EL ROBO. CUENTO FRANCÉS (RESCATE)
Paco Gascón, el hijo de Leoncio e Isabel, es ingeniero y vive en Francia. En Grenoble, en un paisaje idílico de prados y bosques, ante un montaña coronada de nieves desde diciembre. Comparte su vida con France, políglota, y con sus dos hijos: Elsa y Tristán. Por ahora no tienen perros ni gatos. Es un fanático lector de ‘El País’, y cuando va a Burdeos, a Marsella, a Niza, a Toulouse o a cualquier ciudad de Italia siempre compra ese diario y busca afanosamente una noticia sobre Aragón o sobre la Zaragoza cargada de futuro que triunfó en París. Hace una década, con el gol del siglo de Nayim, o en el último diciembre cuando conquistó la Exposición Internacional de 2008. Admira al arquitecto e ingeniero Santiago Calatrava, y está pendiente de la última película española o de los novelistas, desde Javier Cercas a Enrique Vila-Matas, desde Javier Tomeo a Ignacio Martínez de Pisón. Hace unos días iba a marcharse de vacaciones a Grecia, pero cambió en el último instante: decidió venir a su ciudad, Zaragoza, donde vive su padre, el ex carbonero y contador de fábulas Leoncio, e Isabel, su afanosa madre de cuento bíblico. Cuando había llegado y había tomado posesión de un nuevo barrio, de otros vecinos y de los olores de la calle Agustina de Aragón, lo llamaron por teléfono. En su casa de Grenoble habían entrado los ladrones y le habían llevado el ordenador, la máquina de fotos, ese tesoro irremplazable que había ido acumulando a lo largo de sus viajes y sus expediciones a la nieve, y muchas más cosas. Se quedó de piedra. La noche anterior a la partida, que hubo de retrasar un día, ya creyó oír fantasmas al acecho, pasos en el jardín, intrusos invisibles. Pese a todo, ha decidido quedarse con los suyos en San Jorge y se han encomendado a los milagros del caballero de Aragón. El lunes será otro día. Su hijo Tristán, que desea ser granjero o jinete, le preguntó: “¿Sabes si han robado mis caballos?”.
*He encontrado este texto de abril de 2005. Y me ha resultado muy emotivo. Lo vuelvo a poner aquí. Ahora Paco y su familia viven en una urbanización en Toulouse. Y Tristán ya no aspira a ser un caballero de la corte del rey Arturo: le obsesionan los marcianos y las naves espaciales. El texto tiene para mí un aroma de relato de Navidad. Paco y los suyos volverán a Zaragoza el próximo fin de año.
*Fotografía de Nan Goldin. Modelo desnuda a caballo.
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