MAR DE AMOR
(HOMENAJE A TERUEL Y A SUS AMANTES DIEGO E ISABEL)
Teruel se me apareció una tarde a orillas del mar. Cuando las gaviotas dibujaban su brusca melodía en el cielo, me senté en la bahía con la historia de Isabel y Diego entre las manos. Hace más de treinta años. Desde allí, mecido por el temblor del oleaje, viajé a un tiempo medieval de amores imposibles y de espera. Aún desconocía las torres gemelas, el impacto del mudéjar, aún no sabía que en Teruel los mansuetos tienen una música de viento que oculta el silbido de antiguas balas de odio. Imaginé la ciudad amurallada, el palacio, los palafreneros, imaginé el insomnio de años de Isabel, los pasos y las huellas del caballero errante Diego, afanado en cumplir una promesa de salvación. Entonces, a orillas del mar, Teruel se fue tiznando de crepúsculo, de tormenta que avanzaba sin albatros. Y aquel beso tardío lo noté como una lágrima, como un desgarro, como un final inaceptable.
Cuando llegan estos días en que Teruel desordena la pasión de la tierra con sus bodas, pienso en aquella tarde. Pienso en la primera vez que leí “Los amantes de Teruel” de Hartzenbusch, mi libro de compañía con “Romeo y Julieta” de Shakespeare y “Las penas del joven Werther” de Goethe, las otras dos historias de amor que llevaba en la mochila cuando dejé el mar para siempre. Anteayer cayó en mis manos un prometedor libro: “Escenas de mi vida sexual” (Abada), 35 poemas de Pedro Molina Temboury. El hallazgo me pareció simbólico porque tiene algo de nuevo “Cantar de los cantares”, pagano, irónico y fetichista, que celebra el amor, “tan desmemoriado // que salta siempre alegre sobre el mundo // como si fuese la primera vez”.
*El espléndido cuadro que Muñoz Degraín dedicó a Los Amantes de Teruel, que inspiró y cautivó a Jorge Gay.
2 comentarios
pilar -
Nerea -
Ayer me regalaron el libro de Goethe, no tardaré en leerlo ^^
Un saludo.