MAYAYO, EL EBRO Y LAS MUJERES*
Ignacio Mayayo es el pintor contemporáneo que más veces ha pintado el Ebro. Mayayo es a la pintura lo que Marcuello es a la divulgación y la historia, lo que Jesús Moncada es a la literatura. Son tres de los grandes enamorados del río. Ignacio Mayayo es un artista dotado de una mano inmejorable para el dibujo. Se ha convertido en el pintor del río, en su centinela, en su acompañante, y el Ebro es algo más que un tema: es una obsesión estética emparentada con la vida íntima del hombre y del creador. Jamás se cansa. Ha captado los puentes, viejos y nuevos, las puestas de sol, las líneas del horizonte, las márgenes, el temblor de la arboleda, el tránsito huidizo de las piraguas en el atardecer, las luces. Ha realizado mil y un bocetos y dibujos a lápiz. Podría haber escrito un dietario abrumador e ilustrado de su relación con el Ebro.
Su tarea es ingente y apasionante: pintor del natural si le place, más de huellas mágicas que de estilo naturalista, pintor de emociones y de instantes únicos, ha encontrado en el río la melodía del silencio, la floresta encendida, la suavidad galopante del agua, la fiereza de las crecidas y el bálsamo para el amor, la tertulia o el sosiego.
Ignacio Mayayo es, en algún sentido, un pintor hiperrealista con un toque Hopper y a la vez pop: ha pintado con un lápiz veraz y milimétrico varias panorámicas de Zaragoza. Y ha hecho lo propio, en tonos suaves, con el curso del río. Su apuesta es la de la exactitud poética. Capta el ambiente, lo que ve, lo que adivina, pero en su mirada siempre hay un rasgo de genio, el fervor de quien se enfrenta a sí mismo y a su ciudad, y se afirma en ella; siempre está presente la capacidad de trascender un paisaje cotidiano, hacer abstracción de él y eternizarlo en el lienzo o en un puñado de trazos de carboncillo.
Ahora, Ignacio Mayayo –la criatura de ficción que tango engrandece al Pepe Cerdá narrador, qué sería de la leyenda Cerdá sin un personaje soñado como Mayayo- ha pintado chicas, mujeres que ve, mujeres que sueña, mujeres que ama, mujeres que aman sus amigos y que él desnuda con mirada de artista. Dentro de unos días, en Binéfar, expondrá una selección de sus obras.
*Ésta es una acuarela de Mayayo, dedicada a Trasmoz.
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