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Antón Castro

PARA UN PÚBLICO MENOR, POR ADOLFO AYUSO

PARA UN PÚBLICO MENOR, POR ADOLFO AYUSO

La voz, el gesto, la magia y los hilos

Anda por ahí, con los cabellos revueltos y rizosos, un oscense que se llama Adolfo Ayuso (1956). Se ha acostumbrado a mirar el mundo de la cultura de manera peculiar: es capaz de interesarse por el circo, la magia, por los secretos del rastro, o por la escritura de Witold Gombrowicz, aquel polaco que no hizo migas con Borges, y de Bohumil Hrabal, aquel escritor checo que un día, octogenario ya, se subió a una azotea y decidió echarse a volar en pos de una paloma. Este Adolfo Ayuso, que anda por ahí como un personaje de Cortázar y que tiene un refugio en Anzánigo, es el máximo experto en teatro infantil y de títeres y marionetas en Aragón. Es escritor y un observador puntilloso, un diletante de las historias menudas, un buceador allá donde hay eco y temblor más allá del olvido, criaturas cuya vida, tantos años después, siguen pendiendo de un hilo. Adolfo Ayuso es autor de libros de narrativa como “El besugo y la soprano”, “La caja” y “Fugas”, y fundó y codirigió la revista “La expedición” durante diez números. Ha estrenado, entre otros textos, “Cristóbal contra el ladrón de sueños” y “Cabaret Contratiempo”. O sea, estamos ante un oscense laborioso y empecinado que acaba de presentar “Para un público menor. Teatro y espectáculo infantil en Aragón (1950-2005”, editado por el Centro Dramático de Aragón, que Javier Brun.

         Adolfo Ayuso ha necesitado más de un lustro y de 500 páginas para recoger medio siglo de teatro infantil. El libro responde a dos ideas: definir, fijar o acotar, y plasmar “la evolución de la escena para niñas y para niños en Aragón”, y lado reconocer a un grupo de profesionales y soñadores, de titiriteros o marionetistas de la legua, o de carretera y manta casi, que han hecho del teatro infantil una forma de vida, una continua aventura de creación, representación, seducción y sueño. Adolfo advierte que no quiere ser éste un libro “gracioso, amable y didáctico”. En realidad, no es gracioso, pero sí es amable y didáctico, apasionado y exhaustivo. Responde al prisma y a la mirada de alguien que ha indagado mucho, que ha pasado horas y horas en las hemerotecas, que ha conversado con las gentes que han hecho el teatro y que ha hurgado en los archivos de las compañías. El escritor orienta su investigación en dos tramos: la historia del teatro infantil en España, donde nos recuerda que el niño, considerado como tal, “aparece” en el siglo XIX, donde dice que Carmen de Burgos “Colombine” (pionera del periodismo de mujer y amante durante años de Ramón Gómez de la Serna, que impartió una conferencia en Huesca, invitado por Ramón Acín) sugirió a Benavente que escribiera para niños, donde habla de Apel.les Mestres, Lorca y Adrià Gual, entre otros. Luego analiza la presencia de ese teatro para pequeños, y su variedad de géneros, en la educación, en las fiestas y en la cultura. Nos dice quiénes eran sus autores y sus críticos. Adolfo Ayuso habla del circo y de la magia: recuerda al payaso como Marcelino Orbés Casanova, descubierto por el periodista Mariano García en estas mismas páginas de HERALDO en una serie excepcional, y recuerda al mago José Florences Gil.

La segunda parte, la más extensa, es una cronología prolija y comentaba de espectáculos y compañías y directores. Aquí, de nuevo, la presencia oscense es abundante: se habla de La Tartana de Huesca de Miguel Abós; de Los Titiriteros de Binéfar, ese grupo que recorre ya 33 años de la historia del teatro en Aragón y en España y en el mundo; de Taraneya de Binéfar; de Trapalanda, que nació en Aineto; de Los Títeres de Rafa (Rafael Ayerbe); de Teresa la Bruixeta o incluso de Caradura Teatro, que fundaron Damián Torrijos (luego creador de Galadriel y hoy reputado narrador) y el “periodista digital” Fernando García Mongay, autor de la pieza de títeres, “Historia de Ramoncillo”.

El libro de Adolfo Ayuso hace justicia a todos aquellos que soñaron y que intentan transformar el mundo, a los seres humanos y a sí mismos con la palabra, el gesto o el hilo.

*Este artículo ha aparecido hoy en las páginas de Heraldo de Huesca, de ahí el sesgo oscense que tiene, lo cual no quiere decir que Adolfo Ayuso se olvide de los grandes proyectos ni espectáculos  ni grupos ni creadores de Zaragoza (Festival de Títeres y Marionetas, Arbolé, Teatro de la Medianoche, Mariano Cariñena...), y de Aragón en general. Ayuso ha realizado un trabajo honesto, caudaloso, lleno de lucidez y sin un gramo de pereza. Éste es un libro modélico.

Para un público menor. Teatro y espectáculo infantil en Aragón (1950-2005). Adolfo Ayuso Roy. Diseño: Fernando Lasheras; Portada: Jesús Cisneros. Centro Dramático de Aragón. Zaragoza, 2008. 522 páginas.

Fotografía de una niña que sueña de Alec Soth.

 

 

 

 

2 comentarios

mireia -

alo como me podia poner en contacto con Adolfo?, hace años interprete el ahorcado y me gustaria pedirle el texto y la conformidad para volverlo hacer

JORDI VILET -

Nos conocemos a través de Todocoleccion por la titelles catalanas. Quizas nos podamos poner en contacto por este medio y poder quedar para verlas.
Un fuerte abrazo,
Jordi