ACERCA DEL PRIMER LIBRO DE EVA PUYÓ (Por Pippi Tetley)*
[La diseñadora de joyas y escultora Pippi Tetley debutó el sábado como presentadora de libros. Rodolfo Notivol y ella presentaron la colección de cuentos, o novela, Ropa tendida (Xordica) de Eva Puyó. Pippi dejó este texto en la memoria de mi ordenador, tras pasar un fin de semana en nuestra casa.]
ROPA TENDIDA
Pippi Tetley
La primera vez que conocí a Eva Puyó fue una noche de verano en una mesa Mr. Dumbo. Yo no hablaba ni una palabra de español y ella hablaba conmigo en inglés. Instantáneamente pensé que era una chica muy maja. También me acuerdo de esa noche con Eva por sus zapatos. Eran de color oro con tacones y una mariposa de oro ardiendo en cada uno de ellos. Hace poco le pregunté a Eva por estos zapatos que tenían tanto encanto y me dijo que los compró en un chino y que ahora uno de ellos está roto, pero que todavía los tiene.
Esa noche le pregunté a Eva si también era escritora. Me contestó que no pero dijo que estaba escribiendo un libro y quería publicarlo en Xordica, pero que no estaba segura porque el nivel era muy alto.
Hoy estamos celebrando ese libro. Se llama Ropa tendida, ha salido en Xordica, y me ha gustado porque lo veo sincero y a la vez divertido.
Ropa tendida es un libro de cuentos sobre la vida familiar. La protagonista cuenta cosas sobre su padre, madre, sus hermanos y ella misma: desde que era niña y jugaba con su hermana mayor, desde las emociones mezcladas del nacimiento de su hermano, que le quitó el papel de chico de la familia; hasta sus esfuerzos para sacarse el carnet de conducir, hasta su independencia, con su piso y su vida propia.
Costó mucho decidir el título, que me parece muy bueno, porque en el libro hay ropa, y muchos detalles cotidianos. Una vez, por ejemplo, se cuelga la ropa en los radiadores. “He visto a mi madre tendiendo la ropa por los radiadores, por encima de los muebles”, dice la narradora. La ropa tendida evoca un sentido familiar, y una imagen. Y el libro de Eva está lleno de imágenes: es muy fácil ver en nuestra a cabeza a los personajes y las situaciones.
Estos cuentos tienen algo de tristeza pero también un sentido del humor muy especial. Es humor de Eva es sutil pero es muy gracioso. Cuando voy andando sola a veces me río pensando en una broma o una expresión de Eva. Ropa tendida también cuenta el humor que hay dentro de las familias. Al leerlo, te sientes parte de la familia. No te sientes como un observador que esté fuera, sino como un miembro de la familia que no está mencionado.
A veces la vida de familia es dura y eso también sale en los cuentos de Eva. Por ejemplo, el carnet de conducir, que aparece en “Amigos de mi padre”. Siempre piensas que tu familia confía en tus habilidades, incluso en las que no tienes, las habilidades imaginarias, pero a veces no es así y te quedas sin esta protección familiar. En “Amigos de mi padre”, su padre le dice: “Me quedo aquí, sigue tú sola”. Esto es un ejemplo perfecto de la desconfianza de los que tienen demasiada confianza. Y luego, la protagonista del libro se pasa el libro conduciendo: ella es la conductora de la familia.
En otro cuento estupendo habla de su hermano, que era algo antisocial y jugaba al rugby. Tiene una bolsa de guisantes con su nombre en el congelador, para curar sus heridas de rugby. Mi familia utiliza el mismo truco pero él es más inteligente, porque nosotros siempre sacamos una cantidad de guisantes en una servilleta, y luego, cuando se descongelan los guisantes, los tiramos a la basura. Pero el hermano del libro vuelve a utilizarlos.
En “Sábanas”, Eva captura maravillosamente el sentimiento de culpabilidad que hay en todas las familias. Su madre tiene sábanas bordadas a mano que nunca utiliza y un día las reparte entre sus hijos. A la narradora del libro le tocan unas sábanas de color verde hospital y protesta, y empieza una discusión a escala griega, de proporciones trágicas. Después, la protagonista tampoco va a utilizar las sábanas, porque le traen un mal recuerdo.
Un cuento que también me gusta muchísimo es “Juguetes de bronce”. Sin necesidad, el padre copia algunos muñecos de los Pitufos en bronce, para que sus hijos tengan más juguetes. Son preciosos. Es un acto muy cariñoso, pero como los niños siempre tienen su mundo propio, siempre prefieren las cosas de verdad y odian las imitaciones, no aprecian este regalo. Y en todas las familias hay actos de cariño superfluos.
En el cuento final, “Paraíso”, la protagonista es ya más mayor, más independiente, y ha superado los conflictos con la familia, y siente más complicidad con ellos. Y cuenta una historia muy bonita sobre cosas freaks que le molestaban antes, pero que ahora le parecen bonitas. Y los padres también han cambiado, y ya no roban, sino que buscan árboles abandonados. Una imagen que me gusta mucho es el reflejo en el espejo del coche de sus padres contentos, haciendo sus cosas: el libro es como ese reflejo del espejo retrovisor, y me parece un final muy acertado.
Igual mi perspectiva está un poco distorsionada, porque hace mucho tiempo que no veo a mi familia. Pero cuando piensas sobre tu propia familia, normalmente piensas en las cosas que son normales, aparte de los frikismos que tienen, pero el libro de Eva enseña claramente que su familia, y todas las demás, son como un par de zapatos de China rotos. Te ayudan a andar, y a veces a tropezar, y tienen un encanto especial.
Los cuentos son sencillos, emotivos, agridulces y están tan bien hechos que se pegan y se quedan en tu cabeza durante días, y eso es una señal de buena literatura.
Para terminar, tres palabras más: COMPRA ESTE LIBRO.
*Pippi Tetley, Philippa Susan Tetley, es una escultora y diseñadora de joyas de Nueva Zelanda, instalada en Zaragoza desde hace un par de años. La foto de Eva Puyó es de Cristina Grande.
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