PILAR PALOMERO: DIÁLOGO CON UNA JOVEN REALIZADORA
¿Qué hace una realizadora aragonesa en Madrid en verano?
Terminando la preproducción del que va a ser mi segundo cortometraje "Niño Balcón". En Madrid tengo mi "base de operaciones" y desde aquí me organizo para ir preparándolo todo: casting, alquileres, localizaciones... Tengo que compaginarlo con el trabajo habitual, por eso es menos complicado quedarme en Madrid y organizarlo todo desde aquí. Cuando termine el corto ya me plantearé lo de las vacaciones.
Vamos a ver. Estudiaste en San Antonio de Baños. ¿Por qué os vais todos a Cuba a estudiar cine?
Creo que la Escuela de Cine de Cuba es un sitio muy especial, diría casi único para estudiar cine. Está ubicado en medio de la nada prácticamente, y vives inmerso con estudiantes de todo el mundo. Es un constante intercambio de ideas y de opiniones, se trabaja mucho en equipo y se tiene una relación muy estrecha con los profesores. Allí se aprende a ver el cine de otra manera, porque hay muy pocos medios técnicos para desarrollar las historias, pero se aprende precisamente eso, que las historias han de estar muy por encima de los presupuestos y los medios. Además, es un sitio que cuenta con muchísimo prestigio. Todas las paredes de las clases en la escuela están llenas de firmas de los diferentes profesores que han ido pasando por allí: Spielberg, Coppola, Garcia Márquez (que fue uno de los fundadores), impone mucho ver esto nada más llegar. El espíritu de la escuela es el querer enseñar a las nuevas generaciones, a los profesores únicamente les mueve el deseo de querer enseñar sus conocimientos, lo que ellos han ido aprendiendo a lo largo de su carrera, y esto es algo único y valioso.
Tú fuiste alumna de guión de David Trueba e Ignacio Martínez de Pisón. ¿Se puede aprender a escribir guiones, qué aprendiste con ellos?
Si, se puede aprender a escribir guiones. Hice aquel taller en la Escuela de Verano de Jaca en el 2001, y supuso mi primer contacto con el mundo cinematográfico. Creo que fueron los 3 o 4 días en los que más conocimientos he adquirido de golpe en mi vida. Aprendí las normas básicas de la escritura de guiones, visionamos películas, charlamos mucho con ellos… Fue la mejor forma de comenzar en esto. Volví a Zaragoza con mil ideas de guiones y proyectos.
También formaste parte de los seleccionados del taller de Bigas Luna. ¿Fue interesante? ¿Cómo resumirías la experiencia?
Fue una experiencia buenísima, y en mi caso, resultó determinante para dedicarme a esto. Cuando sabes solo un poquito o casi nada sobre como hacer cine, cada clase se convierte en una clase magistral. Hacíamos en pequeños grupos cortos de uno o tres minutos y luego los visionábamos con Bigas. Él los corregía y nos daba su opinión. Esas opiniones se me han quedado muy grabadas desde entonces y me las repito a mi misma muchas veces cuando estoy con algún proyecto personal. Además nos lo pasábamos muy bien, porque los cortos los hacíamos entre 4 o 5 personas, con amigos como actores y eran muy libres, muy intuitivos.
¿Cómo se ve el mundo cuando se intenta captar, detrás de la cámara, a Melendi, a Bisbal...?
Bueno, yo todavía no estoy de forma directa detrás del visor, ¡aunque espero estarlo pronto! Trabajo en el equipo de cámara, un lugar privilegiado para aprender. Son producciones muy grandes, muy jerarquizadas. Es una escuela increíble. Trato de mantener los ojos siempre bien abiertos porque esta profesión se aprende observando a los que llevan toda la vida.
¿Cuál es tu participación en el equipo de rodaje de "Aquí no hay quien viva" o "Los hombres Paco"?
Trabajé en la tele al salir de la escuela, en el equipo de cámara. La televisión es muy diferente al cine, se trabaja de forma muy distinta. Yo me quedo con el cine, me gusta más. Son dos lenguajes muy distintos, en realidad no es que uno sea mejor que el otro, pero en cine se cuida mucho más la imagen, a los actores, el guión. Hay más tiempo para todo y eso luego se aprecia.
