"RAZON Y SED": CINCO FOTÓGRAFOS DEL AGUA
Me llamó ayer Charo Martínez (a sugerencia del gran historiador de la fotografía Publio López Mondéjar), la comisaria de la exposición Razón y Sed, que se expone en el Palacio de Sástago. Fui a verla tras la rueda de prensa: antes le di un buen golpe al coche contra un muro al bajar al garaje y estuve un instante en Bodegas Almau con Corita Viamonte, con Rafael Castillejo (que me reprochó amistosamente lo mal que había sonado su actuación en Borradores: los dos temas que cantó, “Don Guido” y “Anda”) y con el rapsoda y detective Fernando González. Andaba por allí Alfredo Longares, que nos cantó dos o tres canciones de ópera y de jota. Longares me regaló una de sus grabaciones.
Luego fui a ver la exposición en la que participan con alrededor de 75 fotos cinco espléndidos fotógrafos: Juan Manuel Díaz Burgos, un prodigioso retratista del que tengo un excepcional catálogo; Juan Manuel Castro Prieto, uno de mis fotógrafos más queridos (vi anteayer sus fotos de CajaMadrid), por su mundo y por ser el embajador en España de Martín Chambi; Ana Müller, la hija de Nicolás Müller (empleé una foto del gran maestro húngaro de portada de Golpes de mar, Destino, 2006); Martí Llorens y Paco Gómez, a quienes conocía mucho menos. La muestra está repartida en cinco salas y cada tema lleva un subrayado, un poema o una cita de Andrés Trapiello. Vi a Andrés por allí, entre los ingenieros, paladeando el que de lejos me pareció un catálogo espectacular editado por Brizzoli, pero no me atreví a saludarlo. Recorrí toda la exposición, repartida según diferentes perspectivas: la histórica, la técnica, la humana, la poética, la pictórica…
La calidad de las fotos es impresionante: todas son en blanco y negro, con un revelado minucioso, con una reproducción espléndida, y son fotos sugerentes, complejas, totalizadoras, en todos los temas. Fotos que dialogan entre sí. Hay fotos misteriosas en torno al enigma del agua, fotos del trabajo, de los ríos, de los pantanos, de los canales, de los saltos hidráulicos, de los fangos y "nenúfares", de las construcciones hidrográficas, de los azudes, fotos de Zaragoza y de Aragón, fotos de toda España.
Ana Müller es quien más ha trabajado en Aragón, aunque sus tomas abarcan otros lugares de España. También Marti Llorens tiene algunas de aquí. Hay algo que llama la atención por encima de todo: lo fundamental que es el agua, cómo está asociada a la vida, al paisaje, a la construcción y a la ingeniería, como es el maná sencillo y cotidiano que nos impulsa. Eso ya era sabido, claro, pero aquí está remarcado porque el trabajo de los fotógrafos es de una calidad incuestionable: son documentalistas y poetas, son intérpretes de una realidad y la trascienden, la convierten en arte. Han mirado para ver, y hay una homogeneidad visual y cromática en todas las fotos, que son de diferentes tamaños. Hay tomas enormes, apaisadas o verticales, hay fotos pequeñasde una inefable poesía: todo el sistema de zonas se concentra en cada pieza. La exposición refleja también el virtuosismo, la belleza, la variedad, la hondura y la perfección de la fotografía española que empezó a fraguarse en los años 80 y primeros años 90 y que muestra aquí una calidad indiscutible. Igual ocurre con la muestra Diez miradas que ha coordinado Publio López Mondéjar en CajaMadrid.
No vi a Charo Martínez. Le mandé un mensaje que no acertó a reconocer: “Extraordinaria exposición. Emocionante, bella y muy humana”. Salí discretamente –tuve un ataque de timidez y de pudor- mientras algunos compañeros esperaban a Eva Amaral y Juan Aguirre, que llegaban con más de media hora de retraso.
A Eva la vi anoche en Aquí un amigo (Aragón Televisión), el programa de entrevistas de Luis del Val, que la emocionó con su daguerrotipo final. La dibujó con el cincel de sus palabras como una mujer cercana, afable, con el corazón palpitante, como la mujer de al lado o la vecina, y a la vez vio en ella a una mujer bella (bella en el exterior y en el interior, le dijo) que está de viaje hacía sí misma con una inmensa porción de timidez. Eva ya le había dicho antes a Luis del Val que se sentía muy cómoda y muy relajada ante él. Se ve que es una criatura que ama las cosas sencillas y que intenta no ser devorada por el éxito, que posee un gato negro, y que considera que su mejor disco quizá sea “Pájaros en la cabeza”, aunque el que refleja todo lo que son y quieren ser Juan y ella es el nuevo, de 19 canciones: Gato negro, dragón rojo, ese que mi hija y Sara y yo ya empezamos a poner a las ocho de la mañana. Mi tema favorito está en el segundo disco, es el segundo corte, “Alerta”, una canción que tiene mucho de autorretrato de mujer. Me gustó mucho el reportaje sobre lugares de grabación, técnicos de sonidos y grupos como Atland, Dani Ro o Copiloto (Javier Almazán) que colocó Luis del Val en medio de la entrevista para ilustrar otros tiempos de Eva y Juan.
Charo Martínez y David Fernández Ordóñez, Comisarios:
"De la mano de los cinco fotógrafos partimos de la RAZÓN, es decir, de las actuaciones para retener el agua, almacenarla, conducirla, distribuirla, mejorar las condiciones o los ingenios del hombre para sacarle distintas utilidades. Un recorrido sinuoso que nos conduce hasta la SED, representada en primer lugar por las imágenes del subsistir. Del agua necesaria para nuestro cuerpo llegamos al agua para nuestro espíritu: para disfrutar, hacer hermoso nuestro entorno y alimentar nuestra alma. En este último bloque de imágenes pasamos a contemplar cómo las actuaciones hidráulicas transforman sus entornos y generan paisajes del agua, alimento de nuestro espíritu e impulsan creatividades, sensaciones y estados de ánimo".
*La foto es de Martin Llorens.
2 comentarios
Luisa -
Y la exposición tal y como la has pintado, no hay que perdersela. ¡Cuántas cosas en esta ciudad, qué bien!
Besos.
¡Ah!, sí, el coche... pobriño, qué susto y qué rabia dan estas cosas, agggg
Blanca -
Por cierto, espero que el incidente del coche no haya sido demasiado grave. :)
Besos!!