y hábil para penetrar por sorpresa.
- 1978. Mario Alberto Kempes. Maradona, a quien prefiguró “el Matador”, lo definió como “el gran impulsor del nuevo fútbol argentino”. Marcó seis goles en Argentina-1978: poseía elegancia, disparo inapelable, buen regate, precisión y era un auténtico artista que tenía gestos suaves de bailarín. Marcó más goles que sus puntas: Bertoni, Luque y Ortiz
- 1982. Paolo Rossi. Ya había debutado con magníficas sensaciones en Argentina-1978. Parecía que no iba a estar en España: se complicó su presencia por una lesion y por diferencias con el seleccionador italiano. Actuó como ariete clásico y vivió la gran tarde su vida ante Brasil: marcó los tres goles de los seis que le darían el título de máximo realizador.
- 1986. Gary Lineker. El delantero británico era un hombre limitado, se parecía a Müller: un auténtico cazagoles. Jugaba lo justo, no regateaba, peleaba y tenía la intuición del “killer” del área. Obtuvo seis tantos.
-1990. Totó Schillaci. Vino del sur, con cara de pocos amigos y la sombra de la mafia. Empezó de suplente, pero pronto encontró acomodo cerca de Giannini, De Napoli, Donadoni y Massaro, y se convirtió en un héroe del pueblo, en el salvador. Igualó la marca de Rossi en España. Acabó diluido y con una vida íntima compleja.
- 1994. Salenko y Stoichkov. Eran como el día y la noche. Salenko, ruso, marcó cinco goles en un partido, encarnó al ariete limitado y tosco, y ahí se acabó. Stoichkov lo poseía todo: regate, temperamento, técnica y una zurda maravillosa. Sumaron seis goles cada uno.
- 1998. Davor Suker. El croata jugó a gran nivel en una selección dirigida por Boban. Suker, depredador del área con excelente dribbling y mejor disparo, superó a Ronaldo con sus seis dianas.
- 2002. Ronaldo. Formó una espléndida pareja con Rivaldo y se resarció de su misteriosa enfermedad en 1998 en París ante Francia. Recuperó su mejor nivel y logró el título y ocho tantos.
3 comentarios
Magda -
Nuestra selección dudo que pase más allá de este juego con Portugal. Si empata creo que sí pasa a la segunda ronda, pero no creo que llegue a más.
Volvió a ganar España ¡bien!
A.C -
Hugo Sánchez ganó en España cinco o seis pichichis. Era un prodigio del remate a un único toque. Un abrazo. Antón
Magda -
Para Rafa Márquez es dificil anotar un gol a pesar de ser excelente jugador, pero no es delantero (aunque esto no lo impide, claro).