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Antón Castro

POEMA DE MARINA DE MIGUEL ARRIVI*

POEMA DE MARINA DE MIGUEL ARRIVI*

Hormiga

 En un sueño inventado la margarita quiso ser una hormiga.
Un sol apenado maduró su aceitunada piel, ayudado por las cosquillas del aire.
Con su innata habilidad, algunas arañas tejieron una coraza con la que resguardar el enclenque cuerpo.

Un corsé de finas hojas le otorgó la flexibilidad para poder transportar alimentos.

El ciempiés le prestó seis zapatos para las patas confeccionadas con el débil alambre

 que sujeta los deseos a este inquietante mundo.

El peluquero del reino vegetal, el saltamontes, afeitó con gran esmero los amores no

correspondidos de la flor.

Dicen que la hierba lloró al recogerlos.

Los ojos y la boca fueron un regalo de las abejas por tantos años de servicio e incluso

el insecto palo rompió por unos instantes su meditación diaria para moldear unas antenas con dos ramas secas.

Gracias al pisotón de un niño, abandonó las alturas y se adentró en la terrosa oscuridad.

Como despedida, la cigarra improvisó una letanía que enmudeció al orgulloso girasol.

Desgraciadamente, la tierra no quiso perder a su más bello adorno y no liberó las raíces.

Cuando encuentres un níveo pétalo en el suelo, piensa en la margarita que ahora vive desnuda por un día soñarse hormiga.   

Marina de Miguel Arrivi

*Marina de Miguel Arrivi es una joven poeta y periodista de "La Voz de Galicia"

La foto es de Edouard Boubat.

5 comentarios

Magda -

Eso he pensado algunas veces, que a lo mejor no es de Bradbury. He revisado varios relatos de él y nada, no lo he encontrado y probablemenmte es porque estoy equivocada y no es su autor. Es una pena que en el momento que lo leí no hubiera apuntado la bibliografía, era en esos años de inicios de la facultad.

Gracias por tus palabras querido Antón. Para mi la maravilla es poder venir y leerte todos los días.

A Magda -

Bellísima historia Magda.He leído mal y poco a Ray Bradbury y no sé si la historia es suya. Me recuerda a una, un poco más terribe, de Bukowsky.

Qué maravilla Magda que andes por aquí. En gallego, diríamos con feliz estupor, con cariño infinito: "Vaia ser!". Qué criatura.Un abrazo.

Magda -

¿Sabes, Antón? Creo que no tiene relación ni se por qué, pero recordé al leer este hermoso poema un cuento de Bradbury que jamás he podido hallar ni he podido recordar su nombre, lo leí hace muchos años en una antología. Cuenta que una señora mayor estaba en una nevería cuando llega un muchacho. La señora pide un helado de chocolate con vainilla y miel y el joven le dice que es un helado extraño. Y asi inician una amistad. Él va a visitarla y cada vez que llega a la casa de la señora ve en su balcón una maceta con un geranio. Pasan muchas tardes juntos: hablan mucho, leen poemas juntos, toman vino alrededor del calor de una chimenea. Un día, él está buscando en su casa un poema que leyó en un periódico hace algunos años y quiere llevárselo a su amiga, y mientras busca ese poema ve en ese antiguo periódico la fotografía de una hermosísima mujer cuyo nombre era el de su amiga. Queda impresionadísimo y corre a la casa de la señora, de la que ya se había enamorado, y al llegar ve que el geranio no estaba en su balcón, esto le extraña. Sube corriendo y se encuentra la puerta abierta y que la señora no estaba. En la mesita junto a la chimenea había una carta que decía: "En otra vida, cuando llegues a una heladería y escuches a una joven que pide un helado de chocolate con vainilla y miel, sabrás que soy yo".

Magda -

Pobre margarita, eso de soñar algo tan diferente a su propia naturaleza le trajo serios problemas. Pero bueno, terminó su sueño por el pisotón de un niño, pero seguro que a ella no le importó, lo esencial es que se permitió soñar. De todas maneras sino hubiera soñado quien sabe si llegara un niño y la arrancara de la tierra. De una u otra manera hubiera terminado sus días, qué mejor que soñando.

Fernando -

No he podido evitarlo pero me ha recordado la candidez de los personajes de la abeja Maya y me ha hecho sonreír..no es lo de menos..deben ser los años...abrazos