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Antón Castro

ORHAN PAMUK, EL NOBEL DE LA NIEVE

ORHAN PAMUK, EL NOBEL DE LA NIEVE

Hace apenas un par de semanas, leí la espléndida entrevista de Rosa Montero con Orhan Pamuk (Estambul, 1952), galardonado hoy con el Premio  Nobel. Me pareció un tipo entre fascinante y perturbador, de esos entrevistados incómodos que parecen estar jugando un partido de tenis con el periodista al borde del infarto. Y además, se crecen en el desafío: les gusta incomodar y provocar al otro, exigirle inteligencia, precisión, arrojo. Pamuk exigía de su interlocutora la misma lucidez y claridad que él exhibe, que él propone a sus paisanos turcos, que tanto lo odian. Pamuk siempre ha confesado que vive en la ciudad que más le gusta, aunque las autoridades turcas sean capaces de pronunciarle por denunciar el acoso contra las minorías kurdas y armenias. Ha escrito: “Si hay infelicidad en mi vida, no es por Estambul”.  

Hace algún tiempo que vengo siguiendo con cierto gusto a Orhan Pamuk, especialmente a través de dos libros: “El libro negro” (Alfaguara, 2005), una novela de amor desesperado y de búsqueda a lo largo de una semana en un Estambul nevado y brumoso, y “Nieve” (Alfaguara, 2005), una novela de la me atraía en primer lugar la nieve. Pamuk es uno de los escritores del mundo más fascinados por la nieve y de los que mejor la describe. En eso parece ruso. Y eso, ocurre también en su último libro: “Estambul: memorias y la ciudad” (Mondadori, 2006), un libro del que sólo he leído algún fragmento en la librería y he leído con auténtico interés la reseña que le hacía el pasado  jueves en Artes & Letras de Heraldo Félix Romeo. Por lo que sé, ése es un libro que me ha hecho pensar en Claudio Magris y, sobre todo, en W. G. Sebald, un libro híbrido con memoria, autobiografía, historias familiares, fragmentos de ensayos, fotos… Tengo unas ganas locas de leerlo, aunque estos días ando fascinado con otro título: “39 escritores y medio” (Siruela) de Jesús Marchamalo, que me hace reír por la tarde y por la noche. Sueño desde hace tiempo con escribir un libro de ese tipo, abierto y frondoso, sobre Zaragoza, que se ha convertido en mi ciudad, aunque ame a Huesca, a Teruel y La Coruña con locura.

Orhan Pamuk es hijo de una familia acaudalada de Turquía, que fue declinando. Su padre y su abuelo eran ingenieros; éste realizó un gran trabajo en el mundo del ferrocarril. Pamuk soñó con ser pintor, y ha pintado cuadros, aunque finalmente estudió arquitectura y periodismo. Su obra responde a una obsesión: conciliar Oriente y Occidente, desde una postura más sensata que nacionalista o exacerbada, desde la comprensión de factores de tradición y modernidad, no siempre fáciles de encajar.

Ha escrito una decena de novelas, casi todas publicadas en España, aunque la fama, también entre nosotros, le llegó con sus tres últimos títulos. Entre nosotros también ha publicado “Me llamo Rojo” (Punto de Lectura, 2004), situada en el Estambul del siglo XVI, “La casa del silencio” (Metáfora, 2001) o “El astrólogo y el sultán”. El Nobel ha recaído en su obra porque al ir “en búsqueda del alma melancólica de su ciudad natal, ha encontrado nuevos símbolos para reflejar el choque y la mezcla de las culturas”. Su denuncia de la muerte de 30.000 kurdos y un millón de armenios por los turcos, le ha llevado a ser considerado un traidor, para otros es “sencillamente un oportunista”, y ha sido procesado y amenazado con la cárcel. Él no perdió la calma ni cedió en su pensamiento. Y además contó con el apoyo explícito de grandes escritores que firmaron en 2005 una declaración conjunta en su apoyo. Fueron, entre otros: José Saramago, Umberto Eco, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez, John Updike, Gunter Grass, Juan Goytisolo, Salman Rushdie y Mario Vargas Llosa. Parece claro que las reacciones no se harán esperar: será un caso semejante al de la austriaca Elfriede Jelinek.


La Academia Sueca, que siempre se siente inclinada hacia la visión política de la literatura, hacia el compromiso ha reconocido su osadía, su pugna por la verdad. Es un buen escritor, un gran escritor incluso, joven, pero no era mi favorito: parece que la Academia Sueca tampoco distinguirá ni a Milan Kundera ni a Philip Roth.

*Retrato de Orhan Pamuk.

3 comentarios

Paloma -

El premio nóbel en Literatura no se entrega por una obra específica, sino por trayectoria

Patricia -

he leido todos los articulos sobre el Premio Nobel Orhan Pamuk y en ninguno he podido ubicar exactamente con cual libro gano el galardon.

Ladynere -

Vaya, hoy en todos los blogs está la noticia... en todos no están del todo de acuerdo con el galardón. Habrá que leer algo de él...