GRAN MONOGRAFÍA SOBRE "LOS OLVIDADOS"
Hay películas especiales. Películas que marcaron una vida, un destino, películas que, de golpe, son como una abanico de claridad y de lucidez, un faro de imágenes y de texturas que dibujan una claridad nueva, otra forma de compromiso. Entre todas las películas de Luis Buñuel, una de las que mejor destino ha tenido es “Los olvidados” (1950), rodada en ese mismo año en México, en medio de todo tipo de dificultades. En agosto de 2003 se encontró su negativo, que se había quedado arrumbado u olvidado durante muchos años, y fue inscrita “en el Programa Internacional Memoria del Mundo de la UNESCO “para salvaguardar y difundir el patrimonio documental más representativo de las distintas lenguas, pueblos y culturas del planeta”. El epígrafe es suficientemente amplio que da una dimensión de que proyecto estamos hablando: “Los olvidados” es una película áspera, dramática, pero también onírica, de un intenso lírico, parejo sin duda al desgarro, una crónica de los niños desarraigados y perdidos en los arrabales del existir.
Esta obra nació, en realidad, de una noticia que leyó Luis Buñuel en los diarios: se encontró en la escombrera de las afueras el cadáver de un joven. Y a partir de ahí empezó a activar uno de sus mecanismos obsesivos que le conducirían a la gestación laboriosa y tensa de una obra en la que intervinieron en distintos momentos Max Aub y Juan Larrea, y luego Luis Alcoriza, que sería el guionista. Tras muchos años de trabajo, Carmen Peña y Víctor M. Lahuerta Guillén han preparado el volumen “Buñuel 1950. Los olvidados. Guión y documentos”, en el que participan ambos (Víctor M. Lahuerta escribe un cuidado artículo sobre Luis Márquez, el responsable de la foto fija, tan espectacular), Francisco J. Millán, que contextualiza la película en la cinematografía de la época en México y la contrapone a la exitosa “Nosotros los pobres” (1947); Pedro Christian García Buñuel y Heriberto Ramírez Magallanes, que se encargan de realizar un glosario de mexicanismos, etc.
El libro, editado por el Instituto de Estudios Turolenses en colaboración con el Gobierno de Aragón y la Caja Rural de Teruel, desmenuza el proyecto. Se publica el guión al completo, con enmiendas y tachaduras, y se incluyen las localizaciones de Buñuel, la foto fija de Márquez, que es realmente espectacular como se ve en estas instantáneas, pero además los editores exhuman una amplia documentación de revistas, periódicos, cartas personales y cartelería, y no deben desdeñarse lo más mínimo, entre otras aportaciones, las jugosas cartas de Buñuel a José Rubia Barcia, una correspondencia que se inicia en 1949 y concluye en 1976. A lo largo de esta última parte se va viendo la cantidad de valedores que tuvo una película que al principio pasó inadvertida en México. Triunfó en Cannes, fue elogiada por Octavio Paz, lo sería también por André Bazin y Julio Cortázar, y se acabaría transformando en lo que es: una obra que resume la mirada de Buñuel, que le permitió dar lo mejor de sí mismo tras diez años de angustia y de incertidumbre, y que se mantenía en varios polos: recogía el legado del neorrealismo y la picaresca española, acaso el universo de “Las Hurdes. Tierra sin pan”, y abría nuevos campos a creadores como el brasileño Glauber Rocha. Además, de dejar ahí una estela de compromiso con el dolor y de pedagogía.
Carmen Peña añade otro trabajo muy interesante: “Los olvidados’ en España. Noticia y difusión de un filme de Buñuel”, que sorprenderá a muchos. Carmen Peña dique que HERALDO “se atrevió a ofrecer a sus lectores una información entusiasta”, que ilustró con el retrato de Man Ray y presentó con un titular inequívoco: “Triunfo de un cineasta aragonés en el certamen de Cannes”. El cronista anónimo reprochaba a un crítico furibundo que calificase como repelente la obra.
1 comentario
JESUS -
Rescatare la cinta del baul de los recuerdos y la volvere a ver en cuanto el sueño me respete y me deje un par de horas.
Veremos a Buñuel olvidado por todos desde que Garci dejase de "emitir" Que Grande es el Cine, rara vez se ve una pelicula suya.
JESUS