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Antón Castro

APOSTILLAS A UN VIAJE SEVILLANO

APOSTILLAS A UN VIAJE SEVILLANO

Recuerda mi admirado José Andrés Rojo, sin acritud alguna, que yo he nacido en los años 50. Es verdad. En 1959: un veinticinco de agosto, diez años después que Martin Amis, creo. Y no me quitaría ni un mes, no fuese a ser que me quitase el mejor de mi vida. Era el autor más viejo, tras Iván Tubau, del Encuentro de Sevilla de Autores. Tenía que haber estado mi hijo Daniel Gascón (Zaragoza, 1981), que es bastante mejor escritor que yo y mucho más joven. Y bastante más inteligente. Y esa docena, al menos, de jóvenes autores de verdad que él apunta. 

En cualquier caso yo fui allí por la gentileza de Nahir Gutiérrez (una bailarina de asombro), Carmen y Elena Ramírez (tan sabias en experiencias, tan audaces siempre, tan seguras y divertidas), Carmen Carballo (de la Fundación Lara) y Ana Gavín (directora de la Fundación), entre otras. Y no hablé de mis libros, cité en una ocasión “Golpes de mar”; solo un poco de mi blog, y en el fondo estaba invitado como periodista. Pero lo pasé bastante bien. Conocí a gente estupenda (de algunos tengo aún sus libros en la mesa camilla), me reí bastante (Félix Romeo tuvo una velada memorable de humor a costa de sí mismo) y una noche tuve la fortuna de que me saludase mi colega José Andrés Rojo, al que admiro desde hace mucho tiempo, y que es casi de mi edad. Él se conserva mejor. Una de las imágenes más tiernas del día y medio que estuve en Sevilla fue verlo, en una postura más o menos incómoda y a deshora, redactando ya de madrugada notas para su blog, “El rincón del distraído”, título inspirado en uno de mis autores mexicanos favoritos: Alejandro Rossi, y su libro “Manual del distraído”, una de las debilidades de Enrique Vila-Matas. 

No podría imaginarme que al hacerlo, inclinado en un pequeño sofá en cuyas cercanías había wi-fi, podía estar escribiendo algo sobre mi blog, sobre este blog donde él se asoma también como un feliz nombre propio de Sevilla.

*La foto es un retrato de Frida Kahlo tomado por Fritz Henle. Me  gusta porque es una instantánea mexicana con un fondo de agua.

3 comentarios

Antón -

Gracias,Magda.
Son preciosas esas historias que cuentas. Algún día, como dices, iré a ese lugar, mucho más próximo ahora gracias a ti.
Espero que estés muy bien. Enhorabuena por el nuevo número de la revista, tan llena de amigos. Bien se ve que llevas no solo a México sino a España y a los amigos de Aragón en tu corazón.

Un abrazo. AC

Magda -

Perdón, no son chinanpas, son chinampas, con m.

Magda -

Querido Antón, ese fondo de agua que te gustó, y que espero un día conozcas, es un hermoso lugar que se llama Xochimilco (es donde se filmó María Candelaria). Es uno de los lagos prehispánicos (otros fueron secados), en el que puedes pasear en trajineras (o chalupas -canoas-, adonde precisamente está paseando Frida Kahlo en esta foto), que circulan por los principales canales de Xochimilco. Todavía existen, en las orillas de este lago, las chinanpas, una extensión de superficie del suelo, antes de cada siembra por los campesinos del lugar, el cual es construido por cieno que se encuentra en el fondo de los canales. El abono usual (anteriormente era de las aves y mis antepasados hacían uso del lodo) es fundamental que se plante a la orilla de la chinampa para afianzarle o dividirla con el árbol endémico de Xochimilco, el ahuejote, a través de su forma de ramaje, los rayos del sol penetran perfectamente sobre el terreno sembrado. Estas islas flotantes son monumentos históricos los cuales le dan el nombramiento por parte de la UNESCO de Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Un abrazo para ti.