RESPUESTA A UNA PETICIÓN CON BORRADORES* DE FONDO
Queridos amigos Enrique y Diego de Rivas:
Queridos navegantes que a esta orilla llegáis:
Creo que lo de ayer, el retraso, con “Borradores” fue excepcional. Había un reportaje previo a “Palabras cruzadas” algo más largo de lo habitual, sobre la comida basura, y se retrasó el programa de Rafael Bardají, que estuvo muy bien: fue tenso e intenso, con debate, con trifulca dialéctica, muy elaborado. El trabajo de Rafael Bardají y todo su equipo, que es por cierto el mismo de “Borradores” con la aportación de la dulce e inteligente Carlota (ha colaborado en "Borradores", donde ha puesto su bella voz en off), es estupendo, un programa que trabaja por mejorar día a día, es lo que se dice un programa currado. Te agradezco Enrique tu afecto, tu cariño hacia “Borradores”, pero creo que no pueden compararse. Son propuestas muy diferentes y las dos intentan ser rigurosas, respetuosas con el espectador, respetuosas con los invitados, con concepto inequívoco de televisión pública. Por supuesto, que todo es mejorable. Y “Borradores” más que ningún otro programa tal vez.
Dicho eso, que es exactamente lo que pienso (me gusta la televisión porque es como la vida: un espejo, un laberinto, un amasijo que muchas propuestas que conviven e intentan comunicar y atrapar al espectador), me parece que el programa de ayer tuvo momentos emocionantes: Ramón Acín se defendió con mucha soltura al hablar de “Hermanos de sangre”, recordó que es un libro que nace de la investigación que le llevó a redactar su novela “Siempre quedará París” (Algaida, 2005), y que es un libro en varios tiempos: uno sobre la Guerra Civil y sus ecos, otro sobre el mundo del Pirineo, donde nació y adonde regresa, y otro sobre sus viajes a distintos lugares: África, México o Rusia, donde conoció un vino, un Somontano del 36. Ramón abordó la cuestión de la memoria histórica, le quitó hierro, y dijo que no ve el país plantado en un abismo semejante al del 36. Este extremo también lo confirmó Ismael Grasa. Él está tranquilo, el país está convulso pero no corre peligro la convivencia. Al menos él no se ve en la tesitura de tener que salir a la calle y coger un arma. Al hacer esa pregunta, Ismael estuvo para mí gusto sincero, reflexivo, intenso. Dijo que “Trescientos días de sol” iba a tener un elemento común, que era la idea del delito, pero luego se le fueron metiendo por medio otras cosas: una cotidianidad turbadora, con elementos de terror, un clima un tanto angustioso, una idea del cuento muy especial (dijo que, a pesar de lo que pudiera parecer, intenta cerrar los cuentos), señaló que se sentía inmerso en una tradición que abraza a Chejov, Natalia Ginzburg y Raymond Carver. Y dijo que él de lo que había querido escribir, sobre todo y ante todo, era de la vida. Y aceptó, sí, que no sabe exactamente por qué se le ha colado una especie de obsesión subterránea por las bodas. A mí me gusta construir las entrevistas con los personajes, improvisarlas, oír lo que me dicen los entrevistados y avanzar con ellos.
Ramón estuvo suelto, seguro, como un río que se desploma hacia el valle; Ismael estuvo más introspectivo, brillante, profundo. Como si indagase en el propio libro, en los personajes y en las situaciones, en directo, durante la emisión. Y eso le llevó a algunos silencios, a una aparente perplejidad, pero para mí fue todo muy auténtico. Uno nunca sabe si se equivoca al preguntar, si se embarulla; en este oficio, aprendes siempre, te caes a menudo y no siempre hay red, aunque estamos en lo alto de la madrugada. Una de las compañeras del set se me acercó, tras el programa, y me dijo: “Voy a comprar de inmediato el libro de Ismael”. “Trescientos días de sol”. El de Ramón ya lo tenía.
Tengo que dejarlo aquí. Pero me gustaron muchos los cuadros y el reportaje de Aurora Charlo; acababa de desmontar en la galería Salduba y nos dejó algunos de esos mismos cuadros. Y me gustó la entrevista-recuento de Ana Catalá Roca a Héctor Alterio. José Luis Esteban recitó / interpretó un fragmento de “Fin de partida” de Samuel Beckett, que se presenta hoy con el Teatro del Temple en Madrid, y explicó como había concebido “La puerta del infierno. Rodin”, el montaje que dirige desde hoy hasta el domingo en el Teatro Principal con su grupo Luna de Arena. Félix dijo una cosa muy bonita: le habría gustado ser actor de ese montaje. Entiende que el texto de Esteban, actor y dramaturgo y rapsoda, hombre de acción escénica ininterrumpida, es ideal para los actores. El librero Pons exhibió aplomo, calma y erudición presentando varios libros, y María del Carmen Gascón Baquero probó su sentido del juego teatral, su dicción de saltibamqui de la emoción, su alma de niña que se divierte en la avanzada noche de las sombras.
José Lapuente e Israel González cantaron dos temas: “Cielo drive” y “Buenas noches donde quiera que estés”. Y hablaron, entre otras cosas, de la grabación de su disco “Otra luz”, que estará en septiembre o en octubre en la tienda.
Queridos Enrique y Diego, queridos amigos, ahí está la respuesta a vuestra petición. Mil gracias a los dos y a todos los que os desveláis de cuando en cuando por "Borradores" y os asomáis al blog. Antón
*Borradores. Espacio Cultural de Aragón Televisión. 0.00, los martes. Redacción: Ana Catalá. Ayudante de realización: Yolanda Liesa. Productor ejecutivo: Gaizka Urresti. Realización: Teresa Lázaro. Producción: CHIP. La foto es de la película "El hijo de la novia", con Ricardo Darín, Norma Aleandro y Héctor Alterio.
8 comentarios
Diego de Rivas -
Y a tí Fernando, mi respeto por tu pensamiento y palabra. Gracias. ¡Y a ver si hablamos algún día! Esto es lo bonito de los blogs y cía.
Antón, como dice Fernando, siempre tan atento.
Saludos
Fernando -
Anton -
Un abrazo.AC
Diego de Rivas -
Y es que tienes razón ya llevamos muchos siglos, que más que en manos de Dios estamos en las manos de nosotros, los hombres. Y somos tan imperfectos y así nos va.
Me encanta tu comentario.
A tí Antón, perdoname, pero me he sentido algo aludido.
Saludos
Fernando -
Diego de Rivas -
Me encanta lo que escribes, cómo lo cuentas y la descripción de los personajes. Eres auténtico, y no lo digo para adularte sino porque lo creo así.
Recuerdo ya hace algún tiempo el gran Eloy Fernández Clemente en un acto institucional nos relataba a la editora del periódico más antiguo de Aragón, y a un servidor, sus opiniones sobre tí. Que eras, y en verdad es así, un periodista de raza, que tanto nos deleitas con tus crónicas de fútbol, o de arte o de literatura.
Tal como me imaginaba es fruto de mucho esfuerzo, trabajo y dedicación. Aparte se nota que te encanta lo que haces y así lo transmites.
Me encanta tu humildad cuando hablas sobre los gajes del oficio de entrevistador.
Estoy con Ismael Grasa y Ramón Acín en cuanto a sus reflexiones sobre la situación actual de nuestro país. Es verdad que aunque asusta no es para tanto. Todo es cíclico.
Ayer escuchaba al Cardenal Amigo Vallejo (lo cuento hoy en mi blog como editorial) y decía en voz alta que él está tranquilo porque todo y todos estamos en manos de Dios. ¡Qué maravilla!
Saludos y gracias
Fernando -
ENRIQUE -