MIENTRAS ESCRIBO, UN POEMA DE OCTAVIO PAZ
Cuando sobre el papel la pluma escribe,
a cualquier hora solitaria,
¿quién la guía?
¿A quién escribe el que escribe por mí,
orilla hecha de labios y de sueño,
quieta colina, golfo,
hombro para olvidar el mundo para siempre?
Alguien escribe en mí, mueve mi mano,
escoge una palabra, se detiene,
duda entre el mar azul y el monte verde.
Con un ardor helado
contempla lo que escribo.
Todo lo quema, fuego justiciero.
Pero este juez también es víctima
y al condenarme, se condena:
no escribe a nadie, en sí se olvida,
y se rescata, y vuelve a ser yo mismo.
a cualquier hora solitaria,
¿quién la guía?
¿A quién escribe el que escribe por mí,
orilla hecha de labios y de sueño,
quieta colina, golfo,
hombro para olvidar el mundo para siempre?
Alguien escribe en mí, mueve mi mano,
escoge una palabra, se detiene,
duda entre el mar azul y el monte verde.
Con un ardor helado
contempla lo que escribo.
Todo lo quema, fuego justiciero.
Pero este juez también es víctima
y al condenarme, se condena:
no escribe a nadie, en sí se olvida,
y se rescata, y vuelve a ser yo mismo.
[Ese hombre inagotable, con sus propias historias y poemas y con los ajenos, que es Luis Antonio de Villena acaba de publicar una antología de Octavio Paz en Visor, “Piedra y sol (Poemas escogidos)”, de donde recojo este poema: “Mientras escribo”, uno de esos textos que definen la tarea del escritor, las palabras imposibles del soñador, la impresión de que alguien escribe bellamente lo que tú imaginas o concibes, e impulsa misteriosamente las adivinaciones del autor. ]
*El poeta pasea con su primera esposa, la escritora Elena Garro.
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miembrogrande -