UN CLÁSICO DE LA PINTURA: DOMINGO SANZ AZCONA
[Estos días expone en Albarracín, Teruel, el pintor tudelano, afincado en Zaragoza desde los cinco años, Domingo Sanz Azcona. Se trata de un creador que ha seguido su propio camino, aunque ha estado inmerso en las corrientes de su tiempo y coincidió y convivió con el grupo de Santiago Lagunas. El crítico de arte, artista (dicen de él que es el envés visible del misterioso Gonzalo Bujeda) y periodista Luis García Bandrés es el comisario de la muestra que supone la recuperación de su obra. A él le corresponde este texto sobre el pintor, que se encuentra espléndidamente. He aquí la prueba: hace un instante, García Bandrés me decía que acababan de quedar para tomar café.]
DOMINGO SANZ AZCONA: UNA AVENTURA VITAL
Tras la desaparición de los mecenas y con las iglesias llenas de tallas y pinturas -hace siglos- ha sido duro dedicarse al arte. Falta de formación e información en unos casos; competencia excesiva en cantidad y calidad; escasas ventas a causa de precios elevados y desconocimiento… Todo ha provocado que el ser pintor se convierta en una aventura con un objetivo difícil de alcanzar.
La España de la post guerra –años 40- no era el mejor escenario para ponerse delante de un caballete, apostar y avanzar. Ni la economía, ni el momento ideológico daban mucho de sí. Zaragoza, recuperándose de la contienda, no era una excepción. Había un interés en restañar heridas con olvidos y avanzando muy lentamente, incluso con retrocesos, debido a todo tipo de circunstancias.
Domingo Sanz Azcona nació en Tudela, (24-VIII-1927). A los 5 años su familia se traslada a Zaragoza. Su padre era un importador de máquinas industriales de coser, a lo que Domingo se dedicó para vivir y seguir pintando, fuese como fuese. Acudió a la Escuela de Artes, -donde es discípulo de Félix Burriel y Torres Clavera-, copista en el museo, miembro del Estudio Goya, apuntes del natural… Fue montañero, socio de Helios… Así fueron alimentándose técnica y asuntos. Muchos históricos como Marín Bagüés o Fermín Aguayo están en la primera fila de sus “colegas” de antaño. Le animaron a seguir. Tomó parte en las primeras exposiciones de la Escuela Zaragoza junto a Lagunas, Laguardia y Aguayo. De estos años, finales de los 40, comienzo de los 50, conserva una serie de óleos dentro de la disciplina del grupo y participando dentro de la abstracción más absoluta. Pero Sanz Azcona, abandona ese momento por considerarlo artificial y “muy poco sincero” para él. Así vuelve a la figuración –paisaje y desnudo serán sus dos grandes asuntos- hasta que, en la actualidad, tras un proceso continúo, llega y se sitúa en las vanguardias actuales, a sus 82 años.
Domingo Sanz Azcona es un ejemplo excepcional de cómo, en silencio, ser pintor y no “morir” en el intento. Su pintura ha descrito una evolución constante pese a todos y a todo. En ello sigue. Vivo. 80 años. Esta es su primera exposición individual.
Luís J. García Bandrés
*Autorretrato del artista.
5 comentarios
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