En realidad, te has diplomado en fotografía cinematográfica en Madrid. ¿Prefieres la dirección de fotografía o la dirección a secas?
Me encantan las dos, y por eso me resisto a tener que optar por alguna. Todavía estoy creciendo como profesional, y no quiero limitarme. Espero que mis conocimientos de realización me ayuden como directora de fotografía y viceversa, que se complementen más que se resten. Espero poder llegar a compaginar las dos cosas, porque no podría elegir. El haber estudiado fotografía me ha dado muchos conocimientos sobre dirección, montaje, guión. En realidad todas las profesiones del cine están muy conectadas y se ha de saber un poco de todo, por mucho que luego el trabajo esté muy jerarquizado. Por ejemplo, para ser un buen cámara hay que saber mucho sobre montaje, ejes, racord…
¿Qué recuerdos guardas de tu primer corto, "Sonrisas"?
Fue muy intenso. Me lancé a la piscina con muy poquita experiencia y tuve que ir aprendiendo muy rápido. Tuve la sensación de lucha constante, ahora también la tengo con el "Niño Balcón". Llevar a cabo un proyecto de este tipo supone tener que luchar contra viento y marea, e ir salvando obstáculos como uno pueda. Al final los cortos, a no ser que tengas muchísimo presupuesto, suponen un reto muy grande. Son tan importantes porque te aleccionan: tienes que resolver problemas constantemente y ser capaz, con muy pocos medios, de contar algo muy tuyo. Pero luego todo esto no importa, porque lo ves proyectado y no piensas en las dificultades. Es muy gratificante ver como a la gente le gusta, te entienden, les has transmitido algo. Durante diez minutos han entrado en tú mundo y les has hecho sentir algo que tú has sentido.
¿Es ése el cine que quieres hacer: poético, de atmósferas, de pequeños gestos, donde parece hablar el silencio y la luz? ¿Estarías en la órbita de Gracia Querejeta, Víctor Erice, Julio Medem, Isabel Coixet...?
Me gusta mucho el cine de todos ellos, sobre todo el de Erice. "Sonrisas" sí que estaba en esa órbita, pero con el "Niño Balcón" cambio de registro totalmente. Supongo que la importancia de la atmósfera y la luz me vienen de haber estudiado fotografía. Se pueden crear ambientes y estados de ánimo con la luz, y los silencios. En "Sonrisas" los protagonistas casi no tienen texto porque la idea era que precisamente este silencio les termina uniendo. Como espectadora me encanta el cine de Tim Burton, Kusturica, Berlanga, Fellini, Woody Allen.
Estás a punto de empezar a rodar, "Niño balcón". Avánzanos contenido, lugar de rodaje e intención.
Es un cuento fantástico, atemporal y alocal. El lugar de rodaje no está cerrado del todo, así que no puedo adelantar mucho. Es una historia un poco loca, con muchas acciones y con muchos actores. Trata sobre el destino, lo puñetero que puede ser a veces el destino. También trata sobre el amor. Mi idea es conseguir contar una historia divertida, diferente. La fotografía también tiene mucho peso esta vez, y la dirección de arte.
¿Sabes, así, a nivel general, qué quieres contar, no sólo en esta película si no en todas?
A nivel general me gustaría hablar de sensaciones, de sentimientos. Tanto en "Sonrisas" como en el "Niño Balcón" hablo de personajes que por un motivo u otro se encuentran solos, abandonados o atrapados. Me gustan las películas que te transportan a otros mundos, que te muestran de otra forma la realidad, las pelis que se detienen en pequeños detalles, pero que en su trasfondo te hablan de sentimientos universales: el amor, el odio, la soledad, el miedo… Una misma película puede llegar a tanta gente porque en realidad las personas no somos tan distintas y a todos nos mueven sentimientos parecidos.
¿Qué lugar ocupa en tu vida la escritura de ficción?
Escribo desde que era pequeña. Pero escribo de una manera muy personal, muy para mí. Trato de escribir siempre que puedo, sobre todo guiones y relatos. Me encanta y me parece la profesión más libre de todas. Eres tú solo frente a la hoja en blanco. No hay limitaciones.
*La foto es un autorretrato de Pilar Palomero, escritora, guionista y realizadora nacida en Zaragoza en 1980.
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