MYRIAM MARTÍNEZ ESCRIBE DE 'JORGE Y LAS SIRENAS'
Por Myriam MARTÍNEZ. Diario del Altoaragón
HUESCA.- "Jorge y las sirenas" (Editorial Marboré) es un cuento sobre el poder de la imaginación, el amor a las sirenas y a los libros. Con esta mirada lo contempla el autor del texto, el escritor Antón Castro, que, junto al ilustrador Alberto Aragón, ha incorporado un tierno y hermoso álbum a la biblioteca de los sueños.
El libro surgió a raíz de la enfermedad de un niño, Jorge Sanmartín, al que le gustaban mucho las dedicatorias que hace Antón Castro, en las que incluye el dibujo de una sirena. Cuando al pequeño se le diagnosticó una leucemia, Antón Castro decidió escribirle una serie de textos en una sección de microcuentos que aparecía entonces en el suplemento cultural del diario Heraldo, "Artes & Letras". "Eran como cartas de cariño y de esperanza que sus padres le leyeron en el hospital", recuerda Castro en su blog.
El autor le enseñó los textos a Alberto Aragón, infógrafo, pintor e ilustrador vinculado también a Heraldo, que completó el trabajo aportando al proyecto la magia necesaria.
La editora de Marboré, Patricia Delso, asegura que para ella ha sido un "gustazo" publicar el libro, un "cuento muy especial" que le ha permitido conocer a "dos maravillosas personas", Antón y Alberto, y también a Jorge, "un niño de carne y hueso, que estuvo enfermo hace mucho tiempo, pero ahora crece sano, feliz y con una sonrisa que parece un sol". Patricia subraya que este álbum "insufla un aire de vida y esperanza", al tiempo que "reúne valores muy importantes".
"Jorge y las sirenas" se presentó en Huesca el pasado miércoles, en un acto celebrado en la Librería Estilo, con la presencia de los autores y de la directora del Departamento de Didáctica de la Universidad de Zaragoza, Rosa Tabernero, además de la editora. Antón Castro llegó hace dos años a este mismo escenario con su maravilloso libro "Golpes de mar" y hace uno con "Fotografías veladas".
"La literatura infantil necesita de gentes como ésta, autores y editores, porque, si nos tomamos en serio la literatura de adultos, si cabe es más serio esto que vamos a presentar hoy", señaló Rosa Tabernero.
Desde una absoluta complicidad con los autores, la profesora confesó sentirse muy "halagada" por presentar un libro que Antón Castro leyó por primera vez públicamente en las segundas Jornadas de Literatura Infantil y Juvenil celebradas en Huesca en el año 2006. "Aquel cuento fue un regalo y yo veía que las palabras obraban lo que tenían que obrar: el silencio", indicó. Después, Rosa Tabernero se refirió a Antón Castro como "un maestro de la oralidad, del saber contar".
"Sabe nadar en la tradición y lo tiene todo ganado con ser gallego –prosiguió-. No puede evitar la frontera entre la realidad y la ficción. Su seña de identidad es ese narrador que ilumina la realidad a través de la ficción. Y si eso es un maestro de la oralidad y del saber contar, hoy lo he visto también como un maestro del saber callar. Es un libro de sirenas, de silencio y de agua, que de repente calla para que hable Alberto Aragón".
Éste es el primer libro de Alberto Aragón. "Yo sólo quería vivir del cuento", bromeó antes de comenzar a explicar cómo se había desarrollado su proceso creativo. "Leí el texto y luego hice lo que me dio la gana. Ni pensé a quién iba destinado. A veces el problema es pensar que se escribe para niños, porque salen cosas modosas, amaneradas. Hice el cuento que me apeteció a mí y creo que eso hace que tenga más fuerza y cariño".
Alberto recordó cómo fue creciendo el proyecto. Cuando la Editorial Marboré decidió publicar el álbum, tuvo que rehacer algunas ilustraciones que había regalado y crear otras nuevas.
Antón Castro subrayó la fuerza que tienen sus dibujos, cómo recrean y refuerzan el misterio que rodea a la historia. También desveló que, cuando llegó a trabajar a Heraldo, el 1 de mayo de 2001, Alberto fue una de las primeras personas que conoció. "Y quise hacer un libro con él", aseguró. "Alberto ha hecho un proyecto feliz, luminoso, poético, con algunos fogonazos de sombra y de inquietud", analiza Antón Castro en su blog.
Rosa Tabernero recordó que éste no es el primer libro para niños que escribe Antón Castro (recordemos "Los seres imposibles" y "A lenda da cidade asolagada"), pero él afirma que, de todos ellos, "Jorge y las sirenas" es uno de los que más ilusión le ha hecho.
"Estoy enamorado del mundo de la literatura infantil y juvenil", reconoció en Huesca el autor, a quien próximamente le van a dedicar una biblioteca en La Coruña y "Jorge y las Sirenas" será el regalo que Castro realizará al nuevo centro cultural en correspondencia al honor que le brindan.
"La plata, el agua, los brillos… Un ordenador no los hará nunca –siguió analizando Rosa Tabernero en la presentación-. Ese mar de Antón de repente se calla, y el coautor, Alberto Aragón, ha leído su sentido, su trascendencia y ha cobijado el ritmo en las palabras. Alberto ha hecho una gran lectura del libro. Arnal Ballester hablaba de cómo el ilustrador se puede convertir en un ornamentador sin darse cuenta. El trabajo de Alberto es espléndido. Cuando hay química entre el escritor y el ilustrador, pueden hacer entonces lo que quieran".
Rosa Tabernero, con toda la intención de "provocar" a los dos autores, les "recriminó" las dedicatorias del libro. "Debería ser para todas las personas que sueñan, no sólo para los niños".
Antón Castro admitió la sugerencia, aunque explicó que, en el fondo, aludía en la dedicatoria a los niños como exponente de una energía vital propia de la infancia, pero que considera necesario que los mayores conserven en alguna medida para no perder la capacidad de soñar. Confesó con modestia albergar "esa condición de amor a la vida, esa energía indomable", sin la que, señaló, su existencia "sería un desastre".
Y Alberto Aragón admitió sin ambages que las sirenas existen, a pesar de lo que dice en su dedicatoria, y hasta desveló dar cobijo a una de ellas en su casa.
"Es un libro álbum muy bien entendido, con misterio. Dada la situación vital en la que nació este libro, se corría el riesgo de ir a la literatura de autoayuda y no lo ha hecho ninguno de los dos –subrayó Rosa Tabernero-. Hay mucha ternura, pero no es explícita. Los niños no son idiotas, no la necesitan".
*Este es el artículo que escribió el pasado viernes en las páginas de Cultura Myriam Martínez, redactora jefa del ’Diario del Altoaragón’. La foto, con Alberto Aragón y Rosa Tabernero, es de Víctor Ibáñez. La librería es Estilo: Loreto Ribarés y su marido Fernando trajeron a sus tres hijos.
1 comentario
Blanca -