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Antón Castro

VUELVE MI PERSONAL CANTERA DE CAMPEONES

VUELVE MI PERSONAL CANTERA DE CAMPEONES

He tenido una semana especialmente agitada y con algunas experiencias muy bellas: una conversación con la abogada Altamira Gonzalo, una de esas mujeres que adora esta ciudad, este territorio y tiene tiempo para sonreír y para entonar un constante “carpe diem” sin renunciar al compromiso, a la solidaridad con los desheredados y a una pasión constante hacia la cerámica antigua; un encuentro casi urgente con Santiago Sánchez Jericó (que he colgado aquí en su versión en largo) y otro con Víctor Fernández. El entrenador del Real  Zaragoza estuvo especialmente inspirado. Paco Giménez, que es cronista del Zaragoza desde hace muchos años, me dijo que una entrevista tan sincera no se le había leído tal vez en muchos años. A mí me encantó verlo tan ilusionado con el equipo, al que llama, por cierto, un equipo en construcción que tiene muchas dosis de magia, y eso supone cierta inclinación a la intermitencia.         

No me esperaba algunas revelaciones sobre su pasión zaragocista y sobre la dimensión mágica del fútbol: ese instante en que se convierte de golpe en un espejo de un amplio sector de la población. También volví a hablar con Javier Sierra, que se hallaba en Úbeda en compañía de Iker Jiménez; el autor de “La cena secreta” sigue enamorado de Teruel, ahora ya en Málaga. Me dijo una cosa muy bella: ha realizado gustosísimamente la labor de embajador cultural de Teruel en Estados Unidos, pero no quiero adelantar demasiadas cosas porque el lunes se publica una entrevista con él en “Heraldo”. 
 

LA CRÓNICA DEL SÁBADO
        
Hoy mis hijos Jorge y Diego han jugado su segundo partido. Jorge, que cumple hoy catorce años, ha fichado por los cadetes del Utebo. La semana pasada jugaron contra el Cristo Rey y vencieron los chicos de Utebo por 2-1 con el gol definitivo de Jorge, según él con un trallazo cruzado que buscó la escuadra y la alcanzó. Hoy, los azules de Utebo se enfrentaban al Hernán Cortés y vencieron por 10-0. Jorge marcó dos goles, uno en cada tiempo, ambos con la zurda. Cuando marcó, más que celebrar sus catorces años, miró al cielo que habita su abuelo Leoncio y se los envió como muestra de cariño en un  día tan señalado. Jugó alrededor de 60 minutos a buen nivel; tardó en entrar en juego, pero en cuanto lo hizo penetró por la banda, generó peligro, combinó mucho e incluso incurrió en el fuera de juego. El Utebo tiene un buen equipo, con muchas posibilidades.
 Y Diego, que cumplía ayer 16 años y había perdido el primer partido con La Jota, ha vuelto a casa: juega en el Garrapinillos de juveniles. Hoy, por la tarde, viajó a Pina de Ebro. Vencieron los visitantes por 1-6; Garrapinillos posee un buen equipo, se salió el ariete Oscar, impartió una lección de brega, ambición y clase Mario Martín.

Y Diego, que no marcó, realizó un estupendo partido como medio centro: combatió mucho, robó balones, asistió a los compañeros, ofrece siempre su ayuda en las salidas de balón tanto a los defensas como a los medios, apoya a los delanteros, y en ocasiones inició la estrategia de ataque. En la segunda parte, realizó una espléndida jugada de interior, sorteó a varios contrarios y dejó un balón algo largo a Luisito Salas, que acabaría marcando en otra jugada un soberbio gol de cabeza. Fue un partido muy completo; el entrenador le dio descanso tras 65 minutos, y por primera vez desde que lo conozco lo felicitó efusivamente por su despliegue y su entusiasmo.
 Toda mi familia ha ido a ver la obra de  teatro de Rosa  Maria Sardà, “Wit”, pero toca un tema que a mí siempre me asusta. Hoy por cierto, vino a Pina, Modesto Calvera, el padre del capitán Samuel y del medio Mario; acaban de amputarle un brazo tras descubrírsele un cáncer. A mi madre es una enfermedad que le da tanto miedo o respeto que jamás pronuncia su nombre. Dice, casi enigmáticamente: “Ese mal que acaba coa xente”.

*Visión de la plaza de España de Pina de Ebro (Zaragoza).

2 comentarios

Fernando -

Felicidades a Jorge y a Diego, los he visto jugar este verano y me han vuelto a sorprender (como cada vez que los veo jugar), todavía tengo la esperanza de que se reconvietan al zaragocismo y nos hagan campeones de liga.
Anton, ya sabes que no puede faltar tu crónica ningún lunes, la leo antes que la del Zaragoza.
Un abrazo.

angel -

Felicidades a Jorge. 14 años son un monton.
Deseo para Diego y su hermano que metan todos los goles que sueñan.