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Antón Castro

LLANTO Y RECUERDO DE MANOLO BENITO

LLANTO Y RECUERDO DE MANOLO BENITO

ÁLBUM DE ADIOSES PARA MANUEL BENITO

 

El mundo de la cultura aragonesa llora al etnólogo y escritor oscense Manuel Benito

 

El etnólogo y escritor oscense Manuel Benito Moliner falleció ayer en Huesca a los 51 años de edad a consecuencia de una enfermedad. La cultura aragonesa pierde a uno de sus grandes intelectuales, que además cultivó y destacó en muchas otras facetas creativas como la de periodista y guionista de cine. Hoy se celebrará un acto civil de despedida en el Tanatorio "Hermanos Santander" (Polígono de la Magantina, Huesca), a las 15,30 horas.

 

Manuel Benito Moliner nació en Huesca el 30 de abril de 1958. Estaba casado y tenía dos hijos. Se licenció en Medicina y Cirugía y también cursó la carrera de Lengua y Cultura Española.

En el libro "Los cien oscenses del siglo XX", Jesús Inglada indicaba que Manuel Benito donde más cómodo se sentía era en su faceta de etnólogo. "Huyendo de los excesos de los corsés intelectuales -sean estructuralistas o funcionalistas- y de las modas imperantes, ha realizado una inmensa tarea", indicaba.

Manuel Benito fue socio fundador y expresidente del Instituto Aragonés de Antropología, y consejero del Instituto de Estudios Altoaragoneses. Asimismo, fue miembro organizador y subdirector del Certamen de Cine y Vídeo de las Comunidades Autónomas y trabajó con Eugenio Monesma como guionista y ayudante de realización. La fotografía era otra de sus grandes pasiones; expuso algunas colecciones y disponía de más de diez mil diapositivas de temática aragonesa.

Su carácter inquieto aún le llevó a explorar otros caminos y fue miembro organizador de la Muestra de Artesanía de las Comunidades Autónomas y de la Fundación Beulas pro Museo Aragonés de Arte Contemporáneo.

Buena parte de sus trabajos etnológicos giraron en torno a los despoblados de las comarcas de Sobrarbe y Ribagorza, y realizó una gran labor en la recogida de objetos para futuros museos y en la confección de un anteproyecto para un centro de antropología cultural de Aragón. De todas sus investigaciones y estudios dio buena cuenta en DIARIO DEL ALTOARAGÓN, del que fue colaborador durante toda la andadura del periódico y donde deja un recuerdo imborrable colmado de afecto. Su labor divulgativa también le puso en contacto con otros medios de comunicación, donde conectó muy bien con el público gracias a su elocuencia.

Su buen hacer le supusieron algunos galardones como el Premio de Investigación Etnográfica Santa Cecilia (1991). "Su ingenio, su sensibilidad, su carácter libre e independiente -ajeno a toda capillita, academia o pesebre oficial- lo convierten en alimento espiritual para todo aquel que huye de los transitados caminos de lo políticamente correcto", señalaba Jesús Inglada. Entre las publicaciones que escribió figura el "Cuestionario básico para investigación etnográfica en Aragón" (IEA), "Azara" (IEA), "Album de adioses" (Sariñena Editorial) y su obra más reciente, "Orwell en las tierras de Aragón" (Sariñena Editorial), uno de los libros de autor aragonés más vendidos en Huesca las pasadas Navidades.

Manuel Benito, nunca te olvidaremos.

Diario del AltoAragón

 

Huesca pierde a Manuel Benito

Manuel Benito Moliner, de 51 años, fallecía ayer viernes en Huesca, tras una larga enfermedad. Médico, filólogo, auxiliar de enfermería, lingüista, etnólogo, historiador, fotógrafo, Benito era, como un hombre del Renacimiento, un compendio de sabiduría y bonhomía. Humilde, sencillo y austero, altruista, irónico y socarrón, atesoraba un enorme conocimiento sobre cuestiones relacionadas con la historia y las costumbres y tradiciones del Alto Aragón.

Manuel Benito era padre de dos hijos. Será incinerado este sábado a las 5 de la tarde en Monzón. La capilla ardiente está ubicada en el Tanatorio de la Funeraria Hermanos Santander.

Nacido en la calle San Lorenzo de Huesca, en una familia de agricultores y arrieros, siempre fue buen estudiante. Estudió la carrera de Medicina y ejerció unos pocos años, hasta que decidió dejar el ejercicio. Trabajó posteriormente, durante muchos años, como auxiliar sanitario en el Hospital Psiquiátrico, mientras se dedicada a sus aficiones, que es lo que realmente le gustaba y le dio renombre.

A la vista de que, tras haber estudiado una carrera de ciencias, necesitaba más formación y base cultural para dedicarse al mundo de la historia, se matriculó en Humanidades, carrera que compaginó con su trabajo.

Manuel Benito se dedicó durante un breve periodo de tiempo a la política. Fue concejal en el ayuntamiento de Huesca, por el PSOE, unos meses, en la legislatura 1991-1995. Posteriormente, se dio de baja en el Partido Socialista y se afilió a IU, partido en el que tampoco militaba ya.

Republicano convencido, Benito pertenecía al Círculo Republicano Manolín Abad. Buen conversador, y dotado de un gran sentido común, participó durante mucho tiempo en tertulias literarias.

Desarrolló trabajos monográficos sobre pueblos deshabitados altoaragoneses, leyendas, monasterios rupestres, ciclos festivos, tradiciones, lugares perdidos u olvidados de Huesca. Publicó en 2008 el libro "Huesca. Álbum de adioses" y, hace tan sólo unos meses "Orwell en las tierras de Aragón". Además de ello, son numerosísimos sus artículos en prensa y sus colaboraciones en cualquier medio de comunicación siempre que se le requiriera para hablar de los asuntos en los que era un auténtico experto. Contaba también con un importantísimo archivo fotográfico de la provincia de Huesca y de hechos históricos acaecidos en ella.

Enamorado de su ciudad y, a pesar de ello, muy crítico con su inmovilismo, Manuel Benito aseguraba que profesaba un amor no correspondido a Huesca, una ciudad que se le había mostrado, decía, esquiva y altanera.

Radio Huesca

 

*La revista Cazarabet de Mas de las Matas, dirigida por el infatigable Javier Díaz, envía este compendio de notas. En la foto del Diario de Altoaragón, Manuel Benito con su libro 'Huesca. álbum de adioses'.  

1 comentario

Niggerman -

Vaya por Dios. Mal comienzo de año, se va alguien muy serio y muy discreto, poco amigo de alharacas y mucho del rigor. Una verdadera pena.