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Antón Castro

ALEMANIA, PRIMERA FINALISTA CON UN JUEGO MUY POBRE

ALEMANIA, PRIMERA FINALISTA CON UN JUEGO MUY POBRE

 

El equipo que más veces ha ganado la Eurocopa ha sido Alemania: en 1972, con dos estelares Beckenbauer y Netzer; en 1980, con un inspirado Schuster, de apenas 20 años, y en 1996, con Sammer, Scholl y Bierhoff, doble goleador ante Checoslovaquia. Los alemanes jugaron dos finales más: la de 1976, ante Checoslovaquia, legendaria por el penalti decisivo de Panenka a Sepp Maier, la burla más atrevida de un título, y la de 1992, ante la Dinamarca de Schmeichel, Povlsen y Brian Laudrup que dejó la playa para jugar en lugar de Yugoslavia. Pero siempre, siempre, Alemania es un equipo de gran poderío físico, con un talante competitivo único, comparable al de Italia (más mecánico tal vez y menos defensivo). Eso le ha permitido ganar tres Mundiales (1954, 1974, 1990) y jugar otras tres finales (1966, 1982 y 2002). Estén como estén los alemanes siempre cuentan. Fue Gary Lineker quien sentenció: “Al fútbol juegan once contra once, pero siempre gana Alemania”. La Alemania de la Eurocopa no está para echar cohetes, es básicamente la del Mundial: en la zaga destaca el lateral Lahm, en la media la contención y el trabajo de Frings y la personalidad de Ballack, de quien se espera algo más de una vez por todas. Arriba mandan Klose, que no ha hecho su mejor año, y Mario Gómez, que tiene la complexión y los modos de los viejos tanques o gladiadores en ataque: Hrubesch, Allofs, Bierhoff, incluso Müller. Y por las alas avanzan dos de sus mejores hombres: Sweinsteigger y Podolski.

 

 

Este equipo ganó hace un instante a Turquía, con la ley del mínimo esfuerzo. Los turcos tuvieron el balón, generaron ocasiones (les perdonaron un penalti a Lahm, el mejor jugador alemán de lejos, autor del tercer tanto; por cierto, ¿dónde estuvo ayer Ballack?), pero pecaron de bisoñez defensiva y dejaron una y otra vez que marcase Alemania, que ya espera en la final a Rusia o a España. Debiera pasar España, aunque por ahora, los que están llegando más lejos son los que se clasificaron segundos en la primera fase.

 

Alemania es como un mastodonte mecánico con escasísimo juego y mucha fortuna. Y el don de golpear en el momento preciso.

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