GRANDES FOTÓGRAFAS. CLAUDE CAHUN / 1
Claude Cahun (Nantes, 1894-Jersey, 1954) es un caso excepcional entre las fotógrafas. Convirtió a su propio cuerpo en el objeto de sus fotografías: fue la exploradora incansable y obsesiva de sus continuos disfraces, la retratista de una máscara infinita. Nació en el seño de una familia de la alta burguesía intelectual: era sobrina del gran escritor Marcel Schwob, el autor de Vidas imaginarias o El libro de Monelle, su padre y su abuelo estuvieron vinculados con Le Phare de la Loire, más que vinculados: fueron directores, y un tío suyo fue bibliotecario y un tipo cultísimo. Ella estudió en Oxford y luego en La Sorbonne. Le apasionaba el surrealismo, el dadaísmo, el culto a los objetos.
Frecuentó a Adrienne Monnier y Sylvia Beach, a Henri Michaux y a Robert Desnos, colaboró con multitud de artículos en Le Mercure de France, y en 1925 publicó siete relatos de la serie Heroínas, donde mostraba diversas formas del autorretrato que tantas veces se haría: la mujer cándida, la apasionada, la mujer sádica, la andrógina, la doliente, la idólatra, la mujer lesbiana, la mujer desenfada y libre, la mujer transgresora, la actriz perpetua. Escribió relatos y teatro, aunque ha pasado a la historia como fotógrafa de mil y un disfraces. Su obra es como un diario en marcha, como una indagación en el cuerpo y en el alma de una mujer que pugna con su identidad a cualquier hora, una mujer con cara de pájaro. Estuvo vinculada al Partido Comunista francés.
El amor de su vida fue su hermanastra Suzanne Malherbe, que era hija de la segunda esposa de su padre. Suzanne fue escritora y diseñadora gráfica. Vivieron juntas durante muchos años. En 1937, decidieron abandonar París y se trasladaron a la isla de Jersey, en Inglaterra. Esa zona fue tomada por los nazis durante la II Guerra Mundial, Claude se unió a la resistencia, y fue capturada. Fue arrestada y condenada a muerte, pero se salvó in extremis cuando fue liberada la isla en 1945. Dicen que jamás se recuperó de aquella experiencia. Regresó a su casa con su compañera Suzanne Marlherbe y murió en 1954, a los 60 años de edad. Algún tiempo después, comenzaba el mito Claude Cahun.
Por cierto, eligió el nombre de Claude porque en francés es un nombre ambiguo. En realidad, ella se llamaba Lucy Schwob, y eligió el apellido en homenaje a su tío, León Cahun, bibliotecario de la Mazarine.
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