MICHAEL JACKSON: EL HOMBRE QUE NO AMÓ A BILLIE JEAN
Anoche llegamos al hotel Bel Air, después de cruzar en taxi una gran parte de Buenos Aires (qué increíble, qué fastuosa ciudad: sonaban los mítines en cualquier plaza) con el taxista Jorge al volante, encendimos la tele y vimos: “Murió Michael Jackson”. Al principio parecía una sospecha: se buscaba confirmación, datos que ratificasen el adiós, y pronto todos los canales empezaron a anunciaron su misteriosa muerte a los 50 años, en víspera de una gran gira que debía ser la última. Ayer y hoy han estado pasando imágenes de su trayectoria: sus años en Jackson Five, con aquel encanto arrollador que poseía, su salto increíble cuando publicó en 1982 ‘Thriller’, el álbum que revolucionó la música popular, el baile, el movimiento y la estética del videoclip, luego se hablaba algo de ‘Bad’, ‘History’ y del rosario interminable de rarezas y excentricidades. En 1996, en su estancia en Zaragoza, en el hotel Boston, cometió alguna.
La canción que más me gustó de él fue ‘Billie Jean’. Recuerdo que cuando trabajaba en el bingo grabé varias y mientras se repartían los cartones, de vez en cuando, sonaba ‘Billie Jean’. Billie Jean is not my lover. Tenía 50 años y un mundo enigmático detrás.
Poco después, se anunciaba, con otro ritmo y otra trascendencia, la muerte por cáncer de la actriz Farrah Fawcett-Majors. Ryan O’Neal, con quien se quiso y se desquiso con furia de amor y de odio, le dedicó algunas palabras bonitas.
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claudia -
monica BARRANTES -