ABEL PÉREZ GRACIA RECUERDA A ANA MARÍA NAVALES
Hace unos días, el librero de viejo y agitador cultural Abel Pérez me envió este texto en recuerdo de Ana María Navales. Por distintas razones no lo he podido colgar hasta hoy. Es su homenaje personal a una mujer, a una escritora, a una intelectual que él admiró mucho. La foto es de Vaclav Jirasek.
Esta es la casa,
encendida de verdes tigres
que acumulan luz extraviada en las noches de ventisca
y se apagan con el amanecer de la vida.
¿Donde han ido mis papeles? ¿Donde quedó mi tinta?
Porque debo decir con urgencia, en silencio, por mis rojos ojos
el dolor que me causa la soledad de las estrellas.
A horas tempranas, me reclino
sobre ropas con olor a propiedad de soledades
y giran ruletas insaciables en torno a cristales
que me separan de mundos artificiales.
El afuera queda distante, lejano y absurdo
como si se tratase de un sueño que no termina,
y el adentro es el recinto por donde
puedo pasear mis arrogantes voces, o
hacer círculos imaginarios donde todo
puede precipitarse sin desmayo azul.
Recordaré a Ana María Navales. Ella conoce ambas partes y desde esta, le deseo que su estancia en la tierra que la cubre sea leve.
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