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RAMÓN MASATS: PERFIL DE UN FOTÓGRAFO*

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La historia del fotógrafo Ramón Masats (Caldes de Montbui,  Barcelona, 1931) comienza con una fábula y con un hecho real más sugerente que la propia invención. Durante algún tiempo se escribió que se hizo fotógrafo porque le tocó una cámara en una tómbola, mientras hacía el servicio militar. Lo cierto es que, en ese período en el ejército, se aburría mucho; había adquirido el hábito de cogerle de cuando en cuando algún dinero a su padre y, víctima del tedio, decidió comprarse una cámara. Poco después, hacia 1953, inició un extenso reportaje sobre Las Ramblas de Barcelona: un trabajo que revelaba una obsesión inmediata por la pureza, sin preocuparse por la composición ni la estética. El joven Masats hacía fotos directas que capturaban la vida tal como  viene, con frescura, con instinto, con intuición de documentalista. Hacía foto de reportaje social, y solía colaborar con otros dos fotorreporteros como Ricard Terré y Xavier Miserachs. Entonces, admiraba la obra de Henri Cartier-Bresson y la de William Klein, nombres a los que iría sumando los de Arnold Newman, Richard Avedon y Elliott Erwitt. En 1955, a Ramón Masats no le pasó inadvertida una gran exposición: “La familia del hombre”, en el MOMA, la gran exposición que había concebido Edward Steichen.        

Con un proyecto muy sugerente en la cabeza, un extenso reportaje sobre Los Sanfermines, Masats se trasladó a Madrid en 1957. Allí coincidió con otros jóvenes fotógrafos, como Gerardo Vielba o Gabriel Cualladó, que también llevaban a cabo la renovación de la fotografía española: huían, como de la peste, del pictorialismo y de la ausencia de compromiso en la negra noche del franquismo. En 1963, se publicó ese gran libro, Los Sanfermines, sobre las célebres fiestas de color y sangre de Pamplona, que inmortalizó Ernest Hemingway y que, ahora, inmortalizaba Masats con una fotografía nada convencional, que poseía originalidad, variedad de registros, hondura y un magnífico sentido creativo. El fotógrafo –que trabajaba en distintos medios como La gaceta Ilustrada, Ya, Arriba, etc.-, publicó distintos libros: Neutral corner, con textos de Ignacio Aldecoa, sobre el mundo del  boxeo; Nuevas historias de Castilla la Vieja, donde seguía los paisajes y las palabras de Miguel Delibes, incluso se atrevió a hacer un libro fotográfico sobre El Quijote. Masats dejaría la fotografía en 1964, porque se pasó al cine y a la televisión, donde realizó documentales, películas y series.

En 1981, retornó a la disciplina que le había hecho famoso, y empezó a alternar la fotografía en blanco y negro con la fotografía en color, y pasó a colaborar con publicaciones españolas y europeas. Masats es un “fotógrafo puro de reportaje” (así se define), un fotógrafo de la calle, de la gente que pasa, un observador inadvertido que detesta llamar la atención, un fotógrafo deliberadamente costumbrista que busca la realidad, más preocupado por sugerir que por contar, que no hurga en la miseria ni la esquiva, y que afirma una y otra vez: “Me gustan los tópicos españoles: la semana, la Semana Santa, los curas…”

*Una de las fotos de Ramón Masats.

07/04/2008 00:32 Antón Castro Enlace permanente. sin tema

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gravatar.comAutor: Blanca

Bueniiiisimo ese cura saltando para parar el gol..!!!

Fecha: 07/04/2008 23:46.


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