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Antón Castro

COSAS QUE NO SE VEN, POR CRISTINA GRANDE

COSAS QUE NO SE VEN, POR CRISTINA GRANDE

“La letra con sangre entra”, el boceto de Goya adquirido por el Gobierno de Aragón, se presenta en sociedad coincidiendo con el segundo aniversario del Museo Pedagógico de Aragón. No hay dos formas más opuestas de entender la educación. He visitado varias veces el Museo Pedagógico y no es la nostalgia del pasado lo que me hacen sentir bien allí adentro, sino la percepción de la bondad, entusiasmo y dedicación de aquellos maestros que creían en el ser humano. Víctor Juan Borroy, como heredero de ese espíritu humanista, se pasea con la cabeza muy alta entre pupitres de madera, mapas, libros, encerados, huchas del Domund, cuadernos, estufas de leña y otras piezas que recrean aquella escuela. Leí con alegría, hace un tiempo, la edición facsímil del Libro de los escolares de Plasencia del Monte (publicado en 1936 por el maestro Simeón Omella) con prólogo del mismo Víctor Juan. Se fomentaba la imaginación, el respeto al ser humano y a la Naturaleza, la solidaridad más que la competitividad, una serie de valores (esas “cosas que no se ven” a las que se refiere Victor Juan) que nos se cultivan precisamente con el latiguillo que pintó Goya en su momento. No es que yo quiera hacer con esto un análisis del estado actual de la enseñanza, ni mucho menos, eso corresponde a los pedagogos, pero sí me gusta pensar que algo de ese espíritu permanece, que el esfuerzo de aquellos maestros no fue en balde. Cuando ayudo a mi sobrineta con las multiplicaciones, o cuando leemos su libro preferido, “Valentina en París”, deseo que ella nunca tenga que conocer látigos ni humillaciones. Me pide que le cante algo que yo aprendí de pequeña: “Cuando tú me das tu amor, una estufita es mi corazón”.

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*Cristina Grande presentó ayer su novela Naturaleza infiel en la FNAC: ha sido designada Nuevo Talento. Grababa a esa hora y no pude ir. Y acaba de publicar este bello artículo sbre la educación y los museos en su columna de Heraldo de Huesca, donde rinde homenaje al pertinaz y sigiloso trabajo de ese titán inadvertido que es Víctor Juan Borroy, director del Museo Pedagógico de Aragón, coordinador de Rolde, novelista que está a punto de darnos una sorpresa con su segunda novela y jinete a caballo al atardecer en Garrapinillos. También doliente seguidor del Real Zaragoza. La foto es de Willy Ronis.

1 comentario

Blanca -

Qué grande es Victor Juan.
Bellisimo profesional, bellisimo compañero y bellisima persona.
Se lo merece.

Enhorabuena tambien a Cristina por su galardón y por su nueva obra literaria.