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Antón Castro

LA NOCHE DE GARRAPINILLOS Y LA FRESCA

LA NOCHE DE GARRAPINILLOS Y LA FRESCA

 

Hace muchos años, tras una visita accidental

a Garrapinillos, soñé que iba a vivir aquí,

a pleno sol y en contacto con la naturaleza.

Había venido a la piscina con dos amigos

y agotamos toda la tarde jugando al tenis.

Garrapinillos me pareció un lugar casi salvaje,

como una inmensa floresta virginal

serpenteada de canales de riego y de árboles frutales.

Alargabas la mano y cogías un alberge o una breva.

Alargabas la mano en medio del campo

y se te llenaba el sombrero de nísperos de oro,

de diminutas  y rojizas ciruelas de miel.

Alargabas la mano y se te llenaban los ojos de brisa.

Cuando cayó la tarde tuve la sensación

de estar en otro mundo, más allá de Zaragoza,

más allá del Canal Imperial y entre los árboles:

en un paraíso cercano donde la gente

tomaba posiciones para charlar a la fresca.

Muchos años después, en la calle Perera Larrosa,

oí decir: “Si hubiera cielo tendría que parecerse

a esto. ¿Qué sería de nosotras sin cháchara?” 

*Así captó  José Antonio Melendo a la Unión Musical de Garrapinillos, que dirige Juan Carlos Roldán, en  la plaza de Santa Cruz.

2 comentarios

carlos -

Hola!
Eres de Garrapinillos?
Estoy buscando información sobre la casa de acogida de niños de Garrapinillos. Sabes algún sitio web?

Blanca -

Mágica y misteriosa Garrapinillos...