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Antón Castro

CARRIÈRE: EL AMANUENSE DE LUIS BUÑUEL

CARRIÈRE: EL AMANUENSE DE LUIS BUÑUEL

Jean Claude Carrière (Languedoc, 1931) es uno de los grandes guionistas del mundo. Actor cuando se le antoja, es capaz de inventar una historia en un segundo: un relato que habla de la vida, de la mística y de la metafísica, de los placeres mundanos. Arma sus historias orales con una cuidada puesta en escena: la de un “romancero”, la de un narrador de “Las mil y una noches” o del poema épico “Mahabharata”, en el que invirtió una década para un montaje de Peter Brook. Ha trabajado con Jacques Tati, Louis Malle, Berlanga, Forman, Volker Schlöndorff, Juan Luis Buñuel... Aunque siempre dice que el director que le cambió la existencia fue Luis Buñuel. Se encontraron en 1963 en Cannes y pronto se estableció una complicidad indisoluble entre ambos. Carrièrre se convirtió en el escritor más amado por Buñuel, y éste le mostró a su joven amigo las “pinturas negras” de Goya y la importancia de la imaginación. Escribieron juntos nueve películas: se encerraban en Toledo, en el Paular, en Cazorla y en Michoacán en dobles sesiones de mañana y tarde, y hablaban, leían periódicos, bebían vino, se contaban los sueños. Mientras Buñuel dormía, Carrière escribía escenas y le hacía dibujos; algunos han sido recogidos en el bello volumen “Buñuel x Carriére” (Instituto de Estudios Turolenses). Si no salía nada, regresaban uno a París y el otro a México, y seguían viviendo. Carrière probaba nuevos géneros como la novela y el ensayo y el teatro, recogía cuentos a lo largo y ancho del mundo, o colaboraba con otros cineastas. Volvían a verse y comprobaban que las ideas habían sedimentado, y surgía el guión. Ahora, de la mano de Gaizka Urresti y Javier Espada, Carrière y Juan Luis, conversan y ruedan “Mi último suspiro”: los recuerdos que Buñuel le dictó a Carrière al calor de un dry martini o un buñueloni.

*Retrato del gran contador de historias y sembrador de prodigios, Jean Claude Carrière.   

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