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Antón Castro

JOSÉ LUIS ACÍN CULMINA SU "BRIET"

JOSÉ LUIS ACÍN CULMINA SU "BRIET"

José Luis Acín ha dedicado más de medio vida al estudio del Pirineo.Y lo ha hecho sobre el terreno, con la cámara al hombro. Con esa voracidad que poseen quienes desean documentar un accidente geográfico, la filigrana inadvertida de una ermita, la sombra más íntima de un paso clandestino, la majestuosidad del congosto, el espejo transparente de un ibón deshelado. En ese trabajo paciente hay algo de autorretrato: José Luis Acín parece buscarse a sí mismo en el paisaje, en tanta expedición como hace a las cumbres o a los lugares donde reside el embrujo del bosque. Uno de los proyectos más decisivos de su existencia, en el que ha invertido más de una década, es el de repetir aquellos viajes y paseos e instantáneas que realizó el viajero y fotógrafo francés Lucien Briet por los Pirineos entre 1890 y 1911.

En esos 21 años captó paisajes y paisanajes, descubrió un universo que hoy puede antojársenos pintoresco y un tanto lejano. Y todo ello convergió en dos volúmenes, doble volúmenes en realidad: “Bellezas del Alto Aragón” y “Soberbios Pirineos”. El primero fue un libro que él culminó; el segundo, nació de la recuperación póstuma de su obra posterior. En el año 2000, José Luis Acín publicaba en Prames “Tras las huellas de Briet. Bellezas del Alto Aragón”, en el que repetía el viaje de Briet y confrontaba lo que veía y oía ahora con lo que había visto y captado Briet. Aquel libro fue un éxito y recibió premios por su diseño. Ahora, José Luis Acín publica la segunda parte: “Tras las huellas de Briet. Soberbios Pirineos”. El planteamiento es el mismo: en la cabeza de Acín y en el libro dialogan las fotos en blanco y negro de antaño con las suyas de hoy, dialogan los textos. Acín incorpora algunos detalles al contexto general: castillos, dólmenes, bordas, cruces inscritas en las casas, puentes y desfiladeros. Y en su texto mezcla la descripción con fragmentos de historia o de tradiciones populares, y algún leve subrayado sobre la genealogía y los moradores de las casas. E incluso realiza algunas correcciones a los errores del francés, que son varios. El libro, que contiene todo un itinerario, está dividido en siete partes: arranca de la cuenca superior del río Vero con parada en Boltaña y Alquézar; pasa por las gargantas del Flumen y el imponente Salto de Roldán; transita por el desfiladero del Entremón; se regodea en la deslumbrante hermosura de la sierra de Guara (con topónimos cuya sonoridad ya anticipa un mundo: Abizanda, La Val de Onsera, San Úrbez, Alcanadre…); describe el valle de Vio; dedica una parte de la travesía de casi cien páginas a los barrancos y cuevas, y acaba en La Peña Montañesa (Laspuña, San Victorián, La Espelunca…).  

El libro ofrece un facsímil de Briet: “La mole pirenaica del Marboré”. José Luis Acín “lleva el Pirineo impregnado en su piel desde pequeño. Por nacimiento, por herencia y por su voluntad de vivirlo y de sentirlo”, tal  como señala su editor Chusé  Aragüés. Y este libro, exuberante, variado, repleto de curiosidades y de esfuerzo, es un nuevo ejemplo de ello. Y es, conviene recordarlo, un libro en dos: dos aventuras paralelas con un siglo de diferencia.

*La plaza de Alquézar, captada por Lucien Briet en 1911. 

 

1 comentario

Luisa -

Enhorabuena a José Luis Acín por el nuevo libro que seguro será tan fantástico como el primeo. Una manera de mostrarnos nuestra montaña, desde el amor, la belleza y el conocimiento.

José Luis es uno de los incansables hacedores de cultura de esta tierra nuestra, y al que hay que agradecer muchas magníficas iniciativas así como su diario y continuado trabajo en el ámbito de las publicaciones